Itapiranga: apariciones, irradiación, mensajes y oraciones
En Itapiranga, en la Amazonía, Brasil, la Virgen María se apareció a María do Carmo y a su hijo, Edson Glauber, en 1994. Cristo, San José y San Miguel Arcángel también se aparecieron a los dos videntes.
En 2009, el obispo del lugar reconoció el carácter sobrenatural de las apariciones.
Descubre otras apariciones marianas recientes: las de Kibeho, en Ruanda, y las de Medjugorje, que perduran hasta el día de hoy.
Historia de las apariciones de Itapiranga
¿Quiénes son los videntes?
María do Carmo era una madre de familia de la Amazonía. Edson Glauber nació el 27 de octubre de 1972, y en el momento de las primeras apariciones tenía 21 años y estudiaba Ciencias Económicas en la Universidad del Amazonas.
Las primeras apariciones ocurrieron en Manaos, capital del estado de Amazonas, donde vivía la familia. Luego, la Virgen pidió a Edson y a su madre que se dirigieran a Itapiranga, ciudad natal del padre de Edson. Ese lugar fue elegido porque en ese entonces estaba especialmente descristianizado y alejado de Dios. María do Carmo fue llamada a la Casa del Padre el 8 de noviembre de 2020 y su hijo Edson murió un año después, en 2021, a causa de una enfermedad fulminante. La Virgen explicó a Edson: “Quiero mostrar a mis hijos, en todo el mundo, el amor que tengo por mi Hijo Jesús y el amor que Jesús tiene por mí, su Madre. Por eso he elegido a una madre y a un hijo, para representar ese amor.”
Relato de las apariciones
La primera aparición tuvo lugar el 2 de mayo de 1994. La primera en ver a la Virgen fue María do Carmo; su hijo comenzaría a verla poco después. En plena noche, sintió el llamado a la oración y, colocándose frente a su pequeño oratorio de la Virgen en su casa, rezó un Rosario completo (misterios gozosos, dolorosos y gloriosos). Al llegar al último misterio, la habitación se iluminó y apareció una joven vestida de blanco, mostrando el rosario que tenía en la mano. La Virgen le mostró a María do Carmo a su hijo Quirino, fallecido en un accidente a los 11 años.
El 4 de mayo, durante la segunda aparición, antes de que llegara la Virgen, María do Carmo vio al diablo, que intentó disuadirla de rezar. Ella, animada por el Espíritu Santo, exclamó: “¡Por la Sangre de Cristo, vete!” Esa frase hizo huir al demonio. Luego Jesús apareció con su Madre, y con Quirino, el hijo fallecido. Jesús explicó que Quirino estaba en el paraíso, como un ángel, un santo.
En la tercera aparición, el 7 de mayo, la Virgen mostró a María las almas que van al infierno, en particular las de personas pertenecientes a sectas, masonería, ocultismo o brujería. La Virgen le dijo: “Todas esas almas van al infierno, porque han preferido las tinieblas a la luz.”
El 8 de mayo de 1994, Día de la Madre, se produjo la cuarta aparición. La Virgen apareció llorando, sosteniendo un feto ensangrentado en sus manos. Quería llamar la atención de las madres que rechazan o matan a sus hijos. Dijo: “¡El aborto es un pecado grave! Quienes lo practican deben confesarse con un sacerdote, con profundo arrepentimiento; ¡porque en este caso las palabras no bastan! Las madres que han cometido este acto deben rezar cada día en reparación por el hijo que mataron.”
Desde las primeras apariciones, todos los hijos de María do Carmo creyeron firmemente en su testimonio.
El 30 de abril de 1994, mientras rezaba el Rosario, Edson escuchó la voz de la Virgen, que le dijo: “Reza el Rosario todos los días”. Pocas semanas después, comenzó a verla también. Edson le preguntó quién era. Ella respondió: “¡Soy la Bienaventurada Virgen María, la Madre de Jesús!” Luego añadió: “Soy la Reina del Rosario y de la Paz.” La Virgen explicó el motivo de ese doble título: “Quiero mostrar que es por la oración del Rosario que el mundo encontrará la paz.”
Los mensajes insisten en la oración diaria del Rosario, especialmente en familia, apagar la televisión para dedicar tiempo a la oración, confesarse con regularidad, adorar a Jesús en la Eucaristía. Los mensajes confirman que “la auténtica Iglesia es la Iglesia Católica Apostólica Romana” y que un “torrente de castigos” se avecina sobre la humanidad. La Virgen mostró a Edson el paraíso, el infierno y el purgatorio, y dio enseñanzas dirigidas especialmente a las familias, a través de María do Carmo.
