Palabra de Dios:

« ¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor"!

¡Ahora nuestros pasos se detienen delante de tus puertas, Jerusalén! »

Salmo 122 - Canto de Peregrinación de David

« Después de esto vi un gentío inmenso, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua. Estaban de pie delante del Trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz poderosa: “¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el Trono, y del Cordero!” Todos los ángeles estaban de pie alrededor del Trono, de los Ancianos y de los cuatro Seres Vivientes; se postraron ante el Trono, rostro en tierra y adoraron a Dios, diciendo: ¡Amén! ¡Alabanza, gloria, sabiduría, y acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios por los siglos de los siglos! ¡Amén!  Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: "Esos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde vienen?"  Yo le respondí: "Señor, tú lo sabes." Él me replicó: "Esos son los que vienen de la gran persecución; han lavado sus túnicas y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su templo. El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. Ellos ya no tendrán más hambre ni sed ni el sol ni el calor los abrumarán, porque el Cordero que está en medio del Trono será su pastor y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida; y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos." » 

Apocalipsis 7: 9-17

Meditación, comentario:

«Por el pan Celestial que tu amor inventa para nosotros,

Y por el pan terrenal que transfiguras en la Eucaristía,

Te damos gracias.

Por el vino de la nueva Alianza que nos ofrece tu ternura,

Y por el vino de nuestros gozos terrenales que transfiguras en alegría eterna,

Te damos gracias.

Por tu resurrección de entre los muertos que nos abre las puertas de la eternidad,Y por nuestra última agonía que transfiguras a la vida eterna,

Te damos gracias.

Por las maravillas ocultas que haces en el jardín secreto de nuestro corazón,

Que nadie más puede saber, que nadie en el mundo puede entender,

Y eso transfigura nuestra pobre vida en un misterio de amor conocido solo por ti,

Te damos gracias.

Todos los días, tu amor, Señor Jesús, inventa para nosotros tus maravillas.

Todos los días renueva nuestro corazón para que sepa maravillarse de ti.

Y que bendiga sin cesar a tu padre, el Dios del amor, por los siglos de los siglos. »

Lucien Deiss