10 versículos bíblicos sobre la Iglesia
Del verbo hebreo kahal, que significa convocar, y del griego ekklêsia (asamblea), se designa con el nombre de Iglesia a la comunidad de bautizados cuya fe se basa en Jesucristo, muerto y resucitado. Siguiendo las huellas de Jesús, los apóstoles y sus sucesores, la Iglesia católica tiene el mandato de continuar su misión, que es evangelizar.
Con Hozana, descubre 10 pasajes y versículos bíblicos sobre la Iglesia, que también pueden asociarse a la asamblea, la comunidad, el pueblo.
10 versículos bíblicos sobre la Iglesia
«Y yo te digo: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella”». (Mateo 16:18)
“Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o republicano”. (Mateo 18:15-17)
“Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Un santo temor se apoderó de todos ellos, porque los Apóstoles realizaban muchos prodigios y signos. Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno. Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón; ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que debían salvarse”. (Hechos 2:42-47)
“Velen por ustedes, y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha constituido guardianes para apacentar a la Iglesia de Dios, que él adquirió al precio de su propia sangre”. (Hechos 20:28)
“Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros con diversas funciones, también todos nosotros formamos un solo Cuerpo en Cristo, y en lo que respecta a cada uno, somos miembros los unos de los otros”. (Romanos 12:4-5)
“En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas”. (1 Corintios 12:28)
“Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierran su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza. Este es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro. Él puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y la Plenitud de aquel que llena completamente todas las cosas”. (Efesios 1:17-23)
“El existe antes que todas las cosas y todo subsiste en él. Él es también la cabeza del Cuerpo, es decir, de la Iglesia. Él es el Principio, el Primero que resucitó de entre los muertos, a fin de que él tuviera la primacía en todo”. (Colosenses 1:17-18)
«El Día del Señor fui arrebatado por el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte, como una trompeta, que decía: “Escribe en un libro lo que ahora vas a ver, y mándalo a las siete iglesias: a Efeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea”». (Apocalipsis 1:10-11)
Con Hozana, desarrollemos nuestro amor por la Iglesia
Hozana te ayuda a amar un poco más a la Iglesia cada día. Por ejemplo:
A través de la palabra puedes meditar cada día.
- Únete a esta comunidad para que reces el oficio divino, en unión con la iglesia.
- A través de la vida de los santos y del santo rosario.}
Preguntas frecuentes sobre la Iglesia en la Biblia
¿Qué versículo habla de la importancia de la Iglesia?
Esto es lo que Jesús dijo a Pedro, a quien confió la tarea de construir su Iglesia: «Y yo te digo: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella”». (Mateo 16:18)
¿Qué es la Iglesia según la Biblia?
La Iglesia, es decir, todos los cristianos, se compara en la Biblia con un cuerpo cuya cabeza es Cristo. Pablo lo explica en su primera carta a los Corintios: “Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y, sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman, sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo, judíos y griegos, esclavos y hombres libres; y todos hemos bebido de un mismo Espíritu”. (1 Corintios 12:12-13)
¿Por qué ir a la Iglesia según la Biblia?
Entre las muchas razones para ir a la Iglesia, a continuación te presentamos algunas dadas por la Biblia:
- “Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos”. (Mateo 18:20)
- “Que la Palabra de Cristo resida en ustedes con toda su riqueza. Instrúyanse en la verdadera sabiduría, corrigiéndose los unos a los otros. Canten a Dios con gratitud y de todo corazón, salmos, himnos y cantos inspirados”. (Colosenses 3:16)
- “Velemos los unos por los otros, para estimularnos en el amor y en las buenas obras. No desertemos de nuestras asambleas, como suelen hacerlo algunos; al contrario, animémonos mutuamente, tanto más cuanto que vemos acercarse el día”. (Hebreos 10:24-25)
- «Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”». (Lucas 22:19)