Historia del ícono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
Historia de la pintura de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
El ícono es tradicionalmente atribuido a San Lucas. Al descubrir el trabajo terminado, la Virgen María le habría dicho a San Lucas: «Mi ayuda siempre acompañará esta imagen.»
En el siglo II, Roma, la villa del Papa San Cleto, segundo sucesor de Pedro, sirve como "domus ecclesiae" (iglesia doméstica) para la cristiandad sometida a persecuciones.
En el siglo IV, se construyen la Basílica de Santa María la Mayor y San Juan de Letrán uno a cada lado de este lugar de la iglesia primitiva.
En el siglo V, en Constantinopla, un icono venido de Jerusalén, considerado milagroso y que representa a la Madre de Dios se le ofrece al emperador romano Teodosio II. El ícono es el tema de una procesión semanal que recibe sanaciones y muchas gracias.
Al ritmo de los milagros con los que se rodea, este ícono se copia abundantemente. En particular, en el siglo IX, por el monje Lázaro quien habría agregado los Arcángeles Miguel y Gabriel presentando a CRISTO los instrumentos de la Pasión. Este monje debía ofrecer su trabajo al Papa Nicolás I, pero murió en Creta antes de llegar a Roma.
En 1496, un mercader genovés que se dirigía a Roma, estando en la Isla de Creta se robó una copia del ícono milagroso. Al que se le atribuye que los marineros hayan sobrevivido durante una tormenta. Estando ya en Roma, el ladrón se da por vencido yantes de morir le pide a un amigo que le prometa que buscaría que esa imagen fuera expuesta y honrada públicamente en una de las iglesias de Roma. Uno pensaría que una promesa hecha en circunstancias tan solemnes debería haber sido cumplida pronta y fielmente. Pero la belleza de la pintura sedujo a la esposa de ese señor impidio que el ícono fuera sacado de sus casa.
Tres veces, la Virgen se le apareció a este amigo para exigir que el ícono fuera colocado en un santuario entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán (la iglesia primitiva nombrada al principio)
Después de la muerte de este hombre, la Virgen se le aparece a su hija para lograr que la viuda entregue el ícono a los Agustinos responsables de la iglesia de San Mateo, construida en el sitio del la iglesia primitiva.
Allí, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fue venerada hasta la destrucción de la iglesia en 1798 por el ejército de Napoleón Bonaparte. Antes de que fuera completamente destruida, los Agustinos colocaron el icono en la capilla del Monasterio de Santa María en Posturela.
En 1854, los Redentoristas construyeron en el sitio de la antigua iglesia de San Mateo una iglesia para albergar las reliquias de su Fundador, San Alfonso Maria de Ligorio.
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Que vos paroles soient toujours bienveillantes, qu’elles ne manquent pas de sel, vous saurez ainsi répondre à chacun comme il faut. Col 4 : 6