Jesuitas: orden de los jesuitas hoy en día, misiones e influencia

Fue fundada por San Ignacio de Loyola y sus compañeros (Pedro Fabro, Francisco Javier, etc.). La orden de los jesuitas se consolidó ampliamente durante los siglos XVI y XVII, antes de ser disuelta por el Papa Clemente XIII en 1773, y restablecida nuevamente  por el Papa Pío VII a principios del siguiente siglo. A partir de entonces, los jesuitas reanudaron su misión de evangelización en todo el mundo. 

Descubre con nosotros los preceptos de la orden de los jesuitas y su papel e influencia en nuestro mundo actual.

Los principios de la orden de los jesuitas

Como es bien sabido, el sistema de funcionamiento de la orden de los jesuitas se basa en los principios de la espiritualidad ignaciana. En sus inicios, el objetivo de esta orden no era necesariamente establecer una red de enseñanza académica en todo el mundo, sino más bien ofrecer a todos la oportunidad de encontrarse con Jesús de forma reflexiva. De este modo, los jesuitas pueden aprender y enseñar a otros sobre el discernimiento religioso a través de meditaciones y retiros, y con el apoyo de un guía espiritual. Este aprendizaje se basa en los famosos ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, que constituyen el fundamento de la orden de los jesuitas. 

A partir de los escritos de San Ignacio, los jesuitas han planteado ciertos postulados: el hombre ha sido creado para servir y alabar al Señor. La misión del hombre, por tanto, es cumplir aquello para lo que fue creado. De este modo, el hombre debe aprender que todo lo bueno viene de Dios. También debe saber desapegarse a sus deseos materiales (lo cual no significa despreciarlos totalmente). Es cierto que es imposible pedirle al hombre que se desentienda totalmente del mundo exterior, pero sí es posible pedirle que se "desencante" de las cosas, que encuentre el equilibrio adecuado para observar el mundo a través de la mirada divina y que entienda que todo proceso debe conducir al cumplimiento de su tarea espiritual. 

"[...]en tal manera, que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás; solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos criados”.(fuente: espiritualidadignaciana.org)

Este discernimiento permite la liberación espiritual del hombre. De hecho, el reflexionar detenidamente y tener una mirada retrospectiva abre el camino hacia el Señor. Esto solo es posible mediante la aplicación exhaustiva del trabajo práctico y del examen continuo de la conciencia. En este sentido, la dimensión educativa de la Orden de los Jesuitas está vinculada a una formación espiritual y a una lucha contra la ignorancia religiosa. De hecho, si quieres saber más, puedes consultar la carta Ratio Studiorum, en la cual se desarrollan los principios de la orden de los jesuitas más detalladamente.

Este énfasis en la inteligencia y la pedagogía de la religión condujo posteriormente a la fundación de colegios y escuelas, bajo las órdenes del Papa Pablo III, quien pretendía luchar contra la reforma Protestante. De hecho, las ideas de los jesuitas se adaptaban perfectamente a este contexto, y parecían responder perfectamente a la misión evangelizadora de la Iglesia católica. Por consiguiente,  los principales preceptos de la orden jesuita en su misión educativa eran, entre otros, difundir la palabra del Señor, formar las mentes para una apertura intelectual de la religión, y tomar a Jesús como modelo perfecto de humanidad. De hecho, en 1542, Francisco Javier ya daba testimonio del éxito de la presencia de la orden jesuita en una escuela en Goa, India. 

 En 1548 se inauguró la primera escuela jesuita en Mesina (Sicilia). Este movimiento progresó rápidamente: al poco tiempo la orden de los Jesuitas ya lideraba unas cuarenta escuelas y colegios, y continuó creciendo en Europa y en el resto del mundo.

La influencia y la misión de la orden de los jesuitas en el mundo

Es un hecho histórico: en 2013, José Mario Bergoglio se convirtió en el primer Papa de origen jesuita, aunque la vocación de los miembros de la orden no es necesariamente llegar a ocupar altos cargos.  De hecho, en 2015, había unos 17.000 miembros pertenecientes a la Orden de los Jesuitas en todo el mundo, los cuales estaban presentes en 128 países. Los jesuitas tienen obras principalmente en Europa, América y Asia. En Francia, los jesuitas se reúnen principalmente en París. Los institutos jesuitas en Francia son influyentes en varios ámbitos intelectuales: asociaciones, centros de investigación e incluso institutos de preparación para los estudios de medicina

De hecho, el Vaticano y la orden de los jesuitas siempre han reconocido la importancia de influir en los jóvenes. La lógica dicta que el trabajo con los jóvenes promueve la evangelización: sostienen que es importante entender la situación de los jóvenes de hoy para ayudarlos, para prevenir el desempleo y otros trastornos que pueden llevar a su radicalización. 

Debido a la fuerte presencia académica de los jesuitas, muchas celebridades tienen vínculos directos o indirectos con la Orden de los Jesuitas. Por ejemplo, Charles de Gaulle estudió en el Colegio Jesuita de la Inmaculada Concepción, Bill Clinton continuó sus estudios en la Universidad Jesuita de Georgetown. El propio Alfred Hitchcock atribuye sus habilidades cinematográficas y de guionista a la educación que recibió en el Colegio Jesuita de San Ignacio en Enfield, en el distrito de Londres. 

De hecho, los aficionados de la historia y el cine también pueden disfrutar de películas sobre la expansión de los jesuitas por el mundo. Por ejemplo, la película La Misión de Roland Joffé, animada por la magnífica banda sonora de Ennio Morricone, narra la difícil misión de evangelización de una tribu guaraní en América Latina, la cual estaba bajo la presión de los colonizadores portugueses. También es posible ver la película Silencio, de Martin Scorsese, que se estrenó en 2016. Esta película cuenta la historia de unos misioneros jesuitas que se enfrentaron a la dificultad de evangelizar Japón. 

Ambas películas ilustran los conflictos entre las creencias y las culturas de los jesuitas y las naciones extranjeras. De hecho, ellas narran especialmente la cuestión de la perseverancia de la fe ante las intensas pruebas espirituales y físicas. Y, aunque pueden ser difíciles de ver, estas películas permiten comprender mejor el contexto histórico y cultural de las misiones jesuitas en todo el mundo.