Crecer espiritualmente con el rezo del rosario

La oración del rosario está llena de gracias para el mundo como para aquel que la reza. A través de la intercesión de la Virgen María y mediante la meditación de los 20 misterios del rosario, podemos experimentar grandes beneficios espirituales que pueden transformar nuestra vida. Pero, ¿qué puede nos puede aportar el rezo del rosario y por qué resulta tan beneficioso para cada uno de nosotros? Descubre los frutos del rosario en tu vida.

¿Qué es el fruto de un misterio?

Lo que se conoce como “fruto” es una gracia espiritual, un don del Espíritu Santo que se acoge y se desarrolla en la oración. La comparación con una fruta es reveladora porque evoca claramente la necesidad: 

 -  De paciencia: para recoger y saborear el sabor de una fruta, debes darle tiempo para que crezca, para que madure. 

 - De cuidado y atención: para dejarla madurar. Una fruta necesita agua, luz y protección de las agresiones externas. 

Y esto evoca la bondad de Dios: un fruto simboliza el deleite, la dulzura para los sentidos, el buen alimento en todos los niveles. Tales son los dones de Dios. 

Dios tiene, pues, gracias que darnos, pero también desea que seamos portadores de frutos para los demás, que irradiemos su gracia. Estas gracias son, por tanto, bendiciones para nosotros, pero también para los demás.

Jesús nos dice en el Evangelio según San Juan: “No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá”. (Juan 15:16)

Los misterios del rosario y sus frutos

En el rezo del rosario, cada misterio meditado se asocia a un fruto específico

Los frutos de los misterios gozosos

Los frutos del misterio de la anunciación: 

 - La confianza en el plan de Dios para mí y para la humanidad. 

 - La disponibilidad de corazón para acoger a Dios en mi vida.

 - La humildad  y la alegría de acoger a Jesús en mí, especialmente en la Eucaristía.

Los frutos del misterio de la visitación: 

 -  La caridad fraterna: ir al encuentro del prójimo, estar dispuesto y ser atento a él y a sus necesidades, irradiando y compartiendo la alegría de ser cristiano.

 -  La adoración a Dios y alabanza en todas mis ocupaciones.

Los frutos del misterio de la Natividad: 

 -  La sencillez: volver a lo esencial, hacerme bastante pequeño para acoger al Niño Jesús, dejarme tocar por Dios que se convierte en un recién nacido.

 - Pobreza evangélica: cultivar una cierta sobriedad en mi vida, alejarme de la sociedad de consumo, respetar la creación.

Los frutos del misterio de la presentación de Jesús en el Templo: 

  - El espíritu de obediencia: permanecer atento(a) a Dios, a sus mandamientos, a su Palabra; aceptar, dejarme guiar por él; acoger con bondad y humildad a quienes no piensan como yo.

  - La pureza de corazón: saber dejarme mirar por Dios en mi verdad; dejarme purificar por el Espíritu Santo; rechazar lo que pueda alejarme de Dios.

Los frutos del misterio de la recuperación de Jesús en el Templo: 

  - La búsqueda de Dios en todas las cosas: saber responder al llamado de Dios.

  - El fervor: actuar con el deseo de hacer todo por amor a Dios y a los demás.

Los frutos de los misterios luminosos

Los frutos del misterio del bautismo de Jesús en el Jordán: 

 -  Fidelidad a las promesas de nuestro bautismo: mi fe en Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo; mi rechazo a Satanás y a aquello que conduce al mal.

 - La acogida de la Trinidad en nuestra vida: hacer vivir las gracias recibidas durante mi bautismo, reconocerme  y vivir como hijo de Dios, hermano o hermana de Jesús; dejarme guiar por el Espíritu Santo.

Los frutos del misterio de las bodas de Caná: 

 - La confianza en Jesús y María: saber que Jesús está conmigo, dispuesto a realizar milagros en mi vida; saber pedir la intercesión de la Virgen María, para encomendarle mis necesidades.

 - Amor a la Iglesia: encomendar la Iglesia a la Virgen María para que ella la guíe hacia su Hijo, desear la unión de la Iglesia con Jesús.

Los frutos del misterio del anuncio del Reino de Dios: 

 -  La conversión de los corazones: deseo de avanzar cada vez más en la santidad.

 -  El anuncio del Reino: saber dar testimonio de la presencia de Dios, de su misericordia y de su amor a mí alrededor.

Los frutos del misterio de la transfiguración: 

 -  La gracia de una vida interior: alimentar y desarrollar mi relación con Dios a través de la oración

 - La contemplación: estar totalmente atento a Cristo, dejar que Dios brille en mí

Los frutos del misterio de la institución de la Eucaristía: 

 - Un mayor amor a la Eucaristía: practicar regularmente los sacramentos, desear participar en esta ofrenda de acción de gracias

 - Fe en la presencia real: sentir la presencia de Jesús y desear hacer mi corazón un hermoso hogar para acoger a Jesús en la Eucaristía.

