¡Oremos para que nuestros padres sean fieles!

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La fecundidad de María y de José es el fruto de la fidelidad de San José a la Ley (no puede desposar a una mujer encinta cuyo fruto de las entrañas no es de su paternidad), así como de su respeto hacia un misterio que es más grande que él (la repudia en secreto). También es el fruto de la fidelidad de María a la Palabra del ángel y de su confianza en que San José será iluminado por el autor de esta Palabra. Desde antes de su nacimiento, Cristo es testigo y fuente a la vez de una fidelidad única y ejemplar hacia la Palabra de Dios. Percibimos de manera muy intensa y también interior, el valor del amor que une a estos dos jóvenes esposos. Irradiarán día tras día en la vida ordinaria de Nazaret la calidad de esta caridad divina, que transfigura cada gesto y cada mirada intercambiados entre ellos y con el niño en medio de ellos.



Lectio Divina [Lectura Orante]

Carta a los Galatas 5: 22-25

«Por el contrario, el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia. Frente a estas cosas, la Ley está demás, porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos. Si vivimos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por Él.»


Meditación

San José, hoy te oramos como modelo de fe. Has acogido la presencia de Dios en nuestras vidas. Sobre su palabra, te has comprometido con el más insondable de los misterios, el de la Encarnación de su Hijo. Tu esposa virgen concebía sin intervención humana, un niño nacido que era Dios mismo; lo has adorado y lo has protegido.

Todo esto fue asombroso, incluso estupefaciente y, sin la fe, se tornaba como un misterio imposible. Pero sabías que cuando Dios habla al hombre, es imposible que lo engañe.

Por eso, sin discutir ni tan siquiera hacer preguntas, has seguido adelante, feliz por caminar en la luz, porque Dios estaba ahí. En esa dirección has ligado tu vida con la de María, aceptando así las intenciones divinas, abriendo de esa manera toda vía a la realización de la Salvación de los hombres.

También nosotros ahora deseamos acceder a esa fe que fue la tuya, para que Dios habite en nosotros y seamos fieles a sus intenciones. A veces vacilamos en nuestra vida cristiana. Creemos en Dios, en Cristo, en la Iglesia, pero vivimos a menudo al margen de nuestra fe.

Como la fe ha dirigido toda tu vida, así queremos que sea para nosotros esa luz que nos atrae siempre, la guía de nuestras acciones cotidianas.

¡Que por la fe, nosotros presintamos siempre la mano de Dios en los acontecimientos diarios, para participar así en su obra de justicia, de amor y paz!

¡Amén!


Fuente: www.foi-et-contemplation.net/prier/joseph-2.php

 

Acción concreta: Cuando lo cotidiano me supere, cuando me cueste darle sentido a mi rol paternal, cuando sea desafiado en mi posición de cabeza de familia (desempleo, enfermedad, tensión en mi pareja o con mis hijos), me pondré inmediatamente en manos de Dios, a través de la oración silenciosa como la de San José: recordaré que es Dios quien me ha llamado a esta misión y dispondré un tiempo para leer y meditar la Palabra de Su Hijo, Nuestro Señor.

Oración de la comunidad

¡Salutation!

Dios te salve José Dios te salve José, que la gracia divina ha colmado. El Salvador ha descansado en tus brazos y crecido bajo tus ojos. Bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el divino hijo de tu virginal esposa. San José, dado por padre al Hijo de Dios, reza por nosotros en nuestros problemas de familia, de salud y de trabajo hasta nuestros últimos días y socórrenos a la hora de nuestra muerte. ¡Amén!

¡Gracias! 39 personas oraron

2 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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¡Oremos para que los padres imiten a San José!

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