A su regreso de Jerusalén, María y José descubren que han perdido a Jesús, que entonces tenía 12 años. Lo encuentran tres días después en el Templo, entre los doctores. Este misterio, meditado en el rezo del rosario, narra la historia de una búsqueda: la de dos padres, por supuesto, pero también nuestra propia búsqueda espiritual. Descubre cómo rezar y meditar el último de los misterios gozosos del rosario.
«Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.
Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre,
y acababa la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que los oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
Al ver, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Jesús les respondió: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?”. Ellos no entendieron lo que les decía.
El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los hombres.
Este misterio cierra el ciclo de los 5 Misterios Gozosos, la primera serie de misterios del Rosario. Meditarlo durante la decena del rosario es la continuación de la Anunciación, la Visitación, el nacimiento de Jesús y su presentación en el Templo por María y José».
Los misterios gozosos corresponden al rosario de los lunes y de los sábados.
Para meditar este misterio, podemos incluir una clausula en el rezo de las 10 Avemarías (Descubre las clausulas, escritas por Juan Pablo II, dedicadas a este misterio).
Con este misterio, podemos pedir a Dios que nos ayude a encontrar a Jesús, a buscarlo en todo lo que hacemos, dondequiera que vayamos.
“Buscar a Dios es ser buscado por Él” (San Bernardo de Claraval)
“Encuentra a Dios y encontrarás el sentido de tu vida” (San Carlo Acutis)
“Si volvemos a nuestro propio corazón, encontraremos a Dios en lo más profundo”. (San Agustín)
“Conformarse en todo con la voluntad de Dios, y tomar en ella todo el gusto, es vivir en la tierra una vida enteramente angélica, y aun vivir la vida de Jesucristo” (San Vicente de Paúl).
“No te fatigues con cosas que causan afanes, sinsabores y aflicciones. Sólo una cosa es necesaria: elevar el espíritu y amar a Dios”. (San Padre Pío)
“La palabra “santo” expresa la naturaleza particular de Dios. Sólo Él es el Santo. El hombre se hace santo en la medida en que comienza a estar con Dios. Estar con Dios es dejar de lado lo que es sólo el yo y hacerse uno con la totalidad de la voluntad de Dios. Sin embargo, esta liberación del yo puede ser dolorosa, y nunca se alcanza de una vez para siempre” (Benedicto XVI).
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Hozana es una red de oración en línea, en la que encontrarás muchas sugerencias para caminar en tu vida espiritual y descubrir cómo encontrar a Dios en tu vida. Por ejemplo:
Rosario es una aplicación lanzada por Hozana y puedes rezar una docena de rosarios o el rosario completo con otros cristianos.