Mateo 24:35

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35).

Pasaje del evangelio de Mateo, capítulo 24

“32 Aprendan esta comparación, tomada de la higuera: cuando sus ramas se hacen flexibles y brotan las hojas, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.

33 Así también, cuando vean todas estas cosas, sepan que el fin está cerca, a la puerta.

34 Les aseguro que no pasará esta generación, sin que suceda todo esto.

35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

36 En cuanto a ese día y esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mateo 24:32-36).

Comentario de Mateo 24, versículo 35

¿Qué nos transmite el versículo 35 de Mateo 24? 
En este pasaje del Evangelio, Jesús nos habla del final de los tiempos, cuando todo desaparecerá, incluso el cielo y la tierra, es decir, los elementos más concretos y duraderos de nuestra realidad. De hecho, sus palabras nos recuerdan la profecía de Isaías (51:6) que dice: “¡Levanten sus ojos hacia el cielo y miren abajo, a la tierra! Sí, el cielo se disipará como el humo, la tierra se gastará como un vestido y sus habitantes morirán como insectos. Pero mi salvación permanecerá para siempre y mi justicia no sucumbirá”. Además, estas palabras también hacen referencia al pasaje del libro de Apocalipsis (19:11-15) en el que vemos el cumplimiento de dicha profecía.

Además, en este versículo Jesús afirma que Dios Padre creó todo el universo con sus palabras, las cuales se fueron cumpliendo a lo largo de la historia humana. Con ello, Jesús reafirma la idea de que debemos confiar en Él y en su palabra, y no en las cosas de este mundo, porque son efímeras y al final pasarán. A decir verdad, las palabras del Evangelio son vitales y más estables y seguras que cualquier otra cosa que podamos ver o tocar.

Además, como cristianos, nunca debemos olvidar nuestro objetivo: en general nos sentimos constantemente tentados a confiar en nuestros conocimientos, nuestras relaciones o nuestros talentos, pero Jesús nos recuerda que todas estas cosas pueden desaparecer en cualquier momento, y que sólo sus palabras y su gracia permanecerán con nosotros.

Por otro lado, en su epístola a la nueva iglesia de Corinto, San Pablo nos aconseja lo siguiente: “Porque no tenemos puesta la mirada en las cosas visibles, sino en las invisibles: lo que se ve es transitorio, lo que no se ve es eterno” (2 Corintios 4:18).

Así que, tengamos esto presente, y recordemos que Jesús y la palabra de Dios son las únicas cosas en las que podemos confiar realmente.

Medita diariamente en la Palabra de Dios con Hozana

Jesús dijo: "Mis palabras no pasarán", lo cual quiere decir que sus palabras son vivas y pueden transformar nuestra vida desde el interior. Por lo tanto, te invitamos a acoger cada día la Palabra de Dios a través de diferentes propuestas espirituales en torno a los Evangelios y a la Palabra de Dios, por ejemplo: 

  • el Evangelio del día comentado por un sacerdote o un párroco, para que recibas una dosis diaria de amor del Padre
  • esta comunidad en línea para que recibas una meditación diaria del Evangelio y te alimentes de las Escrituras 
  • también te invitamos a practicar la Lectio Divina para que abras tu corazón al Señor y aprendas a escucharlo a través de su Palabra.