Día 31 - San José, modelo de todos los estados
Procura hacer este acto lo mejor posible, con intención de disponerte para la comunión espiritual.
Oraciones iniciales
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Acto de contrición: Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todos mis pecados
y los aborrezco, porque al pecar, no sólo merezco las penas establecidas por ti justamente,
sino principalmente porque te ofendí, a ti sumo Bien y digno de amor por encima de todas las cosas. Por eso propongo firmemente, con ayuda de tu gracia, no pecar más en adelante y huir de toda ocasión de pecado. Amén.
Continuamos con las siguientes oraciones a la Santísima Trinidad, a la Purísima Virgen y a San José: Lee y descarga aquí
Meditación del día
A continuación escucha y medita lo correspondiente a este día
Oraciones finales
Comunión espiritual: ¡Oh Jesús, mi vida!... ¡Qué dicha sería para mí el tenerte y tratarte como tu padre adoptivo!... ¿Y esta dicha me es posible obtenerla? Sí; recibiéndote y poseyéndote en Tu Sacramento de amor; y si ahora no puedo recibirte realmente, lo supliré, oh Pan vivo, Dios verdadero, con un vehemente deseo, con mis vivas ansias de unirme íntimamente a Ti para ser todo tuyo, endiosarme, hacerme una misma cosa contigo... Ven, pues, dulce amor mío, ven y no tardes; ven, que por Ti suspiro. Yo te abrazo ya, Dios mío, en mi interior; haz que jamás te deje; dame el ósculo de eterna paz, y muera abrasado en tu amor a la sombra de María Inmaculada y de su castísimo Esposo San José. Gracias, mi adorado Jesús, gracias.
Oración para terminar el mes: ¡Bondadoso protector mío, dignísimo esposo de María y celosísimo padre adoptivo de Jesús! Al considerarme dichoso por haber podido obsequiarte en el mes dedicado a ti, hoy, en el último día, quiero protestar mi devoción hacia ti. Con todas las veras de mi corazón te prometo, pues, poner en tu patrocinio toda mi confianza, aprovechar todas las ocasiones en que pueda tributarte algún obsequio, inculcar tu devoción, y, sobre todo, imitar tus virtudes. A ti me encomiendo, suplicándote que me asistas en todos los instantes de mi vida, y que en la hora de la muerte vengas a auxiliarme, recibiendo mi alma y presentándola a Jesús y a María, quienes como a ti, deseo alabar y servir con todos mis pensamientos, palabras y acciones, y con todas mis potencias y sentidos. Así sea.
¡Gracias! 449 personas oraron
12 comentarios
"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6