NS de la MEDALLA MILAGROSA en tiempos de prueba

✨¡NOVENA para pedir una GRACIA y encontrar refugio en TIEMPOS DE PRUEBA, por medio de la intercesión de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

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La Medalla Milagrosa

Es una de las más devociones más conocidas del mundo. Su historia comienza en 1830, cuando la Virgen se aparece a Santa Catalina Labouré en la capilla de la Rue du Bac (París) y le pide crear una medalla que otorgará abundantes gracias a quienes la lleven con confianza.


Historia y Protección en tiemós de prueba

En 1832, una epidemia de cólera asoló Francia. Las Hermanas de la Caridad distribuyeron la medalla, y pronto se atribuyeron milagros de curación. En solo dos años, se distribuyeron 500,000 medallas, convirtiéndose en símbolo de protección bajo el amparo de la Virgen María.


Si te unes, cada día de esta novena recibirás:

  • Un podcast sobre la vida de Santa Catalina Labouré.
  • Una oración diaria.
  • El último día, una oración guiada especial.

¡Ponte bajo la protección de la Virgen en estos tiempos difíciles!


Contenido de la Novena tomado de Aciprensa

Oración de la novena

Súplica a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa para pedir una gracia

Oh, Inmaculada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, al contemplarte de brazos abiertos esparciendo gracias sobre aquellos que te las piden, llenos de la más viva confianza en tu poderosa y segura intercesión, innumerables veces manifestada por la Medalla Milagrosa, aún reconociendo nuestra indignidad por causa de nuestras numerosas culpas, osamos acercamos a tus pies para exponeros durante esta novena nuestras más apremiantes necesidades ... (SE PIDE LA GRACIA). Escucha, pues, ¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!, este favor que confiados te solicitamos para mayor gloria de Dios, engrandecimiento de tu nombre y bien de nuestras almas. Y para mejor servir a tu Divino Hijo, inspíranos un profundo odio al pecado y danos el coraje de afirmarnos siempre verdaderamente cristianos. Así sea. Santísima Virgen, yo creo y confieso tu santa Inmaculada Concepción, pura y sin mancha. ¡Oh, purísima Virgen María!, por tu Concepción Inmaculada y gloriosa prerrogativa de Madre de Dios, alcánzame de tu amado Hijo la humildad, la caridad, la obediencia, la castidad, la santa pureza de corazón de cuerpo y espíritu, la perseverancia en la práctica del bien, una buena vida y una santa muerte. Así sea. -Se rezan tres veces el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria y la jaculatoria: "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti."