San Antonio de Padua

Un corazón europeo

Natural de Portugal, terminó su vida en Padua, Italia, después de haber surcado el sur de Francia combatiendo la herejía. El joven descendiente de la familia de Carlomagno y de Godofroy de Bouillon, había decidido renunciar a su parentezco con la nobleza para seguir los votos de pobreza franciscana, e ir a morir como un mártir en Marruecos. No obstante, Dios lo escogió para defender la fe verdadera en tierra europea, por lo cual impidió su viaje, y cambió su rumbo, llevándolo a predicar la sana doctrina a los albigenses, (movimiento hereje disidente de la Iglesia Católica). Antonio se destacó por su don de oratoria y sus enseñanzas, lo cual lo llevaría a convertirse en el primer gran teólogo franciscano, y en Doctor de la Iglesia. Es considerado el santo patrono de Portugal y uno de los principales defensores de las raíces cristianas en Europa.

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Biografía de San Antonio de Padua

Fernando Martins de Bulhões, nació en 1195 en Lisboa, Portugal. Era hijo de un caballero al servicio del rey y su familia familia era bastante devota. En su juventud su educación estuvo a cargo de los canónigos de la catedral de de Lisboa. 

A los quince años, Fernando ingresó al monasterio de los canónigos regulares de San Agustín. Dos años más tarde, se trasladó al monasterio de la Santa Cruz de Coimbra, sede principal de la Orden. Durante ocho años, el jóvencito recibió formación en teología y estudio bíblico de parte de los canónigos regulares de la orden de San Agustín, y luego fue ordenado sacerdote a los 25 años. 

En 1220 el joven sacerdote se sintió profundamente conmovido por el recibimiento triunfal dado a cinco hermanos franciscanos muertos como mártires en Marruecos, por lo que no dudó en reunirse con los hermanos franciscanos de la ermita Dos Olivais y pedirles que lo enviaran a Marruecos y así recibir la corona de los mártires. De hecho, su solicitud de retirarse de los canónigos regulares fue aceptada, y Fernando se convirtió en franciscano, adoptando el nombre de Antonio, en memoria de San Antonio ermita y padre del desierto. Luego de estos sucesos, viajó de inmediato a Marrakech. 

Tan pronto llegó a Marruecos, el joven sacerdote se enfermó y no pudo ejercer su ministerio sacerdotal, por lo que, al no poder recuperarse, tuvo que regresar a Portugal. En el viaje de vuelta, los fuertes vientos hicieron que el barco llegara a Sicilia, donde los frailes de Mesina lo acogieron fraternalmente. Tras dos meses de convalecencia, el joven sacerdote se dirigió a Assise en Italia, lugar donde San Francisco reunía a todos los hermanos franciscanos para el gran evento de Pentecostés. Es así como Antonio tuvo la oportunidad de escuchar a San Francisco hablar del ideal de evangelización, lo cual confirmó su vocación de franciscano. Una vez celebrado el evento, Antonio fue enviado a la capilla de Montepaolo para celebrar la eucaristía para los hermanos, y en ese lugar se consagró a la oración y a los trabajos de servicio a la comunidad. 

Un día Antonio fue invitado a predicar. En esa ocasión todos constataron que poseía un gran don para la predicación, lo cual lograron identificar gracias a sus profundos conocimientos y a su manera de expresarse, bastante clara y precisa, por lo cual le pidieron ejercer el ministerio de la predicación, especialmente para combatir la herejía del catarismo, que en ese entonces estaba bastante extendida en la región. Desde ese momento, el hermano Antonio se dedicó a recorrer los caminos de Italia y del sur de Francia para reafirmar la moral del Evangelio y rectificar la doctrina cristiana. En 1223, san Francisco le pidió a Antonio enseñar teología a los hermanos franciscanos. De este modo se fundaron las primeras escuelas de teología franciscana en Italia y en Francia. Posterior a la muerte de san Francisco, Antonio regresó a Italia, donde fue nombrado Superior Provincial del norte del país. A su regreso, se integró a la comunidad de Padua, lugar donde se instaló definitivamente desde el año 1230.  Allí ejerció un ministerio de confesión y se esfuerzó por defender los derechos de los pobres. Más adelante, al encontrarse bastante agotado, no tuvo otra opción sino de retirarse en Camposampiero, para llevar una vida de oración y meditación. Es precisamente en ese lugar que recibió la dulce visita del Niño Jesús. Finalmente, Antonio murió el 13 de junio de 1231, en las afueras de Padua, a la edad de 36 años, mientras sus labios susurraban estas palabras: “Veo a mi Señor”. 

