Día 3: anhela al Espíritu Santo por encima de todo

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¡Anhela al Espíritu Santo por encima de todo!


¡Mi alma se consume de deseos por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne claman ansiosos por el Dios viviente! 


 

Leamos juntos el Salmo del día:

Salmo 69: 5, 8-10, 14

Más numerosos que los cabellos de mi cabeza son los que me odian sin motivo;
más fuertes que mis huesos, los que me atacan sin razón.
¡Y hasta tengo que devolver lo que yo no he robado!
Por ti he soportado afrentas y la vergüenza cubrió mi rostro;
me convertí en un extraño para mis hermanos,
fui un extranjero para los hijos de mi madre:
porque el celo de tu Casa me devora,
y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian.
Pero mi oración sube hasta ti, Señor, en el momento favorable:
respóndeme, Dios mío, por tu gran amor,
sálvame, por tu fidelidad.


Meditación del Salmo 69:

Este salmo es una súplica angustiosa en medio de la desgracia. El salmista perseguido sabe que su destino está intimamente ligado al de los justos; ellos estarán confundidos si Dios los desampara en la hora crítica.


El salmista es perseguido por la causa de Dios, pues por Él sufre las afrentas, pues ridiculizan su devoción y su piedad; incluso su mismos familiares estan en contra de él, considerándolo como extranjero en su propia casa.


Este salmo es una invocación de ayuda en una situación de peligro extremo a causa del odio de los enemigos: la situación que Jesús vivirá en su pasión. 


El celo por el Padre y por su casa lo llevará hasta la cruz: el suyo es el celo del amor que conduce al sacrificio de sí mismo, no ese celo falso que presume de servir a Dios mediante la violencia. De hecho, el signo que Jesús dará como prueba de su autoridad será precisamente su muerte y resurrección: “Destruyan este templo – dice – y en tres días lo levantaré”


– Papa Francisco


El Papa Francisco destaca que la actitud de Jesús relatada en este pasaje evangélico nos insta a vivir nuestras vidas, no en la búsqueda de nuestras ventajas e intereses, sino para la gloria de Dios, que es el amor.



 Leamos juntos la Reflexión de la vida de Santa Clara de Asís


A Clara y sus hermanas se las llama esposas del Espíritu Santotérmino inusitado en la historia de la Iglesia, donde la religiosa, la monja siempre es calificada como esposa de Cristo. 


La obra del Espíritu del Señorque se nos dona en el bautismo, consiste en reproducir en el cristiano el rostro del Hijo de Dios. En la soledad y el silencio, que Clara elige como forma de vida para ella misma y para sus hermanas entre las paredes paupérrimas de su monasterio, a mitad de camino entre Asís y la Porciúncula, se disipa la cortina de humo de las palabras y las cosas terrenas, y se hace realidad la comunión con Dios: amor que nace y se entrega.


El itinerario contemplativo de Clara, que se concluirá con la visión del "Rey de la gloria" (Proc. IV, 19: FF 3.017), comienza precisamente con su entrega total al Espíritu del Señor, como hizo María en la Anunciación.


Quien lee su antigua biografía y sus escritos –la Forma de vida, el Testamento y las cuatro cartas que se han conservado de las muchas dirigidas a Santa Inés de Praga- penetra hasta tal punto en el misterio de Dios, uno y trino, y de Cristo, Verbo encarnado, que permanece casi deslumbrado. Esos escritos están tan marcados por el amor que en ella suscitó el mirar ardorosa y prolongadamente a Cristo, el Señor, que no es fácil referir lo que sólo un corazón de mujer pudo experimentar.


-Su Santidad Juan Pablo II - Vaticano – 11 agosto, 1993 



Y ahora reflexionemos en esta pista de meditación:

En comunión con Santa Clara y por las intenciones de todos los participantes de esta novena, medito con fervor estas palabras que nos da la Iglesia :


Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre, don, en tus dones espléndidos.

Fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo.

tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas, y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre Si tu le faltas por dentro;

mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,

lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,

doma al Espíritu indómito, guía el que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos.

Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

¡Amén!

 

 

Recemos la oración del día

Señor, tantos deseos me asaltan y me alejan de Ti, de Tu Vida, de Tu Paz, de Tu Gloria
Ven con tu Espíritu, a poner orden en mi vida, en la vida de mis hermanos, en la vida del mundo.
¡Concédenos la gracia de desear por encima de todo el Espíritu y su santa acción en nuestras vidas!
¡Ven, Espíritu Santo, desciende y haz tu morada en nosotros!

¡Amén!



Hoy te sugerimos:

1. Reflexiono en mi interior:

  • En mi vida cotidiana, ¿qué relacion tengo con el tiempo?
  • ¿Cómo mi relación con Dios influye en mis días, mis semanas, mis años?
  • ¿Puedo recordar las “grandes fechas” de mi vida cristiana: la de mi Bautizo, mi Primera Comunión, mi Confirmación?
  • ¿Cómo santifico el domingo?
  • ¿Qué fiestas celebro de modo particular?
  • En el curso de un día, ¿cuáles son mis “pausas con el Señor”? ¿En qué momento? ¿De qué duración? ¿Con qué ritmo? ¿Con qué regularidad?...
  • ¿Recito y medito el Ángelus? ¿Con qué frecuencia?
  • ¿Y el Rosario? ¿Meditandolo profundamente o repitiéndolo como en una competencia de memoria?


2. Propuesta de acción praáctica para hoy:

Hoy, viernes: santifico el tiempo haciendo memoria de la Pasión del Señor.

Por la mañana, es conducido ante Pilatos...

A mediodía, es crucificado...

A las 15h, expira...

Por la noche, es bajado de la Cruz y depositado en el sepulcro...

Todo esto por amor por los hombres, y por nuestra Salvación...

Puedo marcar este día de diferentes maneras:

ayunar,

hacer vibrar mi celular o mi reloj a las 15h para sumergirme, así sea por un instante, en la Pasión de Jesús;

entrar en una iglesia, rezar ante la Cruz; volver a leer la Pasión, meditar sobre los misterios dolorosos o el Rosario de la Divina Misericordia...


 


 ¡Que cada uno de nosotros encuentre la manera de marcar las horas del día uniéndose a Aquél que tanto nos ha amado!


 

Santa Clara vivió inflamada en el amor de Dios, permanentemente en oración y contemplación, diligente en la aspereza del alimento y del vestido, y maravillosa en los ayunos y vigilias, al extremo de que muchas de sus "hijas" se admiraban que pudiese vivir con tan poco alimento.

 

 


Sigamos el ejemplo de Santa Clara, que nos sea imposible olvidarnos de Dios y que vivamos pendientes de su Divina presencia en todos los momentos de nuestras vidas.


 

 


Oración de la comunidad

Oración a Santa Clara de Asís

Gloriosa Santa Clara de Asís, por aquella fe inquebrantable que te hizo servirte de las cosas terrenas buscando las del cielo, por aquella esperanza firme con que venciste todas las dificultades que se oponían a tu santificación, por aquella caridad pura y ardiente que te movió en todo los momentos de la vida, yo te suplico con humilde confianza que intercedas ante Dios y me obtengas su favor en lo que te pido (hágase la petición) y esperanza firme y caridad ardiente para con Dios y el prójimo. Padre nuestro, Ave María y Gloria. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Con Santa Clara avanzo en mi camino con alegría

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