Ángel de la guarda
Los ángeles están presentes en muchas religiones (cristianismo, judaísmo, islam, etc.) y creencias (folclore, esoterismo, new age, etc.). Y cuando hablamos de ángeles, pensamos naturalmente en los ángeles de la guarda. La Iglesia católica también reconoce la existencia de estos seres espirituales, protectores y guías de la humanidad a lo largo de su vida terrenal. Por lo tanto, el 2 de octubre se les rinde homenaje por medio de la fiesta de los Santos Ángeles Custodios, que sigue la fiesta de los Santos Arcángeles, el 29 de septiembre. Pero, ¿quiénes son realmente los ángeles de la guarda? ¿Cómo influyen en nuestras vidas? ¿Cuál es su papel y qué tipo de relación podemos tener con ellos? A continuación, la respuesta a tus dudas, a la luz de las Sagradas Escrituras y del Catecismo de la Iglesia católica.
En la fe católica, los ángeles de la guarda no vienen determinados por el signo astrológico o la fecha de nacimiento de las personas, sino por Dios mismo, quien envía uno de sus santos ángeles a cada ser humano. Existen muchos santos que tuvieron una relación estrecha y sólida con ellos, por ejemplo, el Padre Pío, quien forjó una sólida relación con su ángel de la guarda, y de quien podemos aprender a conocer y escuchar mejor a este compañero celestial, que está a nuestro lado en todo momento. Al final de este artículo, le invitamos a descubrir otras preguntas sobre la fe.
¿Todos tenemos un ángel de la guarda?
El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que todo ser humano está acompañado en la tierra por un ángel de la guarda:
"Desde el comienzo de la existencia hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su cuidado e intercesión. Cada fiel tiene un ángel a su lado como protector y pastor para conducirlo a la vida". (n°336)
Este dogma se basa, en particular, en ciertos versículos de la Biblia que mencionan la existencia de ángeles al lado de los hombres, como, por ejemplo, en el Evangelio según san Mateo, donde Jesús dice: "Guardaos de despreciar a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en el cielo contemplan continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos." (Mateo: 18, 10).
Los Padres de la Iglesia1 y muchos santos contribuyeron a desarrollar la doctrina de los ángeles custodios.
"Tan grande es la dignidad de las almas que cada una, desde su nacimiento, tiene un ángel designado para custodiarla" (San Jerónimo).
"Cada cosa visible de este mundo está confiada a un ángel". (San Agustín)
"¡Qué consuelo saber que cerca de nosotros hay un espíritu que, desde la cuna hasta la tumba, no nos abandona ni un momento, ni siquiera cuando osamos pecar! Este espíritu celestial nos guía, nos protege como un amigo, como un hermano". (Padre Pío)
¿Qué papel desempeña mi ángel de la guarda?
¿Para qué sirve mi ángel de la guarda? ¿Cuál es la definición de ángel de la guarda y en qué se diferencian de los demás tipos de ángeles?
Un ángel protector
"El mal no te tocará, ni el peligro se acercará a tu morada: [El Señor] da a sus ángeles el mando sobre ti en todos tus caminos". (Salmo 90, 11)
Los ángeles nos acompañan en nuestro camino terrenal; nos guían y nos protegen, como evoca este salmo.
Detrás de la misión encomendada a nuestro ángel, podemos sentir el amor de Dios por nosotros. No nos deja solos. Ser conscientes de la presencia de los ángeles es también una manera de recordar cuánto nos ama Dios y se preocupa por nosotros.
"En cualquier casa, en cualquier pequeña habitación en la que te encuentres, respeta a tu Ángel bueno, porque está presente; está muy cerca de ti; no sólo está contigo, sino que está ahí para ti, buscando protegerte y serte útil”.
“Con un Ángel a tu lado, ¿qué podrías temer? Tu Ángel no puede ser vencido ni engañado; es fiel, es prudente, es poderoso: ¿por qué entonces habrías de tener miedo?” (San Bernardo).
"La presencia invisible de estos espíritus bienaventurados es una gran ayuda para nosotros, y un gran consuelo: caminan a nuestro lado, nos protegen, en toda circunstancia, nos defienden en los peligros, y podemos recurrir a ellos en cualquier momento" (Benedicto XVI).
El guardián de la salvación de mi alma y mensajero celestial
Nuestro ángel de la guarda está a nuestro lado para ayudarnos a progresar y a caminar hacia la santidad. Nuestro ángel de la guarda, que es un espíritu celestial, está a cargo de nuestra alma. Sus consejos y advertencias tienen por objeto la salvación de nuestra alma. Escuchándole, nos damos la oportunidad de actuar según la voluntad de Dios, para evitar pecar.
El ángel de la guarda es el vínculo entre Dios y nosotros. Nos trae sus mensajes y transmite nuestras oraciones.
"Los ángeles son nuestros pastores; no sólo llevan nuestros mensajes a Dios, sino que también llevan los mensajes de Dios a nosotros. Alimentan nuestras almas con sus suaves inspiraciones y comunicaciones divinas; como buenos pastores, nos protegen y defienden contra los lobos, es decir, contra los demonios." (San Juan de la Cruz)
"(...) Es igualmente consolador saber que este ángel reza incesantemente por nosotros, que ofrece a Dios todas las buenas obras que hacemos, nuestros pensamientos y deseos cuando son puros." (Padre Pío)
¿Se puede poner nombre a su ángel de la guarda?
Contrariamente a ciertas creencias que sugieren revelar el nombre de pila de nuestro ángel a partir de la fecha y hora de nacimiento, la Iglesia católica nos anima a no nombrar a nuestro ángel de la guarda.
"Es necesario desaprobar la costumbre de dar a los ángeles nombres particulares, que la Sagrada Escritura ignora, aparte de los de Miguel, Gabriel y Rafael". (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia).
Como católicos, creemos que es Dios quien designa un ángel personal a cada ser humano, y no los cálculos astrológicos que definen a un ángel como un signo del zodíaco.
Es más, no nombrar a tu ángel evita caer en un culto que estaría muy lejos del culto a Cristo. Nuestros ángeles de la guarda están al servicio de Dios y no deben eclipsarle. Nuestra mirada no debe fijarse en ellos, sino, gracias a ellos, volverse cada vez más hacia Dios.
Por último, nombrar seres espirituales sin estar seguros del origen de la inspiración del nombre corre el riesgo de invocar espíritus malignos. Así pues, los únicos ángeles nombrados en la fe católica son los tres arcángeles nombrados en la Biblia: Miguel, Gabriel y Rafael.
Sin embargo, aunque no podamos "catalogar" nuestro ángel, podemos llegar a conocerlo. E incluso sin nombrarlos, podemos desarrollar una relación fuerte y personal con nuestro ángel de la guarda.
Desarrollar una relación con su ángel de la guarda
Muchos santos han desarrollado una hermosa relación con su ángel de la guarda y nos muestran que es posible comunicarse con ellos. Es el caso, en particular, del Padre Pío y de Gemma Galgani. Ellos nos enseñan cómo, escuchándoles y rezando, podemos conocerles mejor y tener una verdadera intimidad con nuestros guías del Cielo.
"Muchos santos han gozado de la amistad de los ángeles, como atestiguan las numerosas situaciones en las que han recibido su ayuda. Estos espíritus benditos son enviados por Dios para servir a los que heredarán la salvación, como nos recuerda la Epístola a los Hebreos. Por tanto, su ayuda es preciosa a lo largo de nuestra peregrinación terrena hacia la patria celestial". (Benedicto XVI)
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