Oración por los niños maltratados
Ay de quien escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar.
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Hay razones teológicas para pensar que hacer daño a un niño es un pecado que Dios dificilmente va a perdonar. Al menos no va a conceder un perdón fácil a quien peque de esa forma. Se puede hacer daño a los niños de formas distintas pero el pecado es el mismo: Atentar contra lo más sagrado que tenemos los seres humanos: nuestra infancia.