Mayo 14 - Segundo día: Santidad de vida

Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.

¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.
¡Amén!



Oración preparatoria para todos los días

¡Oh, Santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia¡ te dignaste manifestar en Fátima la ternura de tu Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en tu maternal misericordia y agradecidos por las bondades de tu amantísimo Corazón, venimos ante ti para rendirte tributo con nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente tu mensaje de amor, y en especial la que te pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra tuya y provecho de nuestras almas.

¡Amén!


 

Segundo Día

¡Oh Santísima Virgen María! Madre de la divina gracia, que vestida de nívea blancura te apareciste a unos pastorcitos sencillos e inocentes, enseñándonos así cuánto debemos amar y procurar la inocencia del alma, y que pediste por medio de ellos la enmienda de las malas costumbres y la santidad de una vida cristiana perfecta. Concédenos misericordiosamente la gracia de saber apreciar con dignidad nuestra condición de cristianos y de llevar una vida conforme a las promesas bautismales.

¡Amén!



Meditación del Segundo Día

El mensaje de la Virgen en Fátima sigue estando plenamente vigente en nuestros días, existe mucha necesidad de oración en estos días en los que el mundo sufre las consecuencias del pecado.

También en nuestros días hay mucha necesidad de oración y de penitencia para implorar la gracia de la conversión, como como el fin de los absurdos conflictos, grandes y pequeños, y de la violencia que desfiguran el rostro de la humanidad”. 

En Fátima, la Virgen eligió el corazón inocente y la simplicidad de los pequeños Francisco, Jacinta y Lucía, en los cuales depositó su mensaje. Estos niños lo escucharon dignamente, y así fueron reconocidos como testigos fiables de las apariciones y se convirtieron en modelos de vida cristiana”.

¡Oh, cuán profundamente sentimos la necesidad de consagración para la humanidad y para el mundo: para nuestro mundo contemporáneo, en unión con Cristo mismo! En efecto, la obra redentora de Cristo debe ser participada por el mundo a través de la Iglesia. [...] Esta bendición, se cumplió plenamente en la Virgen María, puesto que ninguna otra criatura ha visto brillar sobre sí el rostro de Dios como ella, que dio un rostro humano al Hijo del Padre eterno; a quien podemos ahora contemplar en los sucesivos momentos gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos de su vida, como recordamos en el rezo del Rosario.” – Papa Francisco - Fátima, Portugal - Mayo 13, 2017



Oración Final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos otorgó el premio de la salvación eterna! Te suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del Santísimo Rosario de la Bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.

¡Amén!



Ciclo Angélico: 1915 - 1916


• Manifestaciones de 1915

En 1915, en lo alto del Monte do Cabeço, Lucía y tres de sus compañeritas, Teresa Matias, Maria Rosa y María Justino, presenciaron manifestaciones así descritas en las "Memorias de Lucía":

Habíamos empezado mal (rezando el Rosario) cuando, delante de nuestros ojos, vemos, como suspendida en el aire, sobre la arboleda, una figura como si fuese una estatua de nieve que los rayos de sol convertían en algo transparente.
– ¿Qué es aquello? – Preguntaron mis compañeras, medias asustadas.
– ¡No sé!
Continuamos nuestro rezo, siempre con los ojos fijos en dicha figura que, en cuanto terminamos, desapareció. – Memórias da Irmã Lúcia I. 14.ª ed. Fátima: Secretariado dos Pastorinhos, 2010, p. 75.


Para preparar a los pastorcitos para las futuras apariciones de Nuestra Señora, los pastorcitos tuvieron una serie de apariciones de un Ángel que se les identificó como el Ángel de Portugal, diciéndoles: 

«No teman. Yo soy el Ángel de la Paz. Recen conmigo.»


• Primera aparición del Ángel

En la primavera de 1916 Lucía, Francisco y Jacinta tuvieron su primer encuentro con un mensajero celestial.

