Oración a las benditas almas

A menudo, rezamos por nuestros difuntos, por esos seres queridos que nos han dejado, pero, como cristianos, también es nuestro deber rezar por todos los otros muertos, cuyas almas esperan unirse al Señor. El Papa Benedicto XVI nos recordaba - en el día de los muertos de 2008 - por qué es tan importante rezar por las almas del purgatorio: "Pero la esperanza cristiana nunca es solamente individual; también es siempre esperanza para los demás. Nuestras existencias están profundamente unidas unas a otras, y el bien y el mal que cada uno realiza también afecta siempre a los demás. Así, la oración de un alma peregrina en el mundo puede ayudar a otra alma que se está purificando después de la muerte."

-Papa Benedicto XVI, Ángelus, 2 de noviembre de 2008

El mismo Cristo, nos explicó, en sus apariciones a Santa Brígida y a Santa Faustina, el poder redentor de nuestras oraciones por las almas de los difuntos.

Oración a la Santa Virgen por las almas del purgatorio

Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres, imploramos tu clemencia, para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los santos, concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores, que han salido de este mundo, la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad…

Santísima Virgen María, reina del purgatorio: vengo a depositar en tu corazón inmaculado, una oración en favor de las almas benditas, que sufren en el lugar de expiación. Dígnate a escucharla, clementísima Señora, si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo. Amén.

María, reina del purgatorio, te ruego por aquellas almas por las cuales tengo o pueda tener alguna obligación, sea de caridad o de justicia.

Dios te salve María...Dales, Señor, el descanso eterno. Y luzca para ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.

María, reina del purgatorio: te ruego por las almas más abandonadas y olvidadas, y, a las cuales nadie recuerda; tú, Madre, que te acuerdas de ellas, aplícales los méritos de la pasión de Jesús, tus méritos, y los de los santos, para que alcancen así el eterno descanso.

Dios te salve María...Dales, Señor, el descanso eterno. Y luzca para ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.

María, reina del purgatorio: te ruego, por aquellas almas que han de salir más pronto de aquel lugar de sufrimientos, para que cuanto antes, vayan a cantar en tu compañía las eternas misericordias del Señor.

 Dios te salve María...Dales, Señor, el descanso eterno. Y luzca para ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.

María, reina del purgatorio: te ruego de una manera especial por aquellas almas que han de estar más tiempo padeciendo y satisfaciendo a la divina Justicia. Ten compasión de ellas, ya que no pueden merecer sino sólo padecer; abrevia sus penas y derrama sobre estas almas el bálsamo de tu consuelo.

Dios te salve María...Dales, Señor, el descanso eterno. Y luzca para ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.

María, reina del purgatorio: te ruego de modo especial por aquellas almas que más padecen. Es verdad que todas sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no podemos imaginarlas siquiera. Intercede Madre nuestra por ellas, y Dios escuchará tu oración.

Dios te salve María...Dales, Señor, el descanso eterno. Y luzca para ellas la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.

Virgen Santísima, te pido que, así como me acuerdo de las benditas ánimas del purgatorio, se acuerden de mí los demás, si he de ir allá a satisfacer por mis pecados. En tí, Madre mía, pongo toda mi confianza de hijo, y sé que no he de quedar defraudado. Amén.”

Oración de Santa Gertrudis a la preciosa sangre de Jesús

“Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del mundo, por todas las benditas ánimas del purgatorio, por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores en la iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amén.”

Otras oraciones para salvar almas

Cristo, en sus apariciones a Santa Faustina, le pide que escriba la novena a la Divina Misericordia. Esta oración al Cristo misericordioso, que se reza durante nueve días, nos invita a rezar por todas las almas. De hecho, en el octavo día, se reza especialmente por las almas del purgatorio.


Además de esto, Jesús le dictó a Santa Brígida las 15 oraciones que hacen que las heridas de Cristo en la cruz den su fruto. ¡A decir verdad, Él prometió a Santa Brígida, que, rezando estas 15 oraciones, salvaría 15 almas del purgatorio, confirmaría 15 justos y convertiría 15 almas!