Divina Misericordia

La fiesta de la Divina Misericordia se celebra el domingo siguiente a la Fiesta de Pascua: este día se llama "Domingo de la Divina Misericordia". 

La Fiesta de la Divina Misericordia fue establecida en el año 2000 por el Papa Juan Pablo II, como una respuesta a la petición que Jesús hizo a Sor Faustina durante sus apariciones, que consistía en manifestar una devoción especial a su misericordia durante el segundo domingo de Pascua. 

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¿Qué es la Fiesta de la Divina Misericordia?

¿Qué es la "Divina Misericordia"?

El término “misericordia” viene del latín miseri que significa “pobres” y cor que significa “corazón”. En este orden de ideas, “ser misericordioso” es tener el corazón vuelto hacia los pobres, es decir, estar lleno de compasión por todos aquellos que sufren. Santo Tomás de Aquino lo explica así: “La misericordia consiste en tener un corazón que se hace miserable por la miseria de los demás”.

La Iglesia católica nos enseña que la Divina Misericordia es “Dios acogiendo nuestra angustia en lo más profundo de sus entrañas” (Diócesis de París*). Al respecto, el Papa Francisco se refirió diciendo: “Así pues, la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se trata realmente de un amor “visceral”. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón” (Papa Francisco, Misericordiae Vultus).

*Traducido del francés por Hozana

La fiesta de la Divina Misericordia 

Para entender qué es la Fiesta de la Divina Misericordia, es necesario conocer el mensaje esencial que Jesús dirigió a Santa Faustina durante las numerosas apariciones que tuvo. De hecho, estas apariciones han sido compiladas en una obra titulada El Diario de Santa Faustina, del que se han extraído los siguientes fragmentos:
“Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias” (Diario 699);
“Deseo que el primer domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de la Misericordia” 
(Diario 299).

Así, al instituir la fiesta de la Divina Misericordia el segundo domingo de Pascua, Juan Pablo II dio respuesta a la petición específica de Jesús, que no solo indicaba la fecha de la celebración, sino también el modo de prepararla y su finalidad. Recordemos que Cristo nos prometió derramar abundantes gracias durante ese día: “El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas”

Para comprender la dimensión de esta promesa de Jesús, el Padre Ignacio Różycki explica lo siguiente: “Esta gracia particular también es mayor que los seis sacramentos, excepto el sacramento del santo Bautismo; esto es así porque el perdón de todas las culpas y penas es sólo una gracia sacramental reservada al sacramento del Bautismo. En cambio, en las promesas de Jesús vinculadas con la Fiesta, el Señor asoció el perdón de culpas y penas a la Santa Comunión recibida el día de la fiesta, es decir, al hecho de comulgar en la Fiesta de la Misericordia; con ello, Jesús elevó la Sagrada Comunión recibida en este día al rango de un “segundo bautismo”.

Origen y celebración del Domingo de la Divina Misericordia

¿Cuál es el origen de la Fiesta de la Divina Misericordia?

La celebración del Domingo de la Divina Misericordia se remonta a finales del siglo XX en Polonia: la arquidiócesis de Cracovia instituyó oficialmente la fiesta en 1985, y la celebró localmente durante unos diez años aproximadamente. Posteriormente se extendió a todas las diócesis, por petición del Papa Juan Pablo II y del episcopado polaco. 

Unos años más tarde, más concretamente el 30 de abril de 2000, día de la canonización de Santa Faustina, el Santo Padre instituyó la fiesta de la Divina Misericordia para la Iglesia universal.

¿Cómo celebra la Iglesia la Misa de la Divina Misericordia?

Cada año, el segundo domingo después de Pascua, la Iglesia católica celebra el Domingo de la Divina Misericordia. Este día da ciere a la octava de Pascua, y permite a la Iglesia celebrar el misterio de la resurrección de Cristo, al recordar que la Cruz y la Resurrección de Cristo son la fuente de la Divina Misericordia . 

Por otro lado, la Misa de la Divina Misericordia nos lleva a meditar en el Evangelio de San Juan, al revivir la escena en la que Jesús, poco tiempo después de su resurrección, se apareció a sus apóstoles, mostrando sus heridas a Santo Tomás. Luego le dijo: “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe” (Juan 20:27). De hecho, este pasaje de los Evangelios muestra el amor misericordioso de Cristo por cada uno de nosotros, que no tiene en cuenta la gravedad de nuestros pecados. 

Ese día la misa suele ir acompañada de un tiempo de adoración o de enseñanzas. A menudo, con motivo de esta ocasión, se muestra la imagen de Jesús misericordioso en las iglesias. Además, dicha celebración también es una oportunidad para administrar el sacramento de los enfermos a quienes lo necesitan. 

(Te invitamos a descubrir un poco más sobre cómo prepararse espiritualmente para la fiesta de la Divina Misericordia)

Oración para pedir un corazón misericordioso

“Ayúdame Señor, a que mis ojos sean misericordiosos para que yo jamás sospeche o juzgue.

Deseo transformarme en tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti, oh Señor. Que este más grande atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón y mi alma al prójimo.
 según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle. 

Ayúdame Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos.
 Ayúdame Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás critique a mi prójimo sino que tenga una palabra de consuelo y de perdón para todos.
 Ayúdame Señor, a que mis manos  sean misericordiosas y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargar sobre mí las tareas más difíciles y penosas.
 Ayúdame Señor, a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. Mi reposo verdadero está en el servicio a mi prójimo.  
 Ayúdame Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo. A nadie le rehusaré mi corazón. Seré sincera incluso con aquellos de los cuales sé que abusarán de mi bondad. Y yo misma me encerraré en el misericordiosísimo Corazón de Jesús. Soportaré mis propios sufrimientos en silencio. Que tu misericordia, oh Señor, repose dentro de mí.

Jesús mío, transfórmame en Ti porque tú lo puedes todo. Amén”.

* Santa María Faustina Kowalska, apóstol de la Divina Misericordia

Fuente: Catholic.net

¡Reza a la Divina Misericordia con Hozana!

La fiesta de la Divina Misericordia es un regalo de Jesús al mundo, pues en este día "se abren las entrañas de su misericordia" y se entregan grandes gracias a todos los que se acercan a Él con humildad. Por eso, te invitamos a dejarte tocar por la infinita misericordia de Jesús hacia cada uno de nosotros, y a vivir intensamente esta fiesta, uniéndote a estas comunidades de oración dedicadas a la Divina Misericordia

  • Durante nueve días, acércate a la misericordia de Dios aprendiendo a confiar en Jesús y entregándote a su gracia a través de esta novena en línea.
  • Entra en la Escuela de la Misericordia, y aprende a “misericordear" y a confiar en Jesús uniéndote a esta comunidad de oración en línea.
  • Haz parte de este itinerario espiritual y siente el amor misericordioso de Dios en su Hijo Jesucristo, mientras oras por la conversión y la salvación de las almas.

¡No lo dudes más: déjate tocar por la Divina Misericordia de Dios con Hozana!