En actitud de adoración y ofrenda

“La presencia del Señor en la Eucaristía solicita nuestra atención y nuestra oración silenciosa”. (C. 57)

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✔️¿Por qué esta comunidad?

A veces los fundadores dejan obras sin terminar de hacer para que puedan continuarse después en el tiempo. Eso es lo que nos sucede precisamente con esta comunidad de adoración Eucarística a la que queremos dar cauce.

Nuestra fundadora María Rivier tenía entre sus sueños el deseo de hacer una comunidad de Adoratrices que, mientras unas hermanas trabajaban, otras estuviesen como Moisés con los brazos levantados en oración pidiendo por el mundo.

Tenía la certeza que al igual que Moisés en el libro del Éxodo 17:11-12: "Y sucedió que, mientras Moisés tenía alzadas las manos, prevalecía Israel; pero cuando las bajaba, prevalecía Amalec. Se le cansaron las manos a Moisés, y entonces ellos tomaron una piedra y se la pusieron debajo; él se sentó sobre ella, mientras Aarón y Jur le sostenían las manos, uno a un lado y otro al otro. Y así resistieron sus manos hasta la puesta del sol."

La adoración es la fuerza capaz de hacernos ganar, en sentido metafórico, todas las batallas.

✔️Queremos

  • Suscitar el deseo de adorar a Jesús Eucaristía. 
  • Ofrecer materiales para apoyar a las personas que se sientan llamadas a la adoración Eucarística.
  • Crear comunidades de adoración, lugares de la presencia  de Jesús Eucaristía en el mundo que nos lleve a ser evangelizadores para que todos le conozcan y le amen. 
  • Crear círculos de adoración Eucarística donde cada uno nos encontremos.

✔️Recibirás

  • El segundo lunes de cada mes un guión para hacer un tiempo de adoración Eucarística solo o con otros.
  • El cuarto lunes un vídeo que te ayude a hacer un rato de adoración ante el Santísimo.


Oración de la comunidad

Adora y confía (Teilhard de Chardin)

No te inquietes por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones, por su porvenir más o menos sombrío. Quiere lo que Dios quiere. Ofrécele en medio de inquietudes y dificultades el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo, acepta los designios de su providencia. Poco importa que te consideres un frustrado si Dios te considera plenamente realizado, a su gusto. Piérdete confiado ciegamente en ese Dios que te quiere para sí. Y que llegará hasta ti, aunque jamás lo veas. Piensa que estás en sus manos, tanto más fuertemente cogido, cuanto más decaído y triste te encuentres. Vive feliz. Te lo suplico. Vive en paz. Que nada te altere. Que nada sea capaz de quitarte tu paz. Ni la fatiga psíquica. Ni tus fallos morales. Haz que brote, y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa, reflejo de la que el Señor continuamente te dirige. Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada, como fuente de energía y criterio de verdad, todo aquello que te llene de la paz de Dios. Recuerda: cuanto te deprima e inquiete es falso. Te lo aseguro en el nombre de las leyes de la vida y de las promesas de Dios. Por eso, cuando te sientas apesadumbrado, triste, adora y confía