Novena a San Maximiliano Kolbe, mártir de la caridad.

La Fraternidad de San Maximiliano Kolbe perteneciente a la obra de Puntos Corazón, te quiere invitar a rezar, descubriendo a su santo patrón, gran amante de la Inmaculada Concepción.

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Cuanto más nos acercamos a la Inmaculada, más saborearemos la felicidad perfecta en esta tierra - San Maximiliano Kolbe.

San Maximiliano Kolbe: un ejemplo de caridad y entrega

Maximilien Kolbe, nació en 1894 en Polonia.

Cuando era adolescente, quedó fascinado por la figura de San Francisco de Asís e ingresó al seminario menor de los conventuales franciscanos en Leópolis. Después del noviciado, fue enviado a Roma, al Colegio Internacional de la Orden, para realizar sus estudios eclesiásticos.

Fundó la "Misión de la Inmaculada" para la conversión y santificación de todos los hombres por dedicación incondicional a la Virgen María. Luego, fue ordenado sacerdote y regresó a Polonia para comenzar en Cracovia un trabajo de organización y animación del movimiento de la Misión de la Inmaculada.

En 1930 se fue con otros cuatro hermanos franciscanos a Japón, donde fundó el "Jardín de la Inmaculada", en los suburbios de Nagasaki, e imprimió una revista mariana allí.

En 1941, el Padre Kolbe fue arrestado por la GESTAPO y encarcelado en la prisión de Pawiak en Varsovia. Luego fue deportado al campo de exterminio de Auschwitz.

Un día, en el campo de exterminio, un compañero se escapa del campamento. Un comandante decide elegir a diez compañeros del mismo bloque y los condena a morir de hambre y sed en la "cueva de la muerte". El padre Maximiliano al ver esto decide dejar las filas y ofrecerse a reemplazar a uno de los condenados.

De esta manera, el Padre Maximiliano desciende con los otros nueve prisioneros a la "cueva de la muerte" donde, uno tras otro, los prisioneros mueren, consolados, asistidos y bendecidos por un santo.

Finalmente, Maximiliano Kolbe entregó su vida a Dios al recibir una inyección de ácido carbólico.

Maximiliano Kolbe hizo como Jesús, no sufrió la muerte, sino que donó la vida - Juan Pablo II

Puntos Corazón; Una ONG internacional, un trabajo de compasión

Nacida en Francia en 1990, la misión de Puntos Corazón consiste en ir a lugares donde nadie quiere ir para estar presente con las personas que viven y se sienten solas.

Está presente en 26 países en 4 continentes. Actualmente hay 40 casas de Puntos Corazón en todo el mundo. En cada una de estas casas viven diariamente entre 4 a 6 voluntarios. Ellos reciben y visitan a sus vecinos y a las personas más sufrientes del barro.

Punto Corazón tiene una voz consultiva en la ONU.

Los voluntarios de Puntos Corazón son jóvenes de entre 18 y 35 años. Originarios de todo el mundo. Se embarcan en la decisión de vivir entre 14 y 24 una experiencia de compasión que les cambiará la vida. Arraigados en la vida de oración, los voluntarios obtienen de ella la energía necesaria para estar presente con los que sufren. En este sentido, son sobre todo buscadores de Dios.

En cuanto a la fraternidad Saint Maximilien-Kolbe, está compuesta por laicos, ex voluntarios y amigos, que desean vivir con sus familias, su trabajo y su vida diaria con el mismo carisma de la misión: estar presentes con las personas que más solas se encuentren. Ellos también son buscadores de Dios en el mundo. La oración diaria del rosario les ayuda a crecer en su fe a través de la intercesión de María.


Programa de la Novena 

La Fraternidad de San Maximiliano Kolbe desea invitarlos a que durante 9 días descubramos a este extraordinario santo.

La Fraternidad los invita desde el 6 al 14 de agosto (el día de su fiesta que coincide con la víspera de la Asunción de la Virgen María al cielo) a recibir: 

  • Una cita sobre este santo
  • Un pasaje de la vida de san Maximiliano Kolbe
  • Una breve meditación
  • La oración de San Maximiliano Kolbe a la Inmaculada Concepción

Es el momento para que junto a nuestra Fraternidad descubran a Maximiliano Kolbe nuestro Santo protector: ¡inscríbete!

Oración de la novena

Oración de consagración de San Maximiliano Kolbe

Oh, Inmaculada, Reina del cielo y de la tierra, refugio de los pecadores y Madre nuestra amorosísima, a quien Dios quiso confiar la entera economía de la misericordia: yo, indigno pecador, me postro a tus pies suplicándote humildemente que aceptes todo mi ser como cosa y propiedad tuya, y hagas lo que desees de todas las facultades de mi alma y de mi cuerpo, de toda mi vida, muerte y eternidad. Dispón, si quieres, de todo mi ser sin ninguna reserva, para que se cumpla lo que fue dicho de ti: “Ella te aplastará la cabeza”, así como: “Tú sola has destruido todas las herejías en el mundo entero”, a fin de que en tus manos inmaculadas y misericordiosísimas yo llegue a ser un instrumento útil para introducir y aumentar tu gloria en tantas almas extraviadas e indiferentes y difundir así todo lo posible el bendito reino del Santísimo Corazón de Jesús. Concédeme alabarte, oh, Virgen Santísima. Dame fuerza contra tus enemigos.