Tercer día: Una conversión radical
Una conversión radical...
« ¡Toma, lee ! »
Después de haber leido a San Pablo y los Evangelios, Agustín se vuelve facilmente más crítico para con los libros platónicos.
La búsqueda espiritual siguiendo sus pasos toma el riesgo de que nos crezca « la grandilocuencia de la ciencia ».
No revelan lo esencial : la humildad de Cristo, imprescindible para acoger la revelación de Dios (Confesiones VIII, 9).
Cristo encarnado es la única vía para configurar el corazón del hombre pesado por el pecado.
Para encaminarse hacia el bien, la mediación de Cristo es más que necesaria.
Es aquel conversión en Cristo, en agosto de 386, la que ocurre en la famosa escena del jardín de Milano.
Agustín estaba metido en problemas sin solucionar según él. Fue entonces cuando oyó una voz que le decía « ¡Toma ! ¡Lee ! ¡Toma ! ¡Lee ! ».
Agarrando las cartas de Pablo, las abre al azar y lee la llamada a « revistarse del Señor Jesucristo » (Rm 13,13-14).
De repente, el torrente de lágrimas que le agotaba dejó de correr.
Las luces de la incertidumbre se van apagando. Y oye la llamada a acoger « el débil en la fe », es decir su amigo Alipius, con él en aquel momento.
Mónica puede desbordar alegría : por fin encontró su hijo el descanso de la fe.
La narración de la conversión de Marius Victorinus, orador famoso y traductor renombrado de Plotín y Aristote, había impactado a Agustín.
Un funcionario africano, Ponticianus, le contó como dos de sus compañeros habían dado un giro completo a su vida después de haber leido la « Vida de Antonio », el famoso ermita del desierto.
Todo eso pudo ayudar a Agustín a hacer un paso delante decisivo pero aún dudaba.
Separarse de sus aficiones carnales, “sus viejas amigas”, no era fácil para nada.
Por ahora, está decidido : Agustín se volverá un hombre libre, totalmente dispuesto para Dios.
Continuará….
Oración para nuestra conversión :
« Agustín dudo mucho en entregarse a Dios hasta que comprendiera que solo bastaba dejarle que actuara en su vida.
Señor, nuestro Dios, permítenos acogerte día trás día y poner nuestra vida conforme con el camino del amor que nos propones.
Por Jesus, el Cristo, nuestro Señor. “
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6