Cabe destacar que, a partir de su muerte, la devoción a San Antonio por parte de los habitantes de los alrededores de Padua comenzó a crecer, y sucedieron miles de sanidades y milagros al pie de su tumba. Estos sucesos llevon al Papa Gregorio IX a abrir un proceso de canonización, el cual finalmente se hizo efectivo el 30 de mayo de 1232, es decir, tan solo 11 meses después de su muerte, lo cual constituye un récord único en la historia de la santidad. San Antonio de Padua fue proclamado Doctor de la Iglesia por Pío XII en 1946 y su fiesta se celebra el 13 de junio.

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El alcance espiritual de San Antonio

Los sermones de San Antonio

Se dice que Antonio escribió sus sermones para los domingos y fiestas del año durante una estancia en Padua; él tomó el tiempo para dar forma sus predicaciones y enseñanzas, las cuales transmitió mucha veces a sus hermanos franciscanos. El objetivo de estos sermones era la formación de la vida cristiana, pues hablaban de la fe, la ejecución de los sacramentos, las buenas costumbres... De hecho, estos sermones constituyen la gran obra literaria y teológica de San Antonio: fueron escritos en latin medieval y poseen un estilo muy erudito, llenos de numerosas citaciones a las santas escrituras, los padres de la iglesia y los filósofos griegos. 

Los milagros de San Antonio de Padua

Durante su vida, San Antonio fue conocido como sanador y taumaturgo, que hizo muchos milagros, de los cuáles, referimos algunos de los ejemplos más famosos: en una ocación, un herético se negaba a creer en la presencial real y puso a prueba a San Antonio. El santo trajo una mula y la puso a escoger entre su alimento y el santo sacramento. Al oír la oración de San Antonio, el animal se arrodilló delante de la hostia consagrada, y el incrédulo se convirtió. En otra ocasión, un bebé recién nacido habló para indicar quién era su padre, lo cual permitió solucionar una acusación de adulterio contra la orden de San Antonio,   

Después de la muerte de San Antonio, muchos son aquellos que le dirigen sus oraciones: las personas rezan especialmente a San Antonio por los niños, puesto que su intercesión ha obtenido muchísimos milagros para los pequeños. Por ejemplo, en una ocasión San Antonio resucitó a un niñito que se había ahogado. Por tal razón, la tradición motiva a que se consagren los niños desde su nacimiento, para ponerlos bajo la protección de este gran santo. De hecho, existe una oración especial para pedir un milagro a San Antonio. 


San Antonio, patrono de los enamorados

San Antonio de Padua es conocido por ser el santo patrono de los enamorados. A él le rezan, especialmente, para encontrar el alma gemela o recuperar el amor perdido. A continuación, te compartimos una oración eficaz para encontrar el amor.

Además, es bien sabido que San Antonio actúa en todas las áreas de nuestras vidas afectivas y familiares: se le puede reza por las dificultades de fertilidad, por las mujeres embarazadas, por los matrimonios y en regla general por las familias


San Antonio de Padua y los objetos perdidos

San Antonio es muy conocido por ser el santo que ayuda a encontrar los objetos perdidos. También se tiene la costumbre de rezar a San Antonio, para encontrar las personas desaparecidasDe hecho, se dice que al rezar la oración para encontrar un objeto perdido, con fe y confianza, se obtienen resultados eficases y asombrosos.


La basílica San Antonio de Padua

La basílica pontificia de San Antonio, es una de las obras maestras más grandes del mundo; en Italia se le llama Il Santo. Este lugar de culto es uno de los más frecuentados por los cristianos y reconocido por la iglesia como “santuario internacional.” La construcción de este edificio en honor a San Antonio comenzó en 1232 y se extendió hasta el finales del siglo XIII. Como dato curioso, se puede decir que la basílica de San Antonio se parece bastante a la basílica de San Marcos de Venecia. De heco, su arquitectura, que mezcla extraordinariamente el estilo romano y gótico, hace que la basílica sea una maravilla digna de observar, y una construcción muy original.

Oraciones a San Antonio de Padua

Entre las oraciones más eficaces para obtener la intercesión de San Antonio de Padua, se encuentran las letanías de San Antonio de Padua, la oración por las cosas perdidas, la oración de los trece martes. También se puede rezar el rosario a San Antonio, que en realidad es una trecena, la cual es una oración poderosa al momento de obtener una gracia. 

De hecho, puedes depositar tus intenciones de oración a San Antonio de Padua aquí, y en la basílica de San Antonio orarán por ellas.