Cuaresma

En Cuaresma, te propongo dejarte conducir por el Espíritu al desierto. Lugar bíblico para encontrase con Dios y profundizar en el regalo de ser sus hijos bien amados. ¡Es el tiempo,únete!

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CUARESMA:  Jesús se dejó llevar por el Espíritu al desierto

En Cuaresma, te propongo dejarte conducir por el Espíritu al desierto. Lugar bíblico para encontrase con Dios y profundizar en el regalo de ser sus hijos bien amados. ¡Es el tiempo!

Éste intinerario cuaresmal nos llevará sobretodo a prepararnos para la Pascua. Para una vida pascual en la que Jesús vence la muerte con la vida y te enseña a optar por vivir como hijos bien amados del Padre en medio de las dificultades y contradicciones de la vida. 


Importante que lo sepas:

  • El Evangelio de Lucas nos cuenta que Jesús se dejó llevar por el Espíritu al desierto, donde permaneció cuarenta días.
  • Este tiempo lo vivió Jesús entre su bautismo en el Jordan y su vida pública en la que anunció el Reino de Dios.
  • En el bautismo, el Espíritu estuvo presente en forma de paloma. Se Escuchó una voz del cielo que decía: “Tu eres mi Hijo amado, mi predilecto”
  • Después de estar en el desierto. Nuevamente impulsado por el Espíritu Jesús vuelve a Galilea. Ahí se dedicó a llevar a los hombres la buena nueva del Reino de Dios, buscó mostrarles el amor incondicional del Padre con sus gestos y sus palabras.

¿Qué representó para Jesús ese tiempo en el desierto? ¿Y qué puede representar para tí este tiempo cuaresmal?

Esencial : 

¿No fue para Jesús (y será para tí) acaso un tiempo para interiorizar esa voz del Padre que le manifestaba su amor incondicional y su filiación? 


En conclusión:

Para ello, semanalmente, recibirás, pasajes del Evangelio de San Lucas, con una meditación profunda para que te dejes conducir por el Espíritu al desierto, donde podras escuchar esas mismas palabras dirigidas a cada uno de nosotros: “Tu eres mi hijo amado, mi predilecto"

Oración de la novena

Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.