Triduo a NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

🎵EN AUDIO🎵 - 3 días para aprender a llevar nuestra cruz y a perseverar, mientras acompañamos a N. S. de los dolores en su sufrimiento y le pedimos sus múltiples gracias

3 comparte

María nos acompaña en nuestros dolores

A lo largo de nuestra vida experimentamos momentos de dolor, angustia o aflicción, incluso, a veces nuestro sufrimiento es tanto que sentimos que no podemos más... y es entonces cuando vemos a la dolorosa María al pie de la cruz de su divino hijo, y con su dulce mirada nos dice: "No temas al dolor pues es parte de la vida, más bien póstrate junto a mí y contempla conmigo a mi hijo, yo seré tu compañera y tu fuerza en el sufrimiento".


¿Por qué hacer este triduo?

María, Nuestra Señora de los Dolores, es la que, en comunión con los sufrimientos de su Hijo, nos conduce a Jesús. De este modo, Rezar a María, significa profundizar en los misterios de la cruz y la redención, a los que, la Virgen María, está íntimamente asociada.  


Un poco más sobre esta advocación

En la Edad Media se celebraban los 5 gozos de la Virgen y poco a poco se pasó también a recordar los 5 dolores de Nuestra Señora. Luego pasaron a ser mencionados 7 dolores.

A los frailes servitas, que tienen especial devoción por los sufrimientos de la Virgen María, se les autorizó en 1668 a que celebraran una festividad en memoria de los Siete Dolores, el tercer domingo de septiembre.

Hubo que esperar hasta el siglo XVII para que la Virgen de los Dolores tuviese su homenaje festivo cada tercer domingo de septiembre. Sin embargo, este no se fijó hasta 1814, de la mano del Papa Pío VII. Unos cuantos años antes, en 1472, se extendió de manera universal la celebración del Viernes de Dolores (el anterior al Domingo de Ramos) gracias a Benedicto XIII.


Descubre más sobre esta advocación aquí

Itinerario

Cada día recibirás:

🔸Oración preparatoria

🔸Meditación de cada día

🔸Guía de oración para pedir una gracia

Día 1: espíritu de penitencia, humildad y mortificación cristiana

Día 2: aprender a llevar la cruz

Día 3: La gloria de la cruz

Oración de el retiro

Oración a N. S. de los Dolores

Acuérdate, Virgen Madre de Dios, cuando estés en la presencia del Señor, de hablar en favor nuestro y que aparte su indignación de nosotros. Oh Santísima Madre, hazme esta gracia: fija en mi corazón con eficacia las llagas de Jesús crucificado. Haz que de Cristo en mí lleve la muerte, que participe su pasión y suerte y medite en sus llagas apenado. Para que no arda en los eternos fuegos, defiéndeme tú, oh Virgen, con tus ruegos, en el día del juicio. Y tú, oh Cristo, al salir yo de esta vida, por tu Madre querida, haz que llegue a la palma de victoria. Cuando mi cuerpo muera, haz que mi alma adquiera del paraíso la gloria. -Rezar tres avemarías. -Ruega por nosotros, Virgen dolorosísima, que estuviste constantemente junto a la cruz de Jesucristo. -Nuestra Señora de la Buena Muerte, ruega por nosotros. Oremos: -Te rogamos, Señor nuestro Jesucristo, que interceda ante tu clemencia la bienaventurada Virgen María tu Madre, cuya alma atravesó la espada de dolor en la hora de tu Pasión. Lo pedimos por ti, oh Jesucristo, Salvador del mundo, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. -San José, ruega por nosotros.