Sacramento del orden

El sacramento del Orden es uno de los sacramentos del servicio de comunión, junto con el sacramento del matrimonio.

Según el número 1536 del Catecismo de la Iglesia Católica, "el Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos". De hecho, este sacramento se detalla específicamente en el artículo 6 de la segunda sección del Catecismo de la Iglesia Católica, en el que se explican  los diferentes sacramentos (números del 1536 al 1600).

A continuación, te invitamos a descubrir las principales preguntas y respuestas del Catecismo sobre este sacramento.

¿Quién puede recibir este sacramento?

Las condiciones para recibir el sacramento del Orden se exponen en los números 1577 a 1580 del Catecismo de la Iglesia Católica, y se reiteran en los números 1598 y 1599:

1577 "Sólo el varón (vir) bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación" (CIC can 1024).

1578 “Nadie tiene derecho a recibir el sacramento del Orden. En efecto, nadie se arroga para sí mismo este oficio. Al sacramento se es llamado por Dios (cf Hb 5,4). Quien cree reconocer las señales de la llamada de Dios al ministerio ordenado, debe someter humildemente su deseo a la autoridad de la Iglesia a la que corresponde la responsabilidad y el derecho de llamar a recibir este sacramento. Como toda gracia, el sacramento sólo puede ser recibido como un don inmerecido.

A excepción de los diáconos permanentes, los ministros ordenados en la Iglesia latina "son ordinariamente elegidos entre hombres creyentes que viven como célibes y que tienen la voluntad de guardar el celibato "por el Reino de los cielos" (n° 1579).

¿Quién puede conferir este sacramento?

El catecismo de la Iglesia Católica en sus números 1575 y 1576 explica que solo el obispo puede conferir este sacramento:

1576 “Dado que el sacramento del Orden es el sacramento del ministerio apostólico, corresponde a los obispos, en cuanto sucesores de los Apóstoles, transmitir "el don espiritual" (LG 21), "la semilla apostólica" (LG 20). Los obispos válidamente ordenados, es decir, que están en la línea de la sucesión apostólica, confieren válidamente los tres grados del sacramento del Orden”.

¿Cómo se celebra la ordenación?

En los números del 1572 al 1574, y también en el 1597, se explican los detalles de la celebración de este sacramento.

  • 1572 “La celebración de la ordenación de un obispo, de presbíteros o de diáconos, por su importancia para la vida de la Iglesia particular, exige el mayor concurso posible de fieles”.
  • 1572 Tendrá lugar preferentemente el domingo y en la catedral, con una solemnidad adaptada a las circunstancias”.
  • 1573 “El rito esencial del sacramento del Orden está constituido, para los tres grados, por la imposición de manos del obispo sobre la cabeza del ordenando, así como por una oración consecratoria específica que pide a Dios la efusión del Espíritu Santo y de sus dones apropiados al ministerio para el cual el candidato es ordenado” (cf Pío XII, Const. ap. Sacramentum Ordinis, DS 3858).
  • Los obispos y presbíteros ordenados reciben la unción con el crisma (n. 1574).
  • Los obispos ordenados reciben el libro de los Evangelios, el anillo, la mitra y el báculo (n. 1574).
  • Los presbíteros ordenados reciben la patena y el cáliz (no. 1574).
  • Los diáconos ordenados reciben el libro de los Evangelios (n° 1574).

¿Cuáles son los tres grados del sacramento del Orden?

El número 1554 explica que "existen dos grados de participación ministerial en el sacerdocio de Cristo: el episcopado y el presbiterado. El diaconado está destinado a ayudarles y a servirles".

Los obispos

La ordenación y la misión de los obispos se explican en los números 1555 a 1561 del Catecismo de la Iglesia Católica: 

  • "Por la consagración episcopal confiere la plenitud del sacramento del Orden" (n. 1557).
  • "La consagración episcopal confiere, junto con la función de santificar, también las funciones de enseñar y gobernar" (n. 1558).
  • Varios obispos participan en la consagración de un nuevo obispo (n° 1559).
  • Cada obispo es responsable del cuidado pastoral de una Iglesia particular (por ejemplo, una diócesis), “pero al mismo tiempo tiene colegialmente con todos sus hermanos en el episcopado la solicitud de todas las Iglesias" (n° 1560).

Los sacerdotes

La ordenación y misión de los presbíteros se trata en particular en los n. 1562 a 1568 del Catecismo.

  • Los sacerdotes son establecidos en el orden del presbiterado para ser cooperadores de los obispos (n. 1562 y 1567).
  • En los sacramentos, los sacerdotes actúan de modo particular en nombre de Cristo (n. 1563), es decir que ellos actúan "in persona Christi Capitis" (n. 1548).
  • Los sacerdotes "quedan consagrados como verdaderos sacerdotes de la Nueva Alianza, a imagen de Cristo, sumo y eterno Sacerdote (Hb 5,1-10; 7,24; 9,11-28), para anunciar el Evangelio a los fieles, para apacentarlos y para celebrar el culto divino" (n. 1564).
  • El don recibido en la ordenación les prepara "para una misión de salvación a escala universal" (n. 1565).
  • "Los presbíteros, como colaboradores diligentes de los obispos y ayuda e instrumento suyos, llamados para servir al Pueblo de Dios, forman con su obispo un único presbiterio, dedicado a diversas tareas. En cada una de las comunidades locales de fieles hacen presente de alguna manera a su obispo, al que están unidos con confianza y magnanimidad; participan en sus funciones y preocupaciones y las llevan a la práctica cada día" (n. 1567).
  • Por su promesa de obediencia, "Los presbíteros sólo pueden ejercer su ministerio en dependencia del obispo y en comunión con él" (n° 1567).
  • "Los presbíteros, instituidos por la ordenación en el orden del presbiterado, están unidos todos entre sí por la íntima fraternidad del sacramento. Forman un único presbiterio especialmente en la diócesis a cuyo servicio se dedican bajo la dirección de su obispo" (n° 1568).
  • Cabe añadir que los ministros ordenados (obispos, presbíteros y diáconos) participan del sacerdocio de Cristo, que es el único sacerdote (n° 1545).

Los diáconos

La ordenación y misión de los diáconos se trata en los números 1569 a 1571 del Catecismo. Es preciso anotar que estos números se refieren al diaconado permanente, no al diaconado con miras al presbiterado.

  • Los diáconos fueron ordenados para el servicio (n° 1569)
  • El diácono está unido al obispo en las tareas de su diaconado (n° 1569)
  • El n° 1570 precisa además que "corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre todo de la Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamar el Evangelio y predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad" (n° 1570)

Dos participaciones en el único sacerdocio de Cristo

En los números 1546 y 1547 se nos explica que existen dos participaciones en el único sacerdocio de Cristo, detallando puntualmente que:

  • "El sacerdocio ministerial o jerárquico de los obispos y de los presbíteros, y el sacerdocio común de todos los fieles [...] participan, cada uno a su manera, del único sacerdocio de Cristo". (n° 1547)
  • "El sacerdocio común de los fieles se realiza en el desarrollo de la gracia bautismal (vida de fe, de esperanza y de caridad, vida según el Espíritu" (n° 1547). Esto se complementa con el número 1546 que añade: "Los fieles ejercen su sacerdocio bautismal a través de su participación, cada uno según su vocación propia, en la misión de Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey" (n° 1546).
  • El sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio común, estando "en orden al desarrollo de la gracia bautismal de todos los cristianos” (n° 1547).
  • Por último, el n° 1592 explica claramente la naturaleza específica del sacerdocio ministerial: "El sacerdocio ministerial difiere esencialmente del sacerdocio común de los fieles porque confiere un poder sagrado para el servicio de los fieles. Los ministros ordenados ejercen su servicio en el pueblo de Dios mediante la enseñanza (munus docendi), el culto divino (munus liturgicum) y por el gobierno pastoral (munus regendi)".

Con Hozana, oremos por todos los ministros ordenados

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