Queridos hermanos, a menudo exigimos a Dios la santidad de los sacerdotes, y de nuestros hermanos religiosos y religiosas, pero como  tener sacerdotes santos, si no oramos por tener familias santas y laicos santos, la santidad no es tarea exclusiva de de sacerdotes y religiosas, es tarea y responsabilidad de cada cristiano,  pues debemos ser vasos comunicantes de la gracias de Dios, y como nos habitará  la gracia de Dios si no abrimos el corazón al Espíritu Santo dador de los dones. Oremos, abramos nuestro corazón a la gracia de Dios para que el nos transforme, y seamos vasos comunicante de su gracia, no se trata de hacer grandes sacrificios, se trata de hacer un único sacrificio, ofreciendo nuestra vida cotidiana en unión con Cristo Sumo y eterno sacerdote, al Padre en favor de las vocaciones. Con la oración mas bella que sucitó en Maria Santísima un Sí, generoso y fiel. El Ave María.