21 Septiembre - Segundo nudo para desatar

Oración para todos los días

Santa María Virgen, tú que desatas los nudos, el Señor es contigo y contigo la humildad.

Te ofrezco esta novena pidiéndote que desates los nudos de mi vida: (aquí se reflexiona sobre los favores que se quieren alcanzar).

Madre de Dios, tú, a quien el maligno nunca fue capaz de enredar con ssus confusiones;

tú, la Mediadora, que con toda sencillez y paciencia nos das ejemplo de como desenredar la madeja de nuestras vidas.

Tú, que al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden e iluminas los lazos que nos unen al Señor.

Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de toda confusión y error, Señora Nuestra,

y desata los nudos que entorpecen nuestra vida.

¡Amén!

María, tú que desatas los nudos: Ruega por mí.

María, tú que desatas los nudos: Ruega por mí.

María, tú que desatas los nudos: Ruega por mí.

 

 

Segundo Nudo

”El ángel le respondió; El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios." - Lucas 1: 21

Es Dios, Espíritu Santo, el que fecundo el vientre purísimo de María para que su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, naciera como hombre. Nosotros no tenemos la posibilidad de nacer santos, debido al pecado original; pero desde el momento mismo que somos bautizados, acto por el cual se nos libra del pecado original, nuestro objetivo debe y tiene que ser el alcanzar la santidad, es decir,, estar junto a Jesús en la vida eterna.

María Madre muy amada, Reina de Gracia, hoy mi corazón se dirige hacia Ti. Me reconozco pecador y necesito de Ti.

Tristemente en el pasado no tuve en cuenta Tus gracias a causa de mi egoísmo, de mi rencor, de mi falta de generosidad y mi altanería.

Hoy me dirijo a Ti, “María, tú que desatas los nudos” para que pidas por mí a Tu Hijo Jesús, la pureza de corazón, el desapego, la humildad y la Confianza. Viviré cada día con estas virtudes como meta aobtener. Te ofrezco mis acciones como prueba de mi amor hacia Ti. Pongo este "nudo" ( meditemos en nuestras necesidades) en Tus manos para que no me siga impidiendo percibir y recibir la Gloria de Dios.

 

Padre Nuestro

Diez Ave María

Gloria

 

Oración Final a Maria Desatanudos:

Virgen María, Madre del Bello Amor, Madre que nunca has abandonado tus hijos que imploran tu ayuda.

Madre, cuyas manos trabajan sin tregua por sus tan amados hijos, pues son motivadas por el Amor Divino, y la infinita Misericordia que sale de tu corazón. 

Vuelve hacia mí, tu compasiva mirada. Mira el cúmulo de ”nudos” en mi vida. Conoces mi desesperación y mi dolor. Sabes cuánto me paralizan estos nudos.

María, Dios te ha encomendado la tarea de desatar los “nudos” de la vida de tus hijos, y con esa certeza pongo nuevamente la cinta de mi vida en tus manos. En tus divinas manos no hay “nudo” que no pueda ser desatado.

Madre Omnipotente, con la gracia y Tu poder de intercesión ante tu hijo Jesús, mi salvador, recibe hoy este “nudo” (reflexionar acerca de nuestras pesadumbres) , te pido desatarlo, y desatarlo para siempre por la Gloria de Dios. ¡Espero en ti!

Eres el único consuelo que Dios me ha dado. Eres la fortaleza de mis precarias fuerzas, la riqueza de mis miserias, la liberación de todo lo que me impide permanecer en Cristo. Acoge mi llamada. Presérvame, guíame, protégeme, se mi refugio.

María, tú que desatas los nudos, ruega por mi.

Madre de Jesús y Madre nuestra, María Santísima Madre de Dios; tú sabes que mi vida está plagada de nudos, grandes y pequeños. Me sofoco, me siento aplastado(a), oprimido(a) e impotente para resolver mis dificultades.

Confiío en ti, Virgen de Paz y de Misericordia.  Dame tu Gracia y tu Luz para poder ver en las tinieblas y seguir mi recorrido hacia ti. 

Madre generosa, te presento suplicante mi petición de ayuda.

¡Amén!

Oración de la comunidad

Oración a Nuestra Señora Desatanudos

Santa María, ¡desatadora de nudos! Santa María, llena de la presencia de Dios, durante tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, y el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones. Junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas. Al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor. Santa María, ¡Madre de Dios y Madre Nuestra! A tí, que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos recibas en tus manos y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga nuestro enemigo. Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra y desata los nudos, que nos impiden unirnos a Dios, para que estando libres de toda confusión y error, veamos a Dios en todas las cosas, tengamos nuestros corazones puestos en Él y podamos servirle siempre en nuestros hermanos. ¡Amén!

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena a la Virgen María, Desatanudos

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