Novena a la Virgen de la Medalla Milagrosa - EN AUDIO

9 días para pedir a la Virgen de la Medalla Milagrosa un MILAGRO en nuestras vidas, dejándose guiar a través de las Escrituras para pedir la poderosa intercesión de Nuestra Madre María.

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Gran novena para pedir la intercesión de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y confiarle nuestras necesidades.


¿Por qué rezar a la Virgen de la medalla Milagrosa?

Muchas gracias y muchos milagros se atribuyen a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, quien se le apareció a Catalina Labouré en 1830, y cuya fiesta se celebra el 27 de noviembre de cada año. No dudemos en pedirle su intercesión cuando oremos; por ejemplo, podemos comenzar una novena en su honor. 

Existen varias novenas dedicadas a la Virgen de la Medalla Milagrosa, cada una de ellas ofrece un contenido diferente, y se pueden rezar del 19 al 27 de noviembre, en fechas cercanas a la fiesta de la Medalla Milagrosa, o en cualquier otro momento del año., cuando se sienta la necesidad.

En esta novena te proponemos

Dejarte guiar por un pasaje de las Escrituras para pedir la intercesión de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, y confiarle tus intenciones personales.


Si te unes, cada día recibirás:

  • Una meditación en audio a la luz de las escrituras
  • Un momento de oración para cada día 
  • Un espacio para dejar tus intenciones

RECUERDA: vamos a dejar tus intenciones personales (familiares, personales, de salud, etc) ante Ntra. Señora de la Medalla Milagrosa en París.
¡Haz clic en este enlace, escribe tu intención y pide tu milagro hoy mismo!


Y digamos juntos:

¡Oh María, concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

¡Santa Catalina Labouré ruega por nosotros!

Oración de la novena

Oración a la Virgen de la Medalla Milagrosa para pedir un milagro

“Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa que te manifestaste a santa Catalina Labouré, como mediadora de todas las gracias, atiende a mi plegaria. En tus manos maternales dejo todos mis intereses espirituales y temporales, y te confío en particular la gracia que me atrevo a implorar de tu bondad, para que la encomiendes a tu divino hijo y le ruegues concedérmela, si es conforme a su voluntad y ha de ser para bien de mi alma. (expresar la gracia que se desea) Eleva tus manos al Señor y vuélvelas luego hacia mí virgen poderosa. Envuélveme en los rayos de tus gracias, para que a la luz y al calor de esos rayos, me vaya desapegando de las cosas terrenas y pueda marchar con gozo en tu seguimiento, hasta el día en que me acojas en las puertas del cielo. Amén.”