Día 4: novena de navidad con San Francisco de Sales

💭Meditación de San Francisco de Sales:


Sobre el misterio de la Encarnación (continuación del día 18. Tercera parte.)

En primer lugar os pido que contempléis al recién nacido en el pesebre de Belén, que escuchéis lo que os dice, que miréis el ejemplo que os da. Ha escogido todo lo más duro, lo más doloroso que nos podamos imaginar, para el momento de su Natividad. ¡Oh Dios mío! el que pueda permanecer junto al pesebre se deshará de amor al ver al Niñito en tan pobre lugar, llorando y temblando de frío.

¡Con cuánta reverencia la gloriosa Virgen miraría ese corazón que Ella veía palpitante de amor en su sagrado pecho... cómo iría enjugando las dulces lágrimas que tan suavemente corrían de los dulces ojos del angelito!

¡Ahí tenéis al Dios encarnado! ¡Qué maravilla es considerar el misterio tan alto, tan profundo de la Encarnación de nuestro Salvador!

Pero todo lo que nosotros podamos entender y comprender con nuestro raciocinio, no es nada. Bien podemos decir a este respecto lo que decía un sabio que estaba leyendo un libro oscuro de un antiguo filósofo (no recuerdo su nombre). Confesaba francamente: “este libro es tan docto y tan difícil que apenas comprendo nada; lo poco que comprendo es bellísimo, pero creo que lo que no entiendo lo es aún más” Y tenía razón al hablar así.

Nosotros podemos utilizar esas palabras al considerar el misterio de la Encarnación y decir: “este misterio es tan bello y tan profundo que no entendemos nada; lo que sabemos y conocemos es bellísimo, pero creemos que lo que no comprendemos, lo es aún más.” En fin, algún día lo sabremos, allá arriba, donde, con gozo incomparable celebraremos esta gran fiesta de la Encarnación; allí veremos claramente todo lo que sucedió en este misterio y bendeciremos eternamente al que, estando tan alto, se ha rebajado de ese modo para exaltarnos.

¡Qué Dios nos conceda esa gracia! Amén.

(Sermón a las religiosas de la Visitación, el24 de diciembre de 1620) 


🙏Oremos: antífona del Magnificat


¡Oh Raíz de Jesé, que te alzas como signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones: ven a librarnos, no tardes más.

O Radix Iesse qui stas in signum populórum, super quem continébunt reges os suum, quem gentes deprecabúntur: veni ad liberándum nos, jam noli tardáre.

-A continuación, te invitamos a rezar el Magnificat.

🎁Regalo al Niño Jesús para el 19 de diciembre.

Cada uno puede agregar las oraciones o sacrificios que crea conveniente. Nosotros proponemos:

Una hora de adoración al Santísimo Sacramento del altar. ( Animamos a adquirir la virtud de adorar, al menos una vez por semana, preferiblemente en la exposición de los jueves a Jesús Sacramentado.)

Oración de la comunidad

Oración de Vísperas I del 25 de diciembre

Dios todopoderoso: por este nacer nuevo de tu Hijo en nuestra carne, seamos liberados del yugo en que nos tiene esclavizados el pecado. V. Por el mismo, nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. R. Amén Orémus: Concéde, quǽsumus, omnípotens Deus: ut nos Unigéniti tui nova per carnem Natívitas líberet; quos sub peccáti iugo vetústa sérvitus tenet. V. Per eúndem Dóminum nostrum Iesum Christum Fílium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. R. Ámen. (Diurnal del Breviario Romano Tradicional)

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena de Navidad con San Francisco de Sales

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