Rebeca

Génesis, el primer libro del Antiguo Testamento, nos presenta no solamente los orígenes de la creación y la relación entre Dios y el hombre, sino también la relación que hubo entre hombres y mujeres. Por ejemplo, podemos ver que los personajes bíblicos femeninos de la Biblia a menudo tuvieron que lidiar con problemas para concebir. Y este fue precisamente el caso de Rebeca, la esposa de Isaac… Te invitamos a descubrir quien fue Rebeca en la Biblia y cuáles fueron los descendientes de Isaac y Rebeca a continuación.

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Rebeca, esposa de Isaac

La Biblia narra que Rebeca era hija de Betuel, proveniente de Padán-Aram, y hermana de Labán el arameo (Génesis 25:20). Siendo una doncella, se encontró con el siervo que Abraham había enviado para encontrarle una esposa a su hijo Isaac. Durante el encuentro, la joven mujer se mostró muy servicial, dando de beber al criado y a sus camellos, a pesar de que apenas lo acababa de conocer. Fue así como, luego de obtener el consentimiento de sus padres, Rebeca aceptó abandonar su país para conocer a Isaac y casarse con él. Al respecto, la Biblia nos dice que: “Isaac hizo entrar a Rebeca en su carpa. Isaac se casó con ella y la amó. Así encontró un consuelo después de la muerte de su madre” (Génesis 24:67).

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Jacob y Esaú, hijos de Rebeca

Las Escrituras dicen claramente que, durante los primeros 20 años de su matrimonio, Rebeca no pudo dar hijos a Isaac. No obstante, “Isaac oró al Señor por su esposa, que era estéril. El Señor lo escuchó, y su esposa Rebeca quedó embarazada” (Génesis 25:21). Poco tiempo después, Rebeca tuvo gemelos, a quienes llamó Jacob y Esaú. Se sabe que Jacob era su preferido, tanto así que le ayudó a engañar a Isaac y a quedarse con la bendición que normalmente pertenecía a Esaú, por ser el hijo mayor. Esto sucedió como cumplimiento de la palabra que Dios le había dado a Rebeca cuando estaba embarazada: “«En tu seno hay dos naciones, dos pueblos se separan desde tus entrañas: uno será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor»” (Génesis 25:23). Además, la Biblia cuenta que, al final de sus días, Rebeca se sintió muy triste porque su hijo Esaú se había casado con mujeres cananeas: “Rebeca dijo a Isaac: «¡Esas mujeres hititas me han quitado hasta las ganas de vivir! Si también Jacob se casa con una de esas hititas, con una nativa de ese país, ¿qué me importa ya de la vida?»” (Génesis 27:46). Por eso, Isaac llamó a Jacob, lo bendijo, y le ordenó diciendo: “No te cases con una mujer cananea”, así que él obedeció, tomando como esposas a Lea y a Raquel, provenientes del mismo país que Rebeca.