Los ángeles guardianes, también llamados ángeles custodios, son criaturas místicas comisionadas por Dios para velar sobre nosotros. Estemos trabajando, conduciendo o incluso durmiendo, podemos creer que nuestro ángel guardián siempre tiene puesto un ojo sobre nosotros y que estamos bajo su protección. Contrario a las creencias ocultas según las cuales tendríamos un ángel de la guarda específico de acuerdo a nuestra fecha de nacimiento o según nuestro signo zodiacal, los cristianos consideran al ángel guardián como un ser protector que, por petición de Dios, nos acompaña y nos es fiel. , nos guían sobre cómo orar a los ángeles guardianes. El Santo Padre tuvo, de hecho, desde una edad temprana una relación íntima con su ángel de la guarda. El Padre Pío hablaba, jugaba e interactuaba con él y lo llamaba “mi amigo”.
“Oh mi Ángel de la guarda, cuida mi alma y mi cuerpo. Ilumina mi mente para que pueda conocer mejor al Señor mi Dios y amarlo con todo el corazón.
Vigílame cuando rezo para que no ceda a las distracciones de la vida.
Sostenme con tus consejos para vivir como un buen cristiano y ayúdame a cumplir obras de generosidad.
Defiéndeme de los engaños del maligno y socórreme durante las tentaciones para que pueda vencer en la lucha contra el mal.
Oh mi querido Ángel de la guarda, recito esta oración para pedirte que permanezcas siempre a mi lado y para pedirte que no ceses nunca de ser mi ángel de la guarda, hasta que no sea llamado al recinto del Señor, donde adoraremos juntos, por toda la eternidad a Dios nuestro Señor. Amén.”
Existen. Estas oraciones pueden servir para, pedirles su protección y ayuda, especialmente a través de una , pero también para agradecerles por estar cada día a nuestro lado.
Puesto que que son acompañantes de nuestra cotidianidad y permanecen a nuestro lado durante todo el día, también nos podemos dirigir a ellos mediante o
Hozana te acompaña en tus oraciones, para lo cual, te propone. Encuentra otras bellas oraciones dirigidas al Padre Pío con las siguientes dos novenas:
La , a partir de la oración irresistible del Padre Pío.
Esta para pedir una gracia mediante su intercesión.