Los frutos de los misterios dolorosos

Los frutos del misterio de la agonía de Jesús en el huerto de los olivos: 

 - La contrición: lamentar mis pecados, mi falta de amor y saber arrepentirte de ellos.  

 - El abandono en manos del Padre, especialmente en tiempos de prueba: saber confiar en Dios, en su amor cuando esté pasando por una prueba, cuando esté sufriendo.

Los frutos del misterio de la flagelación de Jesús: 

 -  El dominio de los sentidos: guardarme de las tentaciones que pueden alejarme de Dios y abrir mis sentidos a lo hermoso y al Bien. 

 -  La confianza en Dios: buscar satisfacer mis necesidades a través de mi relación con Dios.

Los frutos del misterio de la coronación de espinas: 

  - El espíritu de humildad: combatir  toda soberbia.

  - La renuncia al amor propio: no buscar mi propia gloria, sino siempre la de Dios.

Los frutos del misterio de llevar la Cruz: 

 - Paciencia en las pruebas: aceptar cargar mi cruz cada día para seguir a Jesús.

 - La gracia de levantarme después de cada una de mis caídas: no desanimarme, dejarme levantar y sostener por Cristo.

Los frutos del misterio de la crucifixión y muerte de Jesús en la Cruz: 

 - Un gran amor por Jesús, que murió para salvarme: tener una mayor conciencia del amor infinito de Dios por mí y por cada uno de nosotros, que se refleja en el sacrificio de su hijo.

 - Un gran amor por la humanidad: comprender que Jesús murió en la cruz por todos los hombres y mujeres, que cada uno de nosotros es infinitamente precioso a los ojos de Dios y está llamado a ser salvo en Jesucristo

Los frutos de los misterios gloriosos.

Los frutos del misterio de la resurrección de Jesús: 

  -Una mayor fe: tener una fe cada vez mayor en la resurrección de Cristo, este gran misterio que está en el corazón de todo cristiano.

 - La fuerza para dar testimonio de Cristo resucitado en el mundo: a través de mis palabras, a través de mis acciones, para vivir como un nuevo hombre/nueva mujer y mostrar a mi alrededor el rostro de Jesús resucitado. 

Los frutos del misterio de la Ascensión: 

  - La esperanza y deseo del Cielo: dirigir la mirada hacia el Reino de Dios y desprenderme de la búsqueda de los bienes materiales.

 - La gracia de discernir la presencia de Dios en mi vida: reconocer los signos del Reino en el mundo y maravillarme de la presencia de Dios en mi vida, de sus gracias en mi vida diaria.

Los frutos del misterio de Pentecostés: 

 - La caridad: dirigir el corazón hacia los hermanos y hermanas, tener espíritu de participación.

 -  La efusión del Espíritu Santo en nuestra vida: acoger el soplo de Dios en mi vida, dejarme guiar y renovar por el Espíritu.

Los frutos del misterio de la Asunción de María: 

- La gracia de una buena muerte: poder dirigirme hacia Dios en el momento de mi muerte y estar plenamente abierto(a) a su amor.

-  La gracia de experimentar ya en la tierra la alegría del cielo: vivir y acoger en mi vida los momentos de eternidad que Dios ya me ofrece para disfrutar.

Los frutos del misterio de la coronación de María: 

- La confianza total en María: confiar en María, elegirla como mi madre y mi reina

¿Cómo acoger y madurar estos frutos?

Sus frutos son pedidos para cada uno de nosotros, pero también para todos los cristianos. Así que, nuestra oración es tanto personal como universal

Antes de comenzar cada decena, se enuncia el misterio y se pide su fruto. Esto se puede hacer con una frase como esta: “Señor, te ofrezco estas decenas y te pido que hagas crecer mi fe por la gracia del misterio de la resurrección y por la intercesión de la Santísima Virgen María”.  Luego se reza un Padre Nuestro y 10 Avemarías

Reza el rosario y deja madurar los frutos con Hozana

Hozana te acompaña en el rezo de tu rosario. A través de la aplicación gratuita Rosario, pero también con sus diferentes comunidades de oración en línea. Por ejemplo:

  1. Esta comunidad “Nuestra señora del rosario de Fátima”, para que reces diariamente un rosario en respuesta a nuestra madre María, que reiteradamente nos lo pide.
  2. Esta comunidad ¡Un año acompañando a la virgen María!, para que reces el rosario y reflexiones sobre los momentos importantes de la vida de María todos los meses del año.
  3. Este retiro de oración del rosario, para que reces el rosario junto con la Virgen María, madre de la creación, a través de meditaciones de la Encíclica Laudato Sí. 

Association Hozana - 8 rue du Palais de Justice, 69005 Lyon

Contáctenos