Santa Juana Beretta Molla

Santa Gianna Beretta Molla

Una madre valiente

Juana Beretta fue madre de una familia numerosa, pediatra, deportista, oradora ferviente y una persona comprometida con la acción católica para los más pobres. Ella, muy amorosamente, compartió a manos llenas su alegría de vivir en la fe hacia el Resucitado. Cierta vez, mientras estaba embarazada, le descubrieron un fibroma en el útero, por lo que tuvo que ser operada. En ese momento, aún sabiendo el riesgo inminente que esto suponía, rogó  al cirujano que no interrumpiera su embarazo y que salvara la vida que crecía en su vientre: Si tienen que escoger entre el bebe y yo, no tengan ninguna reserva; escojan- y se los exijo- la bebe. Sálvenla a ella!”. Luego de su petición, el bebé nació y Juana murió soportando un terrible dolor, poco después de haber pronunciado las siguientes palabras: "Jesús, te amo". Jesús, te amo". De hecho, por todo lo vivido, su intercesión es muy poderosa para todas las futuras madres.

(Encuentra otros santos en la guía de santos de Hozana).

Biografía de Juana Beretta Molla

Su infancia

Juana, o Gianna Beretta Molla, nació el 4 de octubre de 1922 en Magenta, Italia y creció en un ambiente de profunda piedad. Sus padres hicieron parte de la Tercera Orden Franciscana, por lo que inculcaron a sus hijos el don de sí mismo y la modestia. De hecho, Juana hizo su primera comunión a los 5 años. Desde entonces, siguió los pasos de sus padres y llevó una vida de sincera devoción, en la que asistía a misa y rezaba el rosario a diario. En 1938 participó en un retiro durante el cual escribió muchas resoluciones. En una de ellas, se comprometió a: "Rezar el Ave María todos los días, para que el Señor me conceda una muerte santa". A los 12 años, Juana se hizo miembro de la Acción Católica, movimiento que le permitió madurar en su fe. De hecho, una de las consignas de este movimiento es el sacrificio

Sus estudios

Los padres de Juana murieron en 1942 de manera sucesiva y la joven huérfana comenzó sus estudios de medicina en Milán, en un ambiente de guerra. De hecho, soportó la tragedia de los atentados, sin embargo, siguió con su formación e iba a misa todos los días. Ella creía profundamente en la belleza de su vocación: "[...] es una misión sacerdotal – como él (el sacerdote) puede tocar a Jesús, así nosotros (médicos) tocamos a Jesús en el cuerpo de nuestros enfermos: pobres, jóvenes, viejos, niños”. Además, Juana obtuvo su doctorado en 1949, se especializó en pediatría y logró ejercer su carrera en un consultorio ubicado en Mesero (Italia).

Su vida conyugal

Los familiares de Juanaveían en ella su amor por la vida y por los demás… En cierta ocasión, Peitro Molla, un ingeniero cuya familia vivía al lado de su consultorio médico, puso su mirada en Juana, y su afecto fue creciendo a medida que se iban conociendo. De hecho, ellos compartían el mismo fervor religioso, por lo que se casaron con un amor perfecto en 1955. En cierta ocasión, Gianna escribió a Peitro las siguientes palabras: "Con la ayuda y la bendición de Dios, haremos todo para que nuestra familia sea un pequeño cenáculo donde Jesús reine sobre todos nuestros afectos, deseos y acciones. Convirtámonos en colaboradores de Dios en la creación" . De este modo, en los años siguientes al matrimonio, Juana dio a luz a sus tres primeros hijos. 

Su embarazo y muerte 

En 1961, Juana esperaba su cuarto hijo. Sin embargo, en el segundo mes de embarazo, comenzó a experimentar el misterio del dolor, al enterarse que tenía un fibroma uterino que debía ser extirpado. Consciente del riesgo que la operación suponía para la bebé, rogó al cirujano que la salvara. La operación fue un éxito, pero los riesgos no cesaron... Con el pasar de los meses, Gianna ya estaba lista para dar a luz y volvió a repetir estas palabras: “Si tienen que escoger entre el bebe y yo, no tengan ninguna reserva; escojan- y se los exijo- la bebe. Sálvenla a ella!”. Fue así como su hija Juana Emanuela nació el 21 de abril de 1962. Por desgracia, Juana sufrió diversas complicaciones, entre ellas una grave inflamación abdominal. . A pesar del dolor, Gianna rechazó rotundamente que le administraran narcóticos. De hecho, Gianna sentía que adquiría más lucidez a medida que se acercaba la muerte. Finalmente, esta maravillosa mujer murió el 28 de abril de 1962.

Milagros, Beatificación y Canonización de Santa Juana Beretta Molla

"Todos los caminos del Señor son hermosos porque su fin es uno y el mismo: salvar nuestra propia alma y tener éxito dirigiendo a muchas otras almas al cielo, a dar gloria a Dios" - Jeanne Beretta Molla

El día del funeral de Juana Beretta Molla, muchas personas se reunieron en la parroquia de Nuestra Señora del Buen Consejo, la cual era demasiado pequeña para acogerlos a todos. Debido a que la historia de Juana se difundió rápidamente, la gente comenzó a dedicar sus oraciones a esta gran mujer. De hecho, estos movimientos de devoción se hicieron tan populares, que en 1980 el cardenal Carlo Martini, arzobispo de Milán, hizo que se abriera la investigación para su beatificación. 