Lucía relata: 

"Fuimos esa vez a la propiedad de mis padres, que está abajo del Cabeco, mirando hacia el este. Se llama Chousa Velha. Como a mitad de mañana comenzó a lloviznar y subimos la colina, seguidos de las ovejas, en busca de una roca que nos protegiera. Así fue como entramos por primera vez en el lugar santo, que está en el medio de una arboleda de olivos que pertenece a mi padrino, Anastasio. Desde allí uno puede ver la aldea donde yo nací, la casa de mi padre y también Casa Velha y Eira da Pedra. La arboleda de olivos, que en realidad pertenece a varias personas, se extiende hasta estos lugares.

Pasamos el día allí, a pesar que la lluvia había pasado y el sol brillaba en el cielo azul. Almorzamos nuestras porciones y rezamos el Rosario. Después de eso comenzamos a jugar un juego con guijarros. Pasaron tan solo unos segundos cuando un fuerte viento comenzó a mover los árboles y miramos hacia arriba para ver lo que estaba pasando, ya que era un día sumamente calmado. Comenzamos a divisar a la distancia, que sobre los árboles que se extendían una luz más blanca que la nieve con la forma de un joven, algo transparente, tan brillante como un cristal en los rayos del sol. Cuando se nos acercó pudimos distinguir sus rasgos. Nos quedamos asombrados y absorbidos y no musitamos palabra alguna nada entre nosotros. Nos dijo: «No tengan miedo. Soy el Ángel de la paz. Oren conmigo.»

Enseguida él se arrodilló, doblándose hasta tocar el suelo con su frente. Con un impulso sobrenatural nosotros hicimos lo mismo, repitiendo las palabras que le escuchábamos pronunciar: 

«Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! te pido perdón por aquellos que no creen, no adoran, no confían y no te aman» 

... después de repetir esto tres veces, el Ángel se levanta y dice: 

«Oren así. Los corazones de Jesús y María están atentos a la voz de sus suplicaciones 

Inmediatamente el Ángel se desvaneció, quedando una atmósfera sobrenatural que era tan intensa que los pastorcitos estuvieron por largo rato sin ni siquiera percatarse de su propia existencia. 

"La presencia de Dios era tan poderosa e intima que aún entre nosotros mismo no podíamos hablar. Al día siguiente, también esta atmósfera nos ataba, y se fue disminuyendo y desapareció gradualmente. Ninguno de nosotros pensó en hablar de esta aparición o hacer ningún tipo de promesa en secreto. Estábamos encerrados en el silencio sin siquiera desearlo." - Memorias de Lucía


• Segunda aparición del Ángel

Durante el verano de 1916 los tres pastorcitos jugaban en el jardín cerca del pozo detrás de la casa de la familia de Lucía en Aljustrel. De repente vieron al mismo Ángel cerca de ellos:


«¿Que están haciendo? ¡Oren! ¡Oren mucho! Los corazones de Jesús y María tienen para ustedes designios Misericordiosos. Ofrezcan constantemente sus oraciones y sacrificios a Dios, el Altísimo.
– ¿Cómo nos tenemos que sacrificar?, preguntó Lucía.
- De todas las maneras que puedan, ofrezcan sacrificios a Dios en reparación por los pecados con que Él es ofendido, y por la conversión de los pecadores. De esta manera ustedes atraerán la paz a su país. Yo soy el Ángel de su guarda, el Ángel de Portugal. Además, acepten y aguanten con paciencia los sufrimientos que Dios les enviará.»Memórias da Irmã Lúcia I. 14.ª ed. Fátima: Secretariado dos Pastorinhos, 2010, p. 170 (IV Memoria).


Esta aparición renovó el efecto profundo que tuvo la primera aparición del Ángel en ellos. Francisco, quien a lo largo de las apariciones del Ángel y de nuestra Señora podía ver pero no escuchar, no tuvo éxito en obtener de las niñas las palabras que el Ángel había dicho hasta el próximo día. 

