Tomado de la Carta de San Pablo al pueblo de Tesalónica.

"Estad siempre alegres. Orad constantemente.  En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros."

I Tesalonicenses 5,16-18. 

REFLEXIÓN: 

Los afanes, problemas y preocupaciones de la vida nos pueden llevar a un estado de tristeza, angustia o depresión. La Palabra de Dios nos enseña a comprender que, “a pesar” de las circunstancias que estemos viviendo, los cristianos no podemos perder la alegría ni dejar de orar.

Si te fías de Dios y permaneces en sus mandamientos, tarde o temprano, esta situación que te parece difícil o insuperable te habrá hecho crecer en alguna área de tu vida. Recuerda: no todo lo que pides, necesitas; o, no todo lo que pides, te conviene. 

Déjate llevar por el Espíritu Santo como lo hizo Jesús cuando fue llevado al desierto. Si te fías de Dios permanecerás en la oración. Conforme tu confianza crezca, la tristeza, la angustia y la depresión se irán. 

INTERIORIZA: ¿Eres agradecido por las bendiciones recibidas?, ¿Trabajas en ellas?,¿Confías todo lo demás al tiempo de Dios?, ¿Eres como el niño que pide con alegría y con insistencia porque espera recibir?

ORACIÓN:

Padre, en el Nombre de Jesús, vengo a darte gracias por todo lo que me has dado. Perdona mis pecados, sáname, por favor. Te pido envíes en mi ayuda a tu Santo Espíritu. Activa en mí: el don de “Fortaleza” para sobrellevar los momentos difíciles; “Sabiduría” para comprender que todo lo que me acontece forma parte de tu Plan Divino para mi bien y, la “Esperanza” para permanecer unido a Ti a través de la oración y ser testimonio de la resurrección de Jesús en el mundo. Amén.