Los Milagros del Padre Pío

El Padre Pío sigue haciendo milagros aún después de muchos años desde su fallecimiento en 1968. Cada año, millones de personas agradecen los milagros que han recibido por intercesión del Padre Pío.

El milagro más famoso que hizo en vida, fue en 1948 a Gemma di Giorgio, una niña ciega a quien su abuela Padre Pío confesó antes de su Primera Comunión. Al salir del confesionario había recuperado la vista, siendo que había nacido sin pupilas. El milagro no restituyo las pupilas pero hasta el día de hoy Gemma sigue dando testimonio.

« [...] la finalidad de un milagro es estrechar los vínculos entre el hombre y Dios.» – Padre Pío de Pietrelcina

Otro testimonio de sus grandes milagros, son las innumerables conversiones que promovió, ya que puso todos sus dones místicos con la intención de convertir almas.

En el 2002, el Padre Pío propició un milagro físico (curación de un cáncer de pulmón incurable) que en el 2007 lo siguió un milagro espiritual (más de 340 personas de una parroquia ortodoxa de un país con pasado comunista, se convirtieron a la Iglesia greco-Católica). Y de ñapa, construyeron un templo dedicado al Padre Pío y un hospital que atiende a enfermos terminales, gente pobre y ancianos en Rumania.

Meditación del noveno día

El 16 de junio de 2002, fue declarado San Pío de Pietrelcina, por Juan Pablo II.

Los inumerables milagros, bilocaciones y conversiones del Padre Píos son pruebas de que "Para Dios no hay nada imposible".

«Dios para todos, pero nadie para sí mismo.» – Padre Pío de Pietrelcina

Los milagros son llamadas celestiales a la conversión de aquellos que están alejados de Dios.  Al aumentar la fe de los creyentes se obtiene la salvación de muchas almas.

Oración de Agradecimiento

Gracias, Señor, por este nuevo día.

Bendito seas por la majestad de la Creación.

Gracias, ¡oh, Dios!

por el milagro de la vida,

por las maravillas que me rodean, y que a veces no valoro.

Gracias, Señor Jesús, por el Amor que recibo 

y que puedo compartir.

Gracias por la fe, la esperanza y la alegría.

Gracias por Tu Amor, Tu Luz y Tu Protección.

Señor, que hoy y siempre mire la luz y no la sombra, 

que solo piense en todo lo bueno, y borre mis quejas con la gratitud.

Gracias por mi familia, por mis amigos y 

por los que aman, sirven y siembran esperanza.

Te doy gracias por estar siempre a mi lado.

Gracias Señor Jesús, pues a pesar de los problemas, 

la vida es un milagro permanente. 

¡Amén!