Séptimo día: TRABAJO

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Séptimo día: TRABAJO

Hoy oremos para que aprendamos a conocer el valor del trabajo, para que no despreciemos los oficios más humildes, ni destruyamos las labores de otros. Que imitando a San José presentemos todos nuestros esfuerzos laborales y espirituales ante Dios, para que sean transformados en una moneda preciosa, a través de la cual podamos obtener la recompensa eterna.

Lo cierto es que como padre adoptivo de Jesús y esposo de la Virgen María, San José hizo todo lo que estuvo a su alcance para suplir con esfuerzo y trabajo las necesidades de su familia. Pero el principal trabajo que asumió San José, fue la misión que Dios le encomendó: ser custodio de la Sagrada Familia, una misión que realizó de manera ejemplar, acogiéndose por entero a la voluntad de Dios.

El humilde obrero de Nazaret, delante de Dios y de la Iglesia dignificó al obrero, pues su amor al trabajo lo convirtió en el modelo de todos los trabajadores.

¡Amén! 


Meditación

«La figura de San José trabajador no es la que se impone inmediatamente al pensar en él. El trabajo no es más que uno de los aspectos de su vida, muy secundario frente a la misión esencial que se le concedió: la de representar la autoridad paterna para el Verbo de Dios encarnado y, por tanto, la de ser el depositario del misterio de Dios para el Niño Jesús.

Del trabajo manual de San José sabemos que siempre trabaja en un cuarto separado de la casa, tanto en Nazaret como en la casa de Heliópolis, donde la Sagrada Familia se refugió después de la huída a Egipto. O sea, que San José tiene un taller propio para trabajar la madera. Así mismo, San José es quien ha construido la "tarima" en la que duerme la Virgen, en el que descansa la madre de Dios, tanto en Nazaret como en Heliópolis.

El trabajo de San José que se aplica a su propio hogar, no es simplemente un trabajo exterior. Para cumplir con sus labores tiene instrumentos de trabajo "los instrumentos de su oficio de carpintero" que son necesarios en todo trabajo humano. El trabajo de San José es un verdadero modelo del trabajo monástico. No olvidemos que, desde el Antiguo Testamento, la familia se concibe como el primer lugar del culto y, de hecho, la Sagrada Familia es una iglesia doméstica.

Si trabajar es una manera de alcanzar la salvación, a la inversa rehusar el trabajo es una ofensa sumamente grave que conduce a ser condenado. Quien no sigue el ejemplo de San José no puede ser salvado.» – San José trabajador en la Mística Ciudad de Dios de María de Ágreda – François Bonflis - 2015


Oración a San José Obrero

¡Oh, Glorioso San José! modelo de todos los trabajadores, 

te ruego me concedas la gracia de trabajar con conciencia, 

anteponiendo el llamado de mis deberes por encima de mi pereza.

Quiero trabajar con alegría, para que por medio del trabajo, 

yo use los dones que Dios me ha concedido, 

para trabajar con ética, prudencia y mucha convicción.

¡Que nunca me rinda ante el cansancio o las dificultades! 

¡Que fortalecido(a) por la cruz pueda soportar las cargas y responsabilidades !

Quiero que mi esfuerzo en el trabajo sea, 

puro en intención y genuino en desprendimiento, 

concientizándome que la muerte me espera en cualquier momento 

y que deberé rendir cuentas del tiempo perdido, 

de los talentos desperdiciados, y de las acciones buenas que nunca realicé.

¡Oh, patriarca San José! junto con María 

no te olvides de presentar mis obras a Jesús; 

guíame siempre para que mis labores y esfuerzos 

siempre sean agradables a Él, al Padre y al Espíritu Santo.

¡Amén!


  • ¡Jesús, José y María, les doy el corazón y el alma mía!
  • ¡Jesús, José y María, asístanme en mi última agonía!
  • ¡Jesús, José y María, a su lado descanse en paz el alma mía!


« Dios te Salve, José »

¡Dios te salve, José, esposo de María, lleno de gracia!  Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. San José, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

¡Amén!

Oración de la comunidad

Oración a San José

¡Oh, Dios! que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado José por Esposo de tu Madre Santísima; concédenos que, pues venerándole como protector en la tierra, merezcamos tenerle como protector en los cielos. ¡Oh, Dios! que vives y reinas por los siglos de los siglos. ¡Amén!