Novena al Padre Pío

La novena es una oración que consiste en rezar durante nueve días consecutivos pidiendo la intercesión de la Virgen María o de un santo, para solicitar una gracia que deseamos de manera particular. El Padre Pío, quien, a propósito, escribió numerosas oraciones, entre las cuales la novena al Sagrado Corazón de Jesús a partir de su oración irresistible, es un santo que está a la escucha de nuestras peticiones. Confiémosle nuestras oraciones para que él las deposite en el corazón de Cristo.  

Novena a San Pío de Pietrelcina en Hozana 

Desarrollo de la Novena 

Al inscribirte a la novena del Padre Pío en Hozana, que se puede comenzar cuando lo desees, iniciamos un tiempo de oración durante nueve días en torno a intenciones personales y colectivas. 

Cada día el tiempo de oración se organiza alrededor de un tema en específico con los siguientes elementos: 

Oración de intercesión al santo Padre Pío

“Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina,

sacerdote capuchino, le has concedido

el insigne privilegio de participar, de modo admirable,

de la pasión de tu Hijo:

concédeme, por su intercesión,

La gracia de(……) que ardientemente deseo

y otórgame, sobre todo, que yo me conforme

a la muerte de Jesús para alcanzar después

la gloria de la resurrección”

Oración de Vincenzo D’Addario - Arzobispo de Manfredonia, Vieste, la cual es muy bueno terminar con 3 Gloria al Padre.  

Oración a San Pío de Pietrelcina del Papa Juan Pablo II

“Santo padre Pío, enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar los misterios de su Reino.

Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.

Danos una mirada de fe capaz de reconocer con prontitud en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.

Apóyanos en la hora del combate y de la prueba, y si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde esperamos llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

-Oración pronunciada por San Juan Pablo II en la Misa de canonización del padre Pío.