Regreso a Mongoumba

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Este martes 15 de octubre, fiesta de Santa Teresa de Jesús, viaja a la parroquia de San Jorge de Mongoumba, en República Centroafricana, una tocaya de la santa castellana, la laica misionera comboniana española Teresa Monzón.

Teresa llegó por primera vez a Mongoumba el 1 de junio de 1998 inaugurando junto con Montse Benajes la presencia de la comunidad internacional de los LMC en la parroquia. Permaneció allí hasta 2006, un período misionero de 8 años al que corresponde la foto que publicamos, en la que Teresa aparece en el centro acompañada por otras dos laicas misioneras combonianas: Carmen a su derecha y Rosa a su izquierda.

Teresa también ha trabajado en la comunidad internacional de los LMC en Mozambique antes de volver por dos veces a Mongoumba: de 2012 a 2014 y de 2022 a 2023. Ahora, regresa de nuevo a República Centroafricana para formar comunidad con la laica misionera comboniana portuguesa Elia Gomes.

Desde 1998 han sido 17 los LMC que han trabajado en la parroquia de San Jorge y siempre jugando un rol fundamental. Durante algunos períodos fueron ellos -y sobre todo ellas- quienes cargaron con el grueso de la pastoral, animando las comunidades, haciéndose cargo del servicio de Cáritas, gestionando la distribución de medicamentos, acompañando la educación católica y dando atención cercana al pueblo pigmeo aka.

Por intercesión de san Daniel Comboni oramos por la laica misionera comboniana Teresa Monzón en su regreso a la parroquia de San Jorge de Mongoumba, para que su presencia sea luz en medio del pueblo que la acoge.

Oración de la comunidad

Oración por las misiones y las vocaciones

¡Oh Padre!, tú quieres que todos los pueblos alcancen la salvación; despierta, pues, en todo creyente un nuevo fervor misionero, para que Cristo sea testimoniado y anunciado a los que aún no le conocen. Por intercesión de San Daniel Comboni sostén y alienta a los misioneros en su obra evangelizadora y sigue suscitando nuevas vocaciones para las misiones. Virgen María, Reina de los Apóstoles, que has ofrecido el Verbo encarnado al mundo, dirige la humanidad hacia Aquel que es la luz verdadera que ilumina a todo viviente, y haz de nosotros unos fervientes colaboradores suyos. Por Cristo nuestro Señor. Amen.