15 versículos de la Biblia sobre la lujuria

“San Juan distingue tres clases de lujuria o concupiscencia: lujuria de la carne, lujuria de los ojos y soberbia de la vida” (Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 2514). La lujuria es pecado.

Descubre con Hozana estos 15 pasajes y versículos bíblicos sobre la lujuria.

15 versículos bíblico sobre la lujuria

“Ardían de avidez en el desierto y tentaron a Dios en la soledad”. (Salmo 106:14)

“Como un hechizo, la maldad oscurece el bien y el vértigo de la pasión pervierte al espíritu inocente”. (Sabiduría 4:12)

“Y haciéndole retirar, mandó traer al otro y le dijo: Raza de Canaán y no de Judá, la belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón”. (Daniel 13:56)

“Pero yo les digo: El que mira a una mujer, deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”. (Mateo 5:28)

“Pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa”. (Marcos 4:19)

“Por eso, dejándolos abandonados a los deseos de su corazón, Dios los entregó a una impureza que deshonraba sus propios cuerpos”. (Romanos 1:24)

“No permitan que el pecado reine en sus cuerpos mortales, obedeciendo a sus bajos deseos”. (Romanos 6:12)

“¿Diremos entonces que la Ley es pecado? ¡De ninguna manera! Pero yo no hubiera conocido el pecado si no fuera por la Ley. En efecto, hubiera ignorado la codicia, si la Ley no dijera: «No codiciarás»". (Romanos 7:7)

“Porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos”. (Gálatas 5:24)

“Todos nosotros también nos comportábamos así en otro tiempo, viviendo conforme a nuestros deseos carnales y satisfaciendo nuestra concupiscencia y nuestras malas inclinaciones, de manera que por nuestra condición estábamos condenados a la ira, igual que los demás”. (Efesios 2:3)

“Porque también nosotros antes éramos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los malos deseos y de toda clase de concupiscencias, y vivíamos en la maldad y la envidia, siendo objeto de odio y odiándonos los unos a los otros”. (Tito 3:3)

“Y ya que Cristo sufrió en su carne, compenétrense también ustedes de esta convicción: el que ha sufrido en la carne ha roto con el pecado. Porque el que sufre en la carne está libre del pecado, para vivir el resto de su vida mortal, no según los deseos humanos, sino según la voluntad de Dios”. (1 Pedro 4:1-2)

“El Señor, en efecto, sabe librar de la prueba a los hombres piadosos, y reserva a los culpables para que sean castigados en el día del Juicio, sobre todo, a los que, llevados por sus malos deseos, corren detrás de los placeres carnales y desprecian la Soberanía. Estos hombres audaces y arrogantes no tienen miedo de blasfemar contra los ángeles caídos”. (2 Pedro 9:10)

“Porque todo lo que hay en el mundo es concupiscencia de la carne, codicia de los ojos y ostentación de riqueza. Todo esto no viene del Padre, sino del mundo”. (1 Juan 2:16)

Con Hozana, ¡evitemos caer en la lujuria!

Con Hozana, para evitar caer en la codicia, aprendamos a amar de verdad de forma casta y desinteresada.

Para ello, puedes unirte a estas propuestas de oración:

Pide pureza a la Virgen María, con esta 

Novena a María que desata los nudos de tu vida, o esta comunidad “Los 5 minutos de María”

Lee la Palabra de Dios a través del Evangelio del día

Otras preguntas sobre la lujuria en la Biblia

¿Qué quiere decir la Biblia con la lujuria de la carne?

La carne no solo se refiere al cuerpo, sino también al alma humana. Las concupiscencias de la carne son los deseos que pueden aparecer y llevar al consumo o al deseo de poseer algo o a alguien; en contraposición a los deseos espirituales (que pueden encarnarse en la carne, pero que proceden de Dios y están profundamente arraigados en nosotros).

¿Cómo podemos vencer la lujuria según la Biblia?

Vencer la lujuria requiere un cambio profundo en nuestra forma de mirar a los demás y lo que nos rodea. Implica pequeñas conversiones diarias para orientar nuestro corazón y nuestros deseos hacia Dios y los bienes eternos. “De él aprendieron que es preciso renunciar a la vida que llevaban, despojándose del hombre viejo, que se va corrompiendo por la seducción de la concupiscencia”. (Efesios 4:22) Cada uno de nosotros, con la ayuda del Espíritu Santo, puede comenzar esta obra identificando lo que alimenta esta concupiscencia y adoptando nuevos hábitos.

¿Cuáles son los peligros de la lujuria?

El principal peligro de la lujuria es que nos lleva al pecado y nos aleja de Dios, que es la única fuente verdadera de paz y alegría. Buscar saciar nuestra sed con placeres efímeros nos deja insatisfechos y no colma el deseo profundo que existe en cada uno de nosotros: el de amar y sentirnos amados. 

En la carta que nos dirige, el apóstol Santiago nos recuerda: “Nadie, al ser tentado, diga que «Dios lo tienta»: Dios no puede ser tentado por el mal, ni tienta a nadie, sino que cada uno es tentado por su propia concupiscencia, que lo atrae y lo seduce. La concupiscencia es madre del pecado, y este, una vez cometido, engendra la muerte”. (Santiago 1:13-15)

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