Aparición de la Virgen María en Champion, Estados Unidos
El 9 de octubre de 1859, en el pueblo de Champion, cerca de la ciudad de Green Bay (en Wisconsin, Estados Unidos), la Virgen se le apareció a Adela Brise, una inmigrante belga de 28 años. Al principio, la Iglesia no le hizo caso. Sin embargo, la joven tomó cartas en el asunto y fundó una escuela para proporcionar educación académica y espiritual a los niños del pueblo, así como una capilla y un pequeño santuario en el lugar de las apariciones de la Santísima Virgen. En 2009, Monseñor David L. Ricken, obispo de Green Bay, inició una investigación canónica para que se reconocieran las apariciones. Tras recibir un informe positivo de la comisión de investigación, el obispo reconoció oficialmente la autenticidad de las apariciones marianas en nombre de la Iglesia católica. Así pues, el santuario construido por la joven belga fue clasificado como santuario nacional. Esta aparición de la Madre de Jesús es la primera y única que ha sido reconocida oficialmente como auténtica en Estados Unidos.
El contexto de las apariciones
Las apariciones de Champion, también conocidas como las "apariciones marianas de Green Bay", tuvieron lugar justo un año después de las apariciones de la Virgen María a Bernadette Soubirous en Lourdes.
La región de Champion se dedica principalmente a la agricultura y la silvicultura y allí pocos niños iban a la escuela. Adela Brise, nacida en Bélgica en 1831, había llegado a Estados Unidos con sus padres en 1855, y para ese entonces, ya se había instalado una numerosa comunidad belga en la región.
Apariciones de la Virgen María
Primera aparición
El 9 de octubre de 1859, la joven Adela Brise vio por primera vez a una mujer sonriente, vestida de blanco con una faja amarilla alrededor de la cintura y una corona de estrellas en la cabeza, en un camino arbolado de la ciudad de Champion (entonces Robinsville). La Señora estaba rodeada de una luz brillante, y de repente, la mujer desapareció sin decir nada.
Segunda aparición
El domingo siguiente, Adela fue a misa y, de camino, volvió a ver a la mujer vestida de blanco. Al verla, cayó de rodillas, asombrada, pero su hermana y una de sus amigas no vieron nada y no comprendieron la actitud de Adela. Entonces, la joven se levantó y se reunió con su familia en la iglesia.
Tercera aparición
Al final de la celebración, la joven fue a ver a su confesor y le contó lo sucedido el 9 de octubre y de ese mismo día. El sacerdote le creyó y le dijo que, si aquella Señora era realmente una mensajera de Dios, volvería. Aconsejó a Adela que confiara en ella y que, la próxima vez que la viera, le preguntara quién era, en nombre de Dios y qué esperaba de Adela. La joven belga escuchó el consejo del clérigo y regresó a su casa.
De camino a casa, se le apareció la Virgen María. Adela le hizo las preguntas que le había recomendado el sacerdote.
La Santísima Virgen respondió: “Soy la Reina del Cielo que reza por la conversión de los pecadores y quiero que obres como yo”.
"Has comulgado esta mañana y eso está bien, pero tienes que esforzarte más. Haz una confesión general y ofrece la Comunión para que los pecadores se conviertan. Si no se convierten y hacen penitencia, mi Hijo se verá obligado a castigarlos".
Adela iba acompañada de dos amigas, una de las cuales le preguntó qué con quién estaba hablando, al no ver a la Virgen María. Adela le respondió: “arrodíllense”, les dice Adela: “La señora dice que es la Reina del Cielo”.
Las dos mujeres obedecieron, y entonces la Virgen, mirando a las dos amigas, dijo: "Bienaventurados los que creen sin ver".
La Madre de Jesús se dirigió de nuevo a Adela y le dijo: "¿Qué haces aquí sin hacer nada mientras tus amigas trabajan en la viña de mi Hijo?"
Adela respondió: "¿Qué otra cosa puedo hacer, mi amada Señora?"
Entonces la Virgen dijo: "Reúne a los niños de este país salvaje y enséñales lo que necesitan saber para salvar sus vidas".
