Nov. 30: ¡Abandonarse para pronunciar SÍ! (María y el ángel Gabriel)

María y el ángel Gabriel: ¡abandonarse para pronunciar SÍ!

«Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho.» (Lucas 1:38)

 

En nuestra vida

En nuestra cultura de omnipotencia, queremos controlarlo todo. Todo está asegurado: seguro del hogar, seguro médico, seguro de vida. Buscamos “riesgo cero” en todos los aspectos de nuestra vida, y hasta en nuestros síes. ¿Para cuándo esta el seguro del sí? Como si pudiéramos firmar para asumir sólo lo que está previsto y detallado en el contrato. Como si intentáramos controlar toda la cadena antes de soltar nuestro sí. ¿No es esta una actitud segura frente al miedo de abandonarse a la Providencia? ¿Cómo hacer para abandonarnos en manos de Dios?

 

Con María

María nos enseña que decir sí a Dios es confiar en quien nos ama incondicionalmente. Siendo adolescente de 14 ó 16 años, Maria lleva a cabo un acto de fe que la abre a algo, o mejor dicho ¡a Alguien que es más grande que su corazón!

También fue una elección difícil: imaginen a una jovencita comprometida, con un embarazo inesperado en medio de una sociedad muy tradicional. A pesar de lo incómodo de su situación, ella decide confiar en el enviado de Dios yendo en contra todos los códigos de su tiempo. No dijo que sí porque sabía que todo saldría bien: dijo que sí porque confiaba profundamente en Dios. ¡Su único seguro era el amor de su Creador!

 

Oración

Virgen María, ayúdanos a responder con confianza al llamado de Dios, sobre todo cuando no comprendemos lo que Él quiere para nosotros. ¡Que sepamos encontrar en Dios nuestro seguro de vida!

 

¡Y no olviden el corazón de esta novena: un Ave María, un Padre Nuestro, y un Gloria, así como la hermosa oración del Papa Francisco a la Virgen María!

 

Para ver la oración del Papa Francisco, haz click en el botón “Oro”.

Oración de la comunidad

«Yo hago nuevas todas las cosas» – Papa Francisco

Virgen y Madre María, tú que, movida por el Espíritu, acogiste al Verbo de la vida en la profundidad de tu humilde fe, totalmente entregada al Eterno, ayúdanos a decir nuestro «sí» ante la urgencia, más imperiosa que nunca, de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús. Tú, llena de la presencia de Cristo, llevaste la alegría a Juan el Bautista, haciéndolo exultar en el seno de su madre. Tú, estremecida de gozo, cantaste las maravillas del Señor. Tú, que estuviste plantada ante la cruz con una fe inquebrantable y recibiste el alegre consuelo de la resurrección, recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu para que naciera la Iglesia evangelizadora. Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte. Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos el don de la belleza que no se apaga. Tú, Virgen de la escucha y la contemplación, madre del amor, esposa de las bodas eternas, intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo, para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el Reino. Estrella de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz. Madre del Evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros. ¡Amén! ¡Aleluya! Dado en Roma, junto a San Pedro, en la clausura del Año de la fe, el 24 de noviembre del 2013, Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo – Papa Francisco

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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