Respecto a sus milagros, el primero que se le atribuye ocurrió en 1977 en Brasil, en la ciudad de Grajaú (lugar donde Juana aspiraba a ser misionera). Esto sucedió en el hospital de San Francisco de Asís, donde una enfermera y sus colegas rezaron por la intercesión de Gianna Beretta Molla, pidiendo la curación de una paciente gravemente enferma. De inmediato, la paciente declaró que sus dolores habían desaparecido, luego le practicaron un examen y los médicos confirmaron su sanación milagrosa. Juana fue beatificada el 24 de abril de 1994, en el año Internacional de la Familia.

El segundo milagro atribuido a Juana y que fue validado para su canonización ocurrió en 1999, con una mujer brasileña que tuvo graves complicaciones durante su embarazo: los médicos observaron el crecimiento de un coágulo de sangre que podía provocar el desprendimiento prematuro de la placenta. De hecho, ellos no creyeron mucho en la supervivencia del bebé y estaban más preocupados por salvar a la madre. A las 16 semanas de gestación, la membrana amniótica se rompió y la mujer, en un intento desesperado por salvar la vida de su hijo, empezó a recibir abundantes transferencias de fluidos intravenosos. Mientras eso ocurría, la frecuencia cardíaca del feto estaba dramáticamente por debajo del promedio (16 lpm frente a una media de 100 a 160 lpm). De hecho, la situación era tan agobiante, que el obispo Diógenes Silva Mathes fue al hospital para dar la unción de los enfermos a la madre. En ese momento, le habló de la beata Juana Beretta Molla y pidió su intercesión para la curación del niño y de su madre, y luego le dio su imagen a la joven madre. Tras este hecho, la madre comenzó a rezar fervientemente junto a sus familiares, pidiendo la intercesión de Juana. Y, aunque la vida del feto estuvo pendiendo de un hilo durante su gestación, finalmente pudo nacer a la semana número 32 de embarazo. A esta pequeña bebe que nació milagrosamente se le llamó Gianna Maria: era una hermosa bebe y muy sana.Por su parte, su madre sufrió algunas complicaciones, pero logró recuperarse y poder llevar a su hija a casa.

Juana Beretta Molla fue canonizada el 16 de mayo de 2004, y su fiesta se celebra el 28 de abril, día de su muerte. De hecho, ella fue la última santa canonizada por el Papa Juan Pablo II. 

Oraciones a Santa Juana Beretta Molla

Reza estas oraciones en tu corazón para pedir la intercesión de Santa Juana Beretta Molla.

Oración I

“Dios, Padre nuestro,
te alabamos y te bendecimos
porque en Santa Juana Beretta Molla
nos has concedido y dado a conocer
a una mujer, testigo del Evangelio,
como joven, esposa, madre y médico.
te damos gracias también porque
por medio de la entrega de su vida
nos enseñas a acoger y honrar a toda criatura humana.
Tú, Señor Jesús,
has sido para ella referencia privilegiada:
te ha sabido reconocer
en la belleza de la naturaleza;
cuando se preguntaba qué camino debía tomar en la vida,
te buscaba y quería servirte del mejor modo posible;
en el amor conyugal ha sido signo
de tu amor por la Iglesia y por la humanidad;
como tú, buen samaritano, se ha detenido
junto a toda persona enferma, pequeña y débil;
siguiendo tu ejemplo y por amor,
se ha dado totalmente, engendrando nueva vida.
Espíritu Santo, fuente de toda perfección,
concédenos también a nosotros sabiduría,
inteligencia y valor para que,
siguiendo el ejemplo de santa Juana y por su intercesión,
en la vida, personal, familiar y profesional,
sepamos ponernos al servicio de todo hombre y de toda mujer
para crecer así en el amor y en la santidad.

Amén.”

-Fuente: Aciprensa

Oración II

“Oh compasiva Santa Juana, 
médico que cuida a los pobres, 
a los ancianos, a los niños y a las madres embarazadas, 
considera amorosamente mi humilde oración, 
e intercede por mi ante nuestro Padre Celestial. 
Como esposa y madre consagrada, imitaste el amor de nuestro Salvador, Jesucristo, 
incluso hasta el punto de dar tu vida para salvar la vida de tu hija no nacida. 
Te ruego pidas al Espíritu Santo que me llene de valor, para que tus palabras se hagan mías:
“Lo que Dios quiera”. Si cabe en el plan amoroso que tiene Dios para mí,
 intercede para que conceda mi intención (aquí menciona tu petición). 
Hago esta súplica para la sanación y el fortalecimiento de mi corazón, 
de mi alma, de mi mente y mi cuerpo, 
con total confianza en Cristo nuestro Señor. 

Amén”.