Centro de salud de Haro Wato

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Hoy queremos llegar con nuestra oración hasta la misión de Haro Wato, en la región meridional de Etiopía. Se trata de una zona rural y apartada a la que solo se puede llegar por difíciles caminos de tierra. La población vive de la agricultura de subsistencia, mirando con frecuencia al cielo con la esperanza de que no falte la lluvia para que las cosechas sean fecundas.

En este lugar remoto, las Misioneras Combonianas administran un centro de salud con personal preparado profesionalmente que ofrece un servicio sanitario de calidad desde la dignidad y el respeto. Cada día entre 80 y 100 pacientes visitan el centro. Además, los lunes han puesto en marcha un programa especial para pacientes afectados por tuberculosis y lepra. Los miércoles es el día en son acogidos los niños menores de cinco años, para las vacunaciones y los controles periódicos de crecimiento. Jueves y viernes es el turno de las mujeres en cinta. El 98% de las embarazadas acogidas sufren problemas anémicos por carencias alimenticias y es preciso controlar su salud y la de los fetos, también se aprovecha para la educación sanitaria y la preparación del parto.

Un servicio de ambulancia, activo las 24 horas del día, permite el traslado de los pacientes más graves hacia los hospitales de Dilla o Adola, a una distancia de aproximadamente 90 kilómetros.


Por intercesión de San Daniel Comboni oramos por el servicio sanitario que las Misioneras Combonianas ofrecen en Haro Wato, expresión del Amor de Dios para cada ser humano.

Oración de la comunidad

Oración por las misiones y las vocaciones

¡Oh Padre!, tú quieres que todos los pueblos alcancen la salvación; despierta, pues, en todo creyente un nuevo fervor misionero, para que Cristo sea testimoniado y anunciado a los que aún no le conocen. Por intercesión de San Daniel Comboni sostén y alienta a los misioneros en su obra evangelizadora y sigue suscitando nuevas vocaciones para las misiones. Virgen María, Reina de los Apóstoles, que has ofrecido el Verbo encarnado al mundo, dirige la humanidad hacia Aquel que es la luz verdadera que ilumina a todo viviente, y haz de nosotros unos fervientes colaboradores suyos. Por Cristo nuestro Señor. Amen.