Oremos por Misioneros
Invocación al Espíritu Santo
Nos persignamos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. +
(Esta acción, que parece simple, es mucho mas que un símbolo, es una expresión de nuestra Fe y una apertura a la Gracia.)
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
R/ Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía, Señor, tu Espíritu.
R/ Que renueve la faz de la Tierra.
Todos: Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Comunión espiritual
Creo Jesús mío que estás presente en el Santísimo Sacramento. Os quiero amar de todo corazón y deseo ardientemente recibiros dentro de mi pecho.
Aceptad Señor esta comunión espiritual y concederme por ella que numerosas almas infieles os conozcan, os adoren en la Eucaristía, os reciban con tanto o más amor que yo. Por lo menos Señor, salvad un alma por esta comunión, salvad un alma Señor.
MONICIÓN AL EVANGELIO
Son los misioneros y misioneras quienes, llenos de fe y movidos por la caridad, continúan la misión salvadora de Cristo, haciendo presente el Evangelio en todas las partes del universo. Dispongámonos a escuchar, desde la fe, la Palabra de Dios y a unirnos a Jesucristo, que se nos entrega por amor, para ser enviados por la Iglesia como misioneros; porque, como dice el Papa, “hemos recibido el don de la fe, no para tenerla escondida, sino para difundirla, para que pueda iluminar el camino de muchos hermanos”.
Del Evangelio de San Marcos: 6, 7.
Llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, confiriéndoles poder sobre los espíritus inmundos.
Pensamiento Misionero
Al mismo tiempo, Francisco Javier, digno ciertamente de ser comparado con los mismos apóstoles, después de haber trabajado heroicamente por la Gloria de Dios y salvación de las almas en las Indias Orientales y el Japón, expira a las puertas mismas del Celeste imperio, adonde se dirigía, como para abrir con su muerte camino a la predicación del Evangelio en aquella región vastísima, donde habían de consagrarse al apostolado, lleno de anhelos misioneros y en medio de mil vicisitudes, los hijos de tantas Órdenes religiosas e instituciones misioneras. (San Juan XXIII)
Unidos, pedimos al Señor
Oremos por la santidad de los misioneros para que no decaigan y sean en sus destinos otros Cristo.
Oremos para que los misioneros se sientan confortados en sus dificultades y no caigan en el desánimo y la desesperanza.
Oremos para que el mensaje del Evangelio y el servicio de los misioneros sea bien acogido por todos los que lo reciben.
Oremos por todos los que nos reunimos en este rato de oración, para que nos Ayude el Señor a discernir lo que quiere de cada uno de nosotros en este momento.
Oremos para que el Señor proteja a nuestros misioneros, los bendiga y los libre de toda clase de peligros.
Elevamos ahora nuestra oración con las mismas palabras que Cristo quiso nos dirigiéramos a nuestro Padre:
PADRE NUESTRO…
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6