Gracias a todos y todas, hermanos y hermanas orantes de nuestra comunidad “7 dias con San Francisco de Asis”. Con las palabras de San Francisco oremos juntos al Padre :

Dios altísimo y gloriosísimo,

Venid a iluminar las tinieblas de mi corazón,

Dadme una fe recta,

Una esperanza sólida,

Y una perfecta caridad.

Concededme sentir y conocer

Para poder cumplirla

Vuestra santa voluntad

Que no puede hacerme desviar.

Ocho siglos de desafíos, ocho siglos de invitaciones. Como herederos del espíritu de San Francisco de Asís, deseamos encarnar el Evangelio en nuestras vidas de religiosos, religiosas y laicos. Al calor de estos ocho siglos de historia, leemos nuestras presencias y nuestros compromisos respectivos como una manifestación de la gracia de Dios para con nosotros. Siguiendo al santo de Asís, Dios nos anima a ir, cada día, más lejos en nuestra búsqueda de simplicidad y de fraternidad. Ir al encuentro del otro es el fundamento de nuestra vida franciscana. Rostro de Dios, el otro es un hermano o una hermana que amar. Y esto va más allá de los saludos cotidianos y de los favores hechos con una sonrisa a veces demasiado tímida. Encontrar es, a la manera de Jesús, tomar tiempo, escuchar, volver, acoger un pensamiento o un modo de vida diferente del nuestro para decir una palabra de Esperanza. La Esperanza de Dios por cada hombre y cada mujer de nuestro tiempo. Es a esta Iglesia que sale a la que tenemos que atrevernos, este impulso misionero que queremos renovar como familia franciscana con y para la Iglesia. Entonces, el Evangelio será escuchado, vivido y anunciado. ¡Paz y Bien!