Día 3: corredentora del Mundo

¡Iniciemos nuestro tiempo de oración!


✔️Primero reza la oración para el Tercer Día

¡Oh, Madre del Perpetuo Socorro! Madre de Dios, Reina poderosa del cielo y de la tierra. Madre de misericordia y Corredentora nuestra. Tu eres nuestro socorro, porque nos libras de la mayor desgracia de esta vida, o sea del pecado.  María vela por nosotros, conserva en nosotros la gracia santificante y el amor de Dios, ayúdanos a ser perseverantes y suaviza nuestras penas temporales y espirituales. Ruego que seas nuestro socorro en todo momento oportuno, en el formidable trance de la muerte y en medio de las llamas del Purgatorio.


✔️Luego reza:

- Tres (3) « Avemarías » en honor de la Virgen

- Dos (2) « Glorias » en honor de San Alfonso María de Ligorio


Meditemos juntos:

María eres nuestro Socorro Perpetuo, porque nos auxilias a toda hora y en todo instante.

Los ángeles con los instrumentos de la Pasión en tu Santa Imagen me dicen que Tú eres Correndentora del mundo!

Creo y confieso que, habiendo escogido Jesús, la cruz como instrumento de salvación, no hay para nadie redención sin cruz

Creo y confieso que mis dolores y penas, las angustias del alma y los tormentos del cuerpo, son los instrumentos benditos que la Providencia Amorosa emplea para purificar mi alma, para expiar mis pecados, para labrar mi corona eterna y para acercarme más a Jesús.

Pero también creo y confieso que Dios en la vida sabe mezclar y santificar las tristezas y las alegrías, y que nos lleva al cielo, a veces derramando lágrimas, a veces cantando himnos de gratitud y de amor.



✔️Termina rezando estas cortas  invocaciones: 

-"Nuestra Señora del Perpetuo Socorro ¡ruega por mí!"

-"Adorado San Alfonso, inspírame el recurrir a María ¡en todas mis necesidades!"

Oración de la comunidad

Oración a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza te has querido llamar Madre del Perpetuo Socorro! Te suplico me protejas en todo tiempo y en todo lugar; en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y, sobre todo, en el trance de la muerte. ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Bendíceme y ruega a Jesús por mí ahora y en la hora de mi muerte. ¡Amén!

¡Gracias! 418 personas oraron

11 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

loader

Novena- Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Me inscribo