El perdón

Las cuestiones relacionadas con el perdón se abordan en particular en el artículo 10 ("Creo en el perdón de los pecados") de la segunda sección ("La profesión de fe cristiana, Los símbolos de la fe") de la primera parte ("La profesión de fe") del Catecismo de la Iglesia Católica.

En este artículo, podrás encontrar información sobre las principales preguntas y respuestas del Catecismo sobre el tema del perdón, y al final, te invitamos a descubrir las preguntas más importantes sobre la vida cristiana.

Un solo Bautismo para el perdón de los pecados

Un solo bautismo para el perdón de los pecados comprende los números 977 a 980 del Catecismo de la Iglesia Católica. A continuación, los aspectos más importantes a tener en cuenta:

  • 977El Bautismo es el primero y principal sacramento del perdón de los pecados porque nos une a Cristo muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación (cf. Rm 4, 25), a fin de que "vivamos también una vida nueva" (Rm 6, 4).
  • 978 "En el momento en que hacemos nuestra primera profesión de fe, al recibir el santo Bautismo que nos purifica, es tan pleno y tan completo el perdón que recibimos, que no nos queda absolutamente nada por borrar, sea de la culpa original, sea de cualquier otra cometida u omitida por nuestra propia voluntad, ni ninguna pena que sufrir para expiarlas. Sin embargo, la gracia del Bautismo no libra a la persona de todas las debilidades de la naturaleza. Al contrario [...] todavía nosotros tenemos que combatir los movimientos de la concupiscencia que no cesan de llevarnos al mal" (Catecismo Romano, 1, 11, 3).
  • En este orden de ideas, el artículo 979 muestra que es esencial que la iglesia pueda “perdonar los pecados, le fueron confiadas las llaves del Reino de los cielos, con las que pudiera perdonar los pecados de cualquier penitente, aunque pecase hasta el final de su vida" (Catecismo Romano, 1, 11, 4)”.
  • 980 Por medio del sacramento de la Penitencia, el bautizado puede reconciliarse con Dios y con la Iglesia: «Los Padres tuvieron razón en llamar a la penitencia "un bautismo laborioso" (San Gregorio Nacianceno, Oratio 39, 17). Para los que han caído después del Bautismo, es necesario para la salvación este sacramento de la Penitencia, como lo es el Bautismo para quienes aún no han sido regenerados»” (Concilio de Trento: DS 1672).

No hay ninguna falta que la iglesia no pueda perdonar

Al respecto, el número 982 del catecismo nos dice que “No hay ninguna falta por grave que sea que la Iglesia no pueda perdonar. "No hay nadie, tan perverso y tan culpable que, si verdaderamente está arrepentido de sus pecados, no pueda contar con la esperanza cierta de perdón" (Catecismo Romano, 1, 11, 5). Cristo, que ha muerto por todos los hombres, quiere que, en su Iglesia, estén siempre abiertas las puertas del perdón a cualquiera que vuelva del pecado (cf. Mt 18, 21-22)”. Sin embargo, el número 1864 precisa claramente que Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada” (Mc 3, 29; cf Mt 12, 32; Lc 12, 10)”. 

La Iglesia, símbolo e instrumento del perdón y de la reconciliación, en particular mediante el sacramento de la reconciliación

El número 1442 afirma que la Iglesia constituye el símbolo e instrumento del perdón y de la reconciliación, en particular mediante el sacramento de la reconciliación: “Cristo quiso que toda su Iglesia, tanto en su oración como en su vida y su obra, fuera el signo y el instrumento del perdón y de la reconciliación que nos adquirió al precio de su sangre. Sin embargo, confió el ejercicio del poder de absolución al ministerio apostólico, que está encargado del "ministerio de la reconciliación" (2 Co 5,18). El apóstol es enviado "en nombre de Cristo", y "es Dios mismo" quien, a través de él, exhorta y suplica: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20)”. 

El perdón: arrepentimiento sincero

El número 982 del Catecismo nos dice que “"No hay nadie, tan perverso y tan culpable que, si verdaderamente está arrepentido de sus pecados, no pueda contar con la esperanza cierta de perdón" (Catecismo Romano, 1, 11, 5)”. 

El perdón es cumbre de la oración cristiana

De hecho, la quinta petición de la oración del Padre Nuestro es "Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden".

2862 “La quinta petición implora para nuestras ofensas la misericordia de Dios, la cual no puede penetrar en nuestro corazón si no hemos sabido perdonar a nuestros enemigos, a ejemplo y con la ayuda de Cristo”.

2844 “La oración cristiana llega hasta el perdón de los enemigos (cf Mt 5, 43-44). Transfigura al discípulo configurándolo con su Maestro. El perdón es cumbre de la oración cristiana; el don de la oración no puede recibirse más que en un corazón acorde con la compasión divina. Además, el perdón da testimonio de que, en nuestro mundo, el amor es más fuerte que el pecado. Los mártires de ayer y de hoy dan este testimonio de Jesús. El perdón es la condición fundamental de la reconciliación (cf 2 Co 5, 18-21) de los hijos de Dios con su Padre y de los hombres entre sí (cf Juan Pablo II, Cart. enc. DM 14)”.

Con Hozana, oremos para desarrollar más el perdón en nuestras vidas

Hozana te ofrece diferentes comunidades de oración para desarrollar más el perdón en nuestras vidas: es decir, no solo para ser capaces de perdonar a todos aquellos que nos han ofendido, sino de acudir cada vez más al sacramento de la reconciliación para pedirle perdón a Dios cuando fallamos. Por ejemplo, puedes: