Los Misterios Gloriosos: La Asunción de María al cielo - Texto de San Bernardo
Meditemos en el misterio de la Asunción, y recibamos su fruto, que es la gracia de una buena muerta.
La propuesta de hoy es de orar a María con San Bernardo de Clairvaux.
¡Oh, Mujer admirable, única por quien en Jesús Cristo, todo es renovado, el demonio es pisoteado, los hombres son salvados. Tú, mujer llena de gracia, , sobreabundante de gracia de esta plenitud rebosante inundas a cada criatura para devolverles su vigore.
¡Virgen bendita sobre todas las cosas, por cuya bendición queda bendecida toda la naturaleza, no sólo la creación por el Creador, sino Éste, a su vez por su criatura!
Tú que fuiste elevada por encima de todo, Tú tan hermosa de ver, tan agradable de contemplar, tan dulce de amar, ten piedad de quien suspira ante ti. ¡Oh! Maravilla de Dios, contemplo a María: nada es igual a ella; nada, sino Dios es más grande que ella.
Dios le dio a María a su propio hijo, El único que, igual a Él, que brota de su Corazón, como amándose a Sí mismo. En María, Dios se hizo hijo, no otro hijo sino el suyo, el mismo hijo común de Dios y de María.
¡Maravilla de Dios! ¡Todo fue creado por Dios, y Dios nació de María! Se hizo a Sí mismo de María ; así volvió a hacer todo lo que había creado. Él que pudo hacer todo de nada no quiso volver a hacer sin María, que había sido librada del pecado. Dios es, por lo tanto el Padre de todo lo que ha sido creado, y María, la Madre de lo que fue recreado.
¡Oh, Maria, el Señor verdaderamente está contigo, Él que hizo que todos te debieran tanto, y de acuerdo con Él!
Homilía de San Bernardo (1090-1153) acerca de la Asunción, publicado en Croire.com – Julio 2003
Oración por las familias de las víctimas
Señor, te encomendamos a las familias de las personas
que han sido maltratadas por representantes de la Iglesia.
Ven a consolarlos y recuérdales que es por cada uno de ellos que te entregaste en la cruz;
tú, víctima inocente que sufriste por nuestros pecados, proporcionales las palabras y
los gestos apropriados para acompañar a los que han sido heridos en su entorno,
permite que se crucen con otras personas que les permitan conocer la belleza de tu Iglesia y,
finalmente, ayúdalos a perdonar a los que abusaron de sus seres queridos.
Con María y San Miguel te lo pedimos en el nombre de Jesús.
¡Amén!
Oremos
Un Padre Nuestro, 10 Ave María, y las oraciones a María y San Miguel haciendo clic en el botón de abajo "Oro"
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6