Adela, sorprendida y desconcertada, le preguntó: "¿Cómo puedo enseñarles lo que yo misma sé tan poco?"
María, antes de dejarla, finalmente dijo: "Enséñales el catecismo, a persignarse y a recurrir a los sacramentos; ese es mi deseo". "Ve y no temas nada. Yo te ayudaré".
Después de las apariciones
La joven belga escuchaba a la Virgen María. Iba de casa en casa, instruía a los niños en la fe cristiana, les enseñaba oraciones y les acompañaba en el camino hacia la Primera Comunión, también animaba a sus padres a volver a misa y a retomar la práctica de la fe. Poco a poco, otras jóvenes se fueron uniendo a ella, deseosas de ayudarla. Por lo que fundó una orden laica de mujeres llamada Hermanas de la Buena Salud.
Pero, mientras muchos la creían cuando relataba apariciones de la Virgen María y acudían a oírle predicar, los escépticos le hacían la vida imposible. Por lo tanto, la Iglesia católica amenazó a Adela con excomulgarla si seguía hablando de sus visiones. Sin embargo, esto no la detuvo. En 1861, construyó una escuela y acogió a muchos niños, a los que enseñó el catecismo, tal y como le había pedido la Madre de Jesús; también construyó una capilla y un santuario llamado Nuestra Señora del Buen Socorro, en el lugar de las apariciones de la Virgen María.
Más tarde, una comunidad laica de monjas franciscanas se instaló cerca de la escuela y el santuario para ayudar a Adela en su misión. Allí las religiosas atendían a enfermos y niños, además todos los peregrinos que sufrían se curaban milagrosamente tras su estancia en Champion.
Por último, Adela dedicó toda su vida a la educación religiosa de los niños hasta el 5 de julio de 1896, fecha en que entregó su alma a Dios.
Reconocimiento de las apariciones
En 2009, el obispo David L. Ricken, viendo el fervor que rodeaba a la joven, abrió una investigación canónica sobre las apariciones marianas en Champion, en el emplazamiento del santuario de Nuestra Señora del Buen Socorro. La comisión de investigación revisó toda la información histórica disponible sobre las apariciones, así como la vida de Adela, conocida como Sor Adela. La comisión estaba formada por tres teólogos expertos en teología mariana y con gran experiencia en el estudio de apariciones. Todos coincidieron en que el testimonio de Adela sobre sus visiones de la Santísima Virgen era creíble. Entonces, la comisión se basó en las directrices establecidas por el Vaticano en 1978 sobre el discernimiento de las apariciones marianas, con el fin de establecer su conclusión. Así, basándose en las conclusiones de la comisión, el arzobispo Ricken aprobó oficialmente las apariciones de la Virgen María en Champion en octubre de 1859, el miércoles 8 de diciembre de 2010, fiesta de la Inmaculada Concepción. Este anuncio se hizo en el santuario, ante más de 250 personas:
"Declaro con certeza moral y de acuerdo con las normas de la Iglesia que los acontecimientos, las apariciones y las locuciones concedidos a Adela Brise en octubre de 1859 muestran la sustancia de un carácter sobrenatural, y apruebo por la presente estas apariciones como dignas de creencia - aunque no obligatoria - por parte de los fieles cristianos".
Finalmente, el 15 de agosto de 2016, la Conferencia Episcopal de Estados Unidos declaró que el pequeño santuario mariano de Champion se había convertido en "santuario nacional".
Oración a Nuestra Señora del Buen Socorro
"Nuestra Señora del Buen Socorro, a lo largo de los siglos, nuestros padres han acudido a ti y tú has escuchado sus plegarias. En tiempos de peste, guerra y desgracia, les diste esperanza y paz. Protege hoy nuestra ciudad, a cada uno de sus habitantes y a sus responsables.
Concédenos vivir juntos en fraternidad y cuidar de los más vulnerables. Cuida y protege a nuestras familias.
Señora Nuestra, ayúdanos a vivir y anunciar el Evangelio de tu Hijo, a escuchar su Palabra, a estar abiertos a los llamados del Espíritu, para gloria de Dios y salvación del mundo. Amén".
"Nuestra Señora de Champion, ruega por todos los americanos, ruega por nosotros".
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