Reconocimiento de la Iglesia
El obispo local, Mons. Carillo Gritti, abrió rápidamente una investigación para examinar los hechos y su carácter sobrenatural. Después de 15 años de estudios, el obispo se pronunció a favor de las apariciones durante la Solemnidad de Pentecostés, el 31 de mayo de 2009. Al mismo tiempo, autorizó el culto a los Tres Sagrados Corazones: el de Jesús, el de María y el de San José.
Irradiación espiritual de las apariciones de Itapiranga
La Virgen María dijo que la ciudad de Itapiranga, lugar de sus apariciones, se ha convertido en: “una fuente de gracias para el pueblo de la Amazonía, para Brasil y para toda la humanidad.”
En Itapiranga, el Cielo reveló al mundo la devoción a los Tres Sagrados Corazones de Jesús, María y José. Esta devoción fue mostrada a Edson el 25 de diciembre de 1996, mediante una gran visión, durante la cual vio el Corazón Castísimo de San José, coronado con 12 lirios. En el centro del corazón se encontraba la letra "M" de María, coronada por una cruz (como en la Medalla Milagrosa), símbolo de su amor infinito por Jesús y María.
Mensajes dados por el Cielo en Itapiranga
Numerosos mensajes fueron transmitidos por Jesús, la Virgen María, San José y San Miguel Arcángel a los videntes de Itapiranga.
Mensaje de la Virgen María a Edson el 24 de julio de 2010
“¡La paz esté con ustedes!
Hijos míos, amados, recen por la conversión del mundo. El mundo aún no se ha convertido, porque no busca a Dios.
Pido conversión en mis apariciones porque es urgente. Los hombres viven en el mundo haciendo más la voluntad del demonio que la voluntad de Dios. La situación es espantosa en muchos lugares del mundo, especialmente en las grandes ciudades. Hijos míos, su ciudad no está mejor. Si vieran con mis ojos de Madre cuántas cosas tristes y sucias cometen los hombres, las mujeres, y especialmente muchos jóvenes, quedarían horrorizados. Mi corazón de Madre sufre por el alejamiento de los hombres, de la gracia de Dios. Muchos pierden la pureza de sus cuerpos y de sus almas por cosas insignificantes y por culpa propia. Mis hijos han perdido el respeto hacia Dios y hacia el prójimo y se dirigen por la autopista hacia la perdición.
Intercedan, intercedan constantemente por sus hermanos en todo el mundo, y también por la paz. Yo soy la Reina del Rosario y de la Paz. Soy su Madre. Quiero darles muchas gracias, pero recen, recen, recen el Rosario. Es Dios quien me permite decirles esto. Es Él quien les habla a través de mi mensaje. Decídanse por Dios, porque la felicidad de muchas almas depende de su “sí” y de su decisión de vivir su propia conversión.
Luchen por el cielo y nunca serán decepcionados ni abandonados por Dios. ¡Los bendigo a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén!”
Mensaje de Jesús dirigido al Papa San Juan Pablo II
“Quiero que, el primer miércoles, después de las fiestas del Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de mi Madre, se instituya la fiesta en honor del Corazón Castísimo de San José.” (6 de junio de 1997, mensaje dirigido al Papa Juan Pablo II)
Oración revelada por Jesús en Itapiranga
“Ven, Señor, ven a actuar y orar en mí en este día, con tu Divina Voluntad.
Que todos mis actos se multipliquen por la eternidad en reparación por los pecados del mundo, desde Adán hasta la última criatura que será creada en la Tierra, para la salvación eterna de las almas, y para dar mayor alegría a los Ángeles y a los Santos del Paraíso, que verán en mí, en mi vida y en mi voluntad humana, reinar tu Divina Voluntad.
FIAT VOLUNTAS TUA. ¡Amén!
Te imploro ahora, en tu Divina Voluntad, Señor:
que mi voluntad esté unida a la tuya,
que mis labios estén unidos a tus labios,
que mi corazón se fusione con tu Divino Corazón,
que seamos un solo alma y un solo corazón en tu amor,
que todas mis acciones estén unidas a tus acciones,
que todos mis pasos estén unidos a tus pasos,
que cada latido de mi corazón esté unido a los latidos de tu Divino Corazón,
que mi sangre fluya en tu Divina y Preciosísima Sangre,
que mi espíritu penetre tu Espíritu y piense contigo,
que yo actúe en perfecta unión contigo,
para que todas mis palabras, pensamientos y acciones estén conformes con tu Santa y Divina Voluntad,
la cual creó a todos los seres y al universo entero, y cuyo poder no tiene igual,
por la cual todas las cosas están sometidas a tu poder Creador, Redentor, Santificador y Divino.
¡Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo, el cielo y la tierra proclaman tu gloria! ¡Hosanna en el cielo, bendito el que viene en el nombre del Señor, Hosanna en el cielo!”
Esta oración se hace eco de las revelaciones sobre la Divina Voluntad que Jesús dio a la Sierva de Dios Luisa Piccarreta.
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