Novena de Aguinaldos

Reunidos en familia en torno al Pesebre, preparémonos orando con el corazón, meditemos sobre el nacimiento del Niño Jesús, cantemos villancicos para acoger a nuestro Mesías ¡el Niño Dios!

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Objetivo de la Novena (del 16 al 24 de diciembre):

De la mano de San José y la Santísima Virgen María, meditemos en torno al nacimiento del Niño Jesús, el misterio de su Encarnación y preparemonos en familia para vivir el encuentro con Jesús, nuestro Mesías, el Salvador prometido. Confiemos que nos sea otorgada la gracia de su eterna amistad y que Dios Padre, disponga nuestros corazones para acoger a su Hijo, el Niño Dios.

Consejos prácticos para orar durante la Novena:

- Estrechemos nuestros lazos fraternales: invitando a otras personas a participar en esta tradición (en nuestro hogar, en una capilla, en un centro comercial, en la oficina, etc.)

- Tengamos gestos afectivos hacia los más vulnerables de nuestra comunidad.

- Donemos bienes materiales para los menos favorecidos.

- Propagemos nuestra fe narrando los milagros que Dios ha obrado en nosotros, nuestra familia y nuestra comunidad.

- Fortalezcamos nuestra confianza en que obtendremos muchas bendiciones a través de esta devoción.

- Ofrezcamos al menos una Santa Misa durante los días de la Novena de Aguinaldos.

- Confesémonos y comulgemos durante estos días.

Programa de la Novena de Aguinaldos:

15 de diciembre: Preparación para la Novena de Aguinaldos 

Historia de la Novena de Aguinaldos.

Desde el primer día (16 de diciembre) -  Hasta el noveno día (24 de diciembre):

Oración para todos los días. Oración a la Santísima Virgen. Oración a San José. Gozos para todos los días - Aspiraciones para la llegada del Niño Dios. Consideraciones para cada día. Oración al Niño Jesús.

En términos concretos, todos los días:

  • Ofrezcamos al Niño Dios nuestro corazón dispuesto a recibirlo.
  • Disfrutemos reunidos en familia y con amigos al rezar las Oraciones diarias de la Novena de Aguinaldos.
  • A través de las Meditaciones diarias, rememoremos los meses previos al Nacimiento del Niño Jesús hasta su llegada a un pesebre de Belén.
  • Presentemos nuestras intenciones y nuestros proyectos al Niño Dios para que la Navidad sea la oportunidad de encontrar paz, reconciliacion, justicia y situaciones de vida más humanas,
  • Agradecezcamos al Niño Jesús por los favores recibidos.
  • Renovemos nuestro compromiso de mantenernos en la esperanza e iluminar con ella cada uno de los días que Dios nos anime con su bendición.

Dispongamonos a celebrar el gozo del Nacimiento del Niño Jesús en nuestro corazón. ¡En esta Navidad, hagamos realidad la presencia del Dios de la paz entre nosotros!

Una acción concreta

en el ámbito espiritual es ofrecerle al Niño Dios nuestros esfuerzos personales para ser cada día mejores devotos; y en el ámbito comunitario, conseguir regalos para los niños más desfavorecidos que junto a nuestras oraciones les sirvan para llenar de alegría sus corazones.

«Cuando oigamos hablar del nacimiento de Cristo, guardemos silencio y dejemos que ese Niño nos hable; grabemos en nuestro corazón sus palabras sin apartar la mirada de su rostro. Si lo tomamos en brazos y dejamos que nos abrace, nos dará la paz del corazón que no conoce ocaso. Este Niño nos enseña lo que es verdaderamente importante en nuestra vida. Nace en la pobreza del mundo, porque no hay un puesto en la posada para Él y su familia. Encuentra cobijo y amparo en un establo y viene recostado en un pesebre de animales. Y, sin embargo, de esta nada brota la luz de la gloria de Dios. Desde aquí, comienza para los hombres de corazón sencillo el camino de la verdadera liberación y del rescate perpetuo». – Papa Francisco, Homilía, 24 de diciembre de 2015 (Oración de Navidad con el Papa Francisco, San Pablo, Madrid 2016).

La palaba Aguinaldo significa regalo; Dios nos regala Su Palabra, nos regala la Eucaristía, nos regala Su Presencia entre nosotros y nos regala la Esperanza de un mundo mejor. ¡Feliz Navidad!

Oración de la novena

Oración por la Alegría del Mundo

Querido Dios, ¡Tú eres la alegría para el mundo! ¡El Señor de nuestra vida y de nuestra historia, de nuestros gozos y de nuestros momentos de felicidad! Mientras nos preparamos para tu venida gloriosa, también preparamos nuestros corazones para que Tú los moldees a semejanza del tuyo. Tú eres la razón por la que sonreímos todos los días. Eres la razón por la que estoy tan lleno de alegría que quiero ¡cantar alabanzas!, cantarle al mundo todo el bien con que has colmado mi vida y la de mi familia. Padre, el amor, la gracia y la misericordia que has tenido para con nosotros, ha llenado nuestro mundo y nos mantiene la esperanza viva de permanecer contigo cuando llegue la hora en que nos llames a la Casa del Padre. Tú has llenado mi copa a rebosar de alegría, y rezo para que cuando los demás vean, a mi familia o a mí, puedan ver el rostro de tu amor, el rostro de tu bondad y el de tu alegría, ¡el rostro de Jesús! Gracias Padre, por este maravilloso don de la alegría que ha llegado a nosotros a través del nacimiento de nuestro Rey y Salvador, Señor nuestro. ¡Te amamos! ¡Amén!