29 de abril, fiesta de Santa Catalina de Siena

Santa Catalina de Siena es una de las cuatro santas nombradas "Doctora de la Iglesia", junto con Santa Teresa de Ávila, Santa Teresa de Lisieux y Santa Hildegarda de Bingen. La Iglesia Católica celebra su fiesta el 29 de abril. Cabe notar que para que una persona sea nombrada “Doctora de la Iglesia” por un Papa o un concilio, esta debe haber sido canonizada y haber impartido una “doctrina eminente”. Como lo menciona la página web Catholic.net: "Los tres requisitos para que alguien pueda ser considerado Doctor de la Iglesia, según Benedicto XIV, son: insigne santidad de vida, doctrina celestial eminente y reconocimiento o declaración expresa del sumo Pontífice".  Por lo anterior y gracias a su carácter firme y a su profunda piedad, esta santa mujer lo consiguió.

Santa Catalina nació en Siena en 1347, en una familia de veinticinco hijos. Desde los siete años, dedicó su vida a Dios haciendo voto de castidad; luego, a la edad de 16 años, a pesar de que le habían concertado un matrimonio, logró convencer a sus padres para que la dejaran entrar en un convento. De este modo se convirtió en terciaria dominica y, aunque al principio de su vida de religiosa, se retiró como ermitaña. Justo después de vivir la experiencia del matrimonio místico, recibió los estigmas de la Pasión de Cristo. Deseosa de consagrar su vida al servicio de Dios a través de los más pequeños, Santa Catalina prestó servicios en un hospital en donde predicó bastante y demostró ser una gran oradora, Incluso gracias a su misión llegó a formarse un grupo de feligreses que la acompañaban, de esta manera el alcance de su misión fue creciendo y cada vez un mayor número de personas se unía.

Finalmente, en 1375, viajó a Aviñón para intentar restablecer la paz entre los principados de Italia, suplicándole al Papa Gregorio XI que regresara a Roma, pero a pesar de que este accedió, murió poco después. Por ende, Santa Catalina permaneció en Roma al lado del nuevo Papa, Urbano VI, siendo su consejera hasta su muerte en 1380 y fue entonces hasta 1970 que fue nombrada la primera mujer Doctora de la Iglesia. 

Dos hermosas oraciones de Santa Catalina para rezar el 29 de abril

“Espíritu Santo, ven a mi corazón; atráelo hacia ti con tu poder, oh Dios mío, Y concédeme la caridad con temor filial. Presérvame, oh hermoso amor, de todo mal pensamiento; caliéntame, inflámame con tu querido amor, Y todo dolor me parecerá leve. Padre mío, mi dulce Señor, ayúdame en todas mis acciones. Jesús, amor. Jesús, amor. Amén”.

“Oh misericordia eterna, que cubres las faltas de tus criaturas. ¡Oh misericordia que procede de tu Divinidad, Padre eterno, que con tu poder gobiernas el mundo entero! En tu misericordia fuimos creados, y en tu misericordia la sangre de tu Hijo nos recreó. Tu misericordia nos conserva; tu misericordia nos da la vida. Distribuye la luz que da a conocer tu misericordia a toda criatura, tanto a los justos como a los pecadores. En lo alto del cielo, tu misericordia resplandece sobre tus santos. Si miro a la tierra, tu misericordia abunda. Incluso en las tinieblas del infierno la misericordia sigue brillando, porque no impones a los condenados todo el castigo que han merecido. Tu misericordia atenua la justicia. Por misericordia nos lavaste con tu sangre. Por misericordia quisiste vivir con tus criaturas. Oh, misericordia, mi corazón se enardece cuando pienso en ti. Dondequiera que me dirija, solo hallo tu misericordia. Amén”. 

¡Continúa tu oración con Santa Catalina de Siena gracias a Hozana!

¡Descubre magníficas comunidades de oración gracias a Hozana! Por ejemplo:

1. Participa en esta hermosa "novena con Santa Teresa de Ávila" ¡otra mujer considerada «Doctora de la Iglesia», junto con Santa Catalina! Para que camines junto con ella y te guíe por el camino de su propia experiencia a la oración y el  trato de amistad con Dios.
2. Esta comunidad "Practicar el "Carpe Diem" con Hildegarda de Bingen" ¡otra mujer considerada «Doctora de la Iglesia», junto con Santa Catalina! Que te ayudará a poner el cuerpo, el corazón y la mente en todas las obras de tu vida para que vivas con alegría.