Las palabras del Ángel se sumieron en lo profundo de nuestras almas como llamas ardientes, mostrándonos quien es Dios, cual es su Amor por nosotros, y cómo Él quiere que nosotros le amemos, también el valor del sacrificio, cuánto le agrada, y cómo Él lo recibe para la conversión de los pecadores. Es por eso que a partir de ese momento comenzamos a ofrecerle todo lo que nos mortificaba.– Memorias de Lucía.


• Tercera aparición del Ángel

Durante el otoño de 1916 ocurrió la tercera aparición del Ángel. Habiéndose dirigido a Cabeco con sus rebaños, y estando más atentos a las palabras del Ángel, ellos se arrodillaron inmediatamente para orar la oración que les enseñó el Ángel: «Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! te pido perdón por aquellos que no creen, no adoran, no confían y no te aman.» 

Lucía relata:

"Después de haber repetido esta oración no sé cuántas veces, vimos una luz extraña brillar sobre nosotros. Levantamos nuestras cabezas para ver qué pasaba. El Ángel tenía en su mano izquierda un cáliz y sobre él, en el aire, había una Hostia de donde caían gotas de sangre al interior del cáliz. Dejando el cáliz y la Hostia suspendidos en el aire, se postró por tierra y se arrodilla cerca de nosotros y nos pide que repitamos tres veces: 

«Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente, te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Inmaculado Corazón de María, te pido por la conversión de los pobres pecadores.»

Después se levantó, tomó en sus manos el cáliz y la Hostia. La Hostia se la dio a Lucía y lo que contenía el cáliz se lo dió a beber a Jacinta y a Francisco, diciendo al mismo tiempo,

«Tomen y beban el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo terriblemente agraviado por la ingratitud de los hombres. Ofrezcan reparación por los ultrajes y consuelen a Dios.»

Una vez más él se inclinó al suelo repitiendo con nosotros la misma oración tres veces: «Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo … etc.» y desapareció. Abrumados por la atmósfera sobrenatural que los envolvía, los pastorcitos imitaron al Ángel en todo, arrodillándose, postrándose como él lo hacía y repitiendo las oraciones como él las decía.

Fue la última vez que los niños vieron al Ángel de la Paz.


Nada más sucedió en los días de "rutina" que siguieron. Pasó el otoño, llegó el invierno, la primavera con su nueva vida, y todo el tiempo los niños abrigaron la esperanza de que ese Ser de Luz pudiera regresar a ellos.


Fortalecidos por el "Pan de Ángel" fue la forma en la que los pastorcitos fueron catequizados en oración, sufrimiento por la reparación de los pecados, y en la doctrina de la Santa Eucaristía, y preparados para las apariciones de Nuestra Señora de Fátima, la Inmaculada Virgen María.


Oración de la comunidad

Oración a la Virgen de Fátima (Papa Francisco)

Bienaventurada María, Virgen de Fátima, con renovada gratitud por tu presencia maternal unimos nuestra voz a la de todas las generaciones que te llaman Bienaventurada. Celebramos en ti las grandes obras de Dios, quien nunca se cansa de inclinarse misericordiosamente hacia la humanidad afligida por el mal, y herida por el pecado, para curarla y salvarla. Acoge con benevolencia de Madre nuestra oración que hoy hacemos con confianza, ante ti, nuestra querida Madre. Estamos seguros de que cada uno de nosotros es precioso a tus ojos y que nada de lo que habita en nuestros corazones es ajeno a ti. Custodia nuestra vida entre tus brazos; reavive y alimenta la fe; bendice y refuerza todo deseo de bien; reaviva y alimenta la fe; sostén e ilumina la esperanza; suscita y anima la caridad; guíanos a todos por el camino de la santidad. Enséñanos tu mismo amor de predilección por los pequeños y por los pobres, por los excluidos y por los que sufren, por los pecadores y por los extraviados de corazón: congrega a todos bajo tu protección y entréganos a todos nosotros a tu Adorado Hijo, Jesús, nuestro Señor. ¡Amén!

¡Gracias! 370 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena a Nuestra Señora de Fátima

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