La libertad

El tema de la libertad se trata especialmente en el artículo 3 de la primera sección ("La vocación del hombre: vida en el espíritu") de la tercera parte ("La vida en Cristo”) del Catecismo de la Iglesia Católica.
 Por otro lado, al final de este artículo sobre la libertad del Capecadotecismo, te invitamos a descubrir otras preguntas y respuestas relativas a la vida cristiana.

¿Qué es la libertad?

La definición de libertad se analiza en los números 1730 a 1748 del Catecismo de la Iglesia Católica.

Estos son los aspectos más importantes sobre la libertad:

Quiso Dios dejar al hombre en manos de su propia decisión” (Si 15,14.), de modo que busque a su Creador sin coacciones y, adhiriéndose a Él, llegue libremente a la plena y feliz perfección.”( GS 17) (n° 1730)

"La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza.” (n° 1731)

“Hasta que no llega a encontrarse definitivamente con su bien último que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y por tanto, de crecer en perfección o de flaquear y pecar. La libertad caracteriza los actos propiamente humanos.” (n° 1732)

"En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a la esclavitud del pecado.” (cf. Rm 6, 17) (n° 1733)

“La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en que estos son voluntarios. El progreso en la virtud, el conocimiento del bien, y la ascesis acrecientan el dominio de la voluntad sobre los propios actos." (n° 1734)

“La imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o sociales." (n° 1735)

"La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana, especialmente en materia moral y religiosa (cf DH 2). Este derecho debe ser reconocido y protegido civilmente dentro de los límites del bien común y del orden público.” (cf DH 7) (n° 1738)

La práctica de la vida moral animada por la caridad da al cristiano la libertad espiritual de los hijos de Dios.  Este no se halla ante Dios como un esclavo, en el temor servil, ni como el mercenario en busca de un jornal, sino como un hijo que responde al amor del “que nos amó primero” (1 Jn 4,19): (n°. 1828).

Cristo nos ha liberado para alcanzar la libertad

Cristo nos ha liberado para que seamos verdaderamente libres, nos dice San Pablo en la carta a los Gálatas. De hecho, los números 1741 y 1748 del Catecismo mencionan este pasaje.

El número 1741 recuerda que, aunque el pecado hace esclavos a los hombres, Cristo "los redimió del pecado que los tenía en esclavitud." El mismo número nos recuerda que la verdad hace libres, y que "donde está el Espíritu, hay libertad”

A continuación encontraremos lo que dice el número 1741 completo: "Liberación y salvación. Por su Cruz gloriosa, Cristo obtuvo la salvación para todos los hombres. Los rescató del pecado que los tenía sometidos a esclavitud. “Para ser libres nos libertó Cristo” (Ga 5,1). En Él participamos de “la verdad que nos hace libres” (Jn 8,32). El Espíritu Santo nos ha sido dado, y, como enseña el apóstol, “donde está el Espíritu, allí está la libertad” (2 Co 3,17). Ya desde ahora nos gloriamos de la “libertad de los hijos de Dios” (Rm 8,21).

La libertad de la fe

El número 160 dice que Dios no obliga al hombre a tener fe: "El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe ser obligado contra su voluntad a abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es voluntario por su propia naturaleza» (DH 10; cf. CDC, can.748,2). «Ciertamente, Dios llama a los hombres a servirle en espíritu y en verdad. Por ello, quedan vinculados en conciencia, pero no coaccionados [...] Esto se hizo patente, sobre todo, en Cristo Jesús» (DH 11). En efecto, Cristo invitó a la fe y a la conversión, Él no forzó jamás a nadie. «Dio testimonio de la verdad, pero no quiso imponerla por la fuerza a los que le contradecían, pues su reino [...] crece por el amor con que Cristo, exaltado en la cruz, atrae a los hombres hacia Él” (DH 11). 

La libertad y los sacramentos

Algunos sacramentos requieren libertad, sin la cual el sacramento no es válido. Por ejemplo, podemos pensar en el sacramento del matrimonio: "El consentimiento debe ser un acto de la voluntad de cada uno de los contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo (cf CIC can°1103). Ningún poder humano puede reemplazar este consentimiento (CIC can°1057 §1). Si esta libertad falta, el matrimonio es inválido." (n° 1628)

La dependencia total de Dios es fuente de libertad.

Según el número 301 del Catecismo, la dependencia total de Dios es fuente de libertad: "Realizada la creación, Dios no abandona su criatura a ella misma. No sólo le da el ser y el existir, sino que la mantiene a cada instante en el ser, le da el obrar y la lleva a su término. Reconocer esta dependencia completa con respecto al Creador es fuente de sabiduría y de libertad, de gozo y de confianza."

La libertad presupone la formación de la conciencia.

Los números 1783 a 1785 del Catecismo nos dicen que la libertad presupone educación y formación de la conciencia, pero solo vamos a mencionar el número 1784:

1784 "La educación de la conciencia garantiza la libertad y engendra la paz del corazón." 

¡Con Hozana, oremos para saborear cada vez más libertad!

Hozana te ofrece diversas comunidades de oración para vivir con Cristo, Padre y Espíritu Santo, ya que al acercarnos a ellos podemos llegar a ser cada vez más libres, como es el caso de todos los santos, que probaron la libertad siguiendo al Señor. Por ejemplo:

Este retiro en línea: 7 actitudes para acercarse a Dios con San Agustín

También puedes descubrir la libertad mediante la lectura del Evangelio con audiocomentario, o inscribiéndote a una comunidad para orar cada día en Hozana.