Nos Iguala a Zaqueo, pecadores, en muchos casos rechazados o mirados mal por la sociedad, pero con la autocrítica y convicción de que Jesús es nuestro camino y nos ayuda a retomar esa senda correcta.

Nuestra Madre, nos lleva a Jesús, y nos toca el corazón para que podamos ver nuestras fallas, nuestra falta de humildad, nuestra falta de caridad... Y nos empuja a hablar con Jesús, con el espíritu santo y con Dios Padre.

Tenemos que pedir a Jesús, que se aloje en nuestra casa pecadora, en nuestro corazón, en nuestro hogar... Pedirle que venga y nos hablé como a Zaqueo, que nos ilumine en el pecado y permita el soplo del espíritu para que podamos reparar cualquier daño que hayamos realizado, tal vez no por mala fe, sino porque haber estado lejos de él.

Que nuestra Madre María, nos acompañe en este andar hacia Jesús.

Bendito martes para todos!