Ustedes son la luz del mundo

Durante el Sermón del Monte o de la Montaña, Jesús enseñó a la multitud mientras le compartía misterios del reino a través de parábolas. Una de ellas es la parábola de la luz del mundo: en el capítulo 5 del libro de Mateo Jesús comenzó a hablar de felicidad y la santidad mediante las Bienaventuranzas, y posteriormente dirigió dos palabras muy alentadoras a la multitud que lo escuchaba: "ustedes son la sal de la tierray "ustedes son la luz del mundo". Esta última afirmación se encuentra en los Evangelios de Mateo (Mateo 5:14-16), Lucas (Lucas 8:16) y Marcos (Marcos 4:21). Te invitamos a descubrir esta parábola y lo que significa ser la luz del mundo

La luz del mundo en el evangelio de Mateo

“14 Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.
15 Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
16 Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo”  (Mateo 5:14-16).

Que tu luz brille ante los hombres

La Biblia nos dice que: “(...) Dios es luz, y que donde Dios está no hay oscuridad.” (1 Juan 1:5). Por eso, si decimos que somos hijos de Dios, significa que nosotros somos como Él. De este modo, como Dios es Luz, nosotros también lo somos. Lo que Dios, nuestro Padre, espera de nosotros es que nos parezcamos a él y que reflejemos su luz con nuestras acciones. Para esto es necesario imitar la actitud de Jesús, el Hijo por excelencia, que nos dice: "(...) “«Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo.” (Juan 5:19). De hecho, como luces, tenemos un acceso privilegiado al "Padre de las luces" (Santiago 1:17) y podemos experimentar sus gracias, paz y la provisión que Él da a quienes lo invocan. Del mismo modo, cuando actuamos como el padre, es decir, con fe y amor, dejamos que nuestra luz brille y que los demás den gloria a Dios por nuestros actos.

¡Refleja la luz de Dios con Hozana!

Estamos llamados a reflejar la luz del Señor e  irradiar la alegría y el amor que Jesús vino a traer al mundo. Para brillar, puedes comenzar alabando al Señor o dándole gracias por sus maravillas. También es necesario que pongas a Dios en el centro de tu vida orando diariamente, por ejemplo, mediante estas comunidades de oración:

  • La reflexión del día”, para que tengas un encuentro con Cristo cada día mediante las Santas Escrituras.
  • El Evangelio del día” para que cada mañana puedas acercarte a Dios y sumergirte en su presencia.
  • El Evangelio de hoy” para que medites en la Palabra de Dios, de modo que cada día seas más como Él y puedas brillar a tu alrededor.

¡Ora y deja que la luz de Cristo brille a través de ti